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Layla

Tiene el rostro contorsionado de ira. Obvio, su plan se ha frustrado, con mi ayuda y de Mariola. Estoy segura de que escupirá más mentiras, pero se ha topado con una gran pared. Quiero reírme de la actuación ridícula que va a hacer, pero debo fingir por el momento. Agustín, simplemente, se queda callado y al margen de la situación, está a punto de presenciar una rabieta de niña caprichosa.

—¿Lo que te hizo? Tú, la representante de Pablo y yo sabemos que es mentira así que no te hagas la víctima.

—¿Crees que no tengo pruebas?

—A menos de que hayas perseguido al grupo esa noche, lo dudo. Sabes perfectamente que esto jamás sucedió. Lo que me intriga es por qué quieres a Valentina lejos de Pablo ¿Acaso te gusta?

—¿Estás loca? —espeta.

—La loca eres tú, que parece que no la dejabas ni a sol ni a sombra, pero qué casualidad que cuando estaba con Agustín y tenías la certeza de que no iban a separarse por el bebé, entonces si la olvidabas.

—Por supuesto que no... además ustedes no me avisaron que ella estaba en el hospital.

—¿Y alterarla por tu actitud? No gracias, ella ya estaba muy débil.

—¡Ah, pero no estuvo así cuando decidió largarse a Málaga!

—Porque no se rindió ante su tristeza, ni de tus hirientes palabras. Así que te pido que te largues de aquí, porque no hay nadie que se infecte de tu veneno.

—Te juro que esto no les va a durar, dile eso a tu amiguito —replica mientras se marcha.

No puedo creer que ella haya sido amiga de Valentina. A pesar de las diferencias que tuvimos al principio, se nota que es una buena persona e incapaz de hacerle daño a los demás, pero Abril es diferente. Tengo la sensación de que no se va a detener hasta separarlos. De todas maneras, no puedo hacer nada ahora, no voy a arruinarles la mini luna de miel que están viviendo. Lo que tengo que hacer es dejarle en claro las cosas a Esteban. Volteo a ver a Agustín y recuerdo la reacción "involuntaria" de su cuerpo, ese hecho me llena de satisfacción.

Estoy decidida, voy a luchar una vez más por él.

Puedo notar su preocupación, aunque también su sorpresa. Sabía que él la había conocido de antes, por la ingenuidad de Valen. Y estoy segura de que tiene muchas preguntas al respecto, pues no terminamos de aclararle la situación con Pablo.

—Supongo que eso fue...

—Te lo explicaré en el camino —respondo—. Pero... ¿Me podrías acompañar a la oficina? Quiero hablar con Esteban y por la reacción que tuvo el día que vino aquí, creo que no le gustará lo que tengo que decirle.

Málaga

Pablo

Paz, hace mucho tiempo que no sentía esa sensación tan acogedora incluso creo que jamás había sentido algo parecido. A pesar de que llevábamos mucho tiempo trabajando juntos, me parece que esta es la primera vez que la veo, que la conozco como realmente es. Decidimos ir a la playa un rato, pasar el rato en un chiringuito que tiene un amigo de la familia. Mientras vemos el chocar de las olas, ella me va contando sobre lo que fue adaptarse a Madrid y vivir sola, pero que después de todo, pudo salir adelante, gracias a... Abril.

Aunque quiera disimularlo, pero ver que le entristece hablar de ella y pensar en cómo esa amistad esté pendiendo de un hilo por mi culpa. En estos momentos, me arrepiento del comportamiento rastrero que tuve. Podría echarles la culpa a las personas que nos hicieron tanto daño a Nadia y a mí, pero sería victimizarme y no es así. Fui débil, me dejé llevar por el dolor y me desquité con personas que no tenían nada que ver. He aquí a una de ellas.

¿Cómo decirte que te quiero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora