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Take my life and set me free again

Pablo

Voces. Hay tantas alrededor de mí y no puedo distinguirlas, más bien, estoy tan cansado que ni siquiera quiero intentarlo. Todo se trata de cuchicheos, de personas que hablan sin saber lo que hay de trasfondo. No sé dónde estoy ni cuánto tiempo ha pasado, perdí todo el sentido cuando ella se marchó; puede parecer una exageración mía, pero nadie había calado tan dentro como Valentina.

Dejé de comer, dejé de dormir como se debía, mis ilusiones se apagaron y todo aquello que soñé para nosotros se esfumó y me duele que ni siquiera me haya dejado explicar, como si mi pasado fuese suficiente explicación; eso, por un lado, demuestra que no tenía confianza en mí, como si hubiese tenido un pie fuera de lo nuestro. Joder, cómo duele pensar de esa manera.

Está reaccionando al tratamiento pero está débil, por eso el estado delicado. Es necesario que estén sus familiares, señorita Layla —por alguna razón, me alivia que sea ella quien esté conmigo. Tal vez no le ha comentado a nadie esto, esperando a que reaccione, pero no quiero despertar. No ahora.

No quiero hacer un escándalo, lo único que necesito es verlo recuperado. No puedo comentarle a la familia ni a su equipo todavía.

Lo entendemos, señorita, pero es necesario que su familia esté presente. Requiere de todo el amor que les da su familia, sus amigos...

Si no reacciona en veinticuatro horas, entonces hablaré. Mientras no quiero levantar las alarmas, esto ya es demasiado... —alcanzo a oír.

El volumen de las voces disminuye, siento mi cuerpo cansado y, a pesar de que no quiero, me sumerjo en un profundo sueño. Odio no tener dominio de mi cuerpo. Escucho susurros y quiero responder, pero algo me jala; me devuelve a la oscuridad. Intento moverme, pero nada reacciona. Los esfuerzos me agotan y, por ello, no tardo en volver a dormirme. Sin embargo, no tardó en escuchar, de nuevo, aquellas voces. Esta vez se oyen fuertes, puedo distinguir las palabras, tal como cuando Layla hablaba con el doctor.

Voy a enloquecer, amor, Pablo no reacciona, Valentina es más terca que una mula. Incluso le dejé la maldita carta y no viene. La mataré.

Creo que estás exagerando, apenas ha pasado una hora. Y Abril estaba allí.

¿En serio lo crees? Porque arrollaría a esa tipa con tal de venir —trato de sonreír... y al parecer lo logró porque ella pide, a gritos, un médico. Aunque no puedo abrir los ojos, todavía quiero seguir durmiendo.

Lo que no entiendo es a qué carta se refiere y, si Valentina ya sabe de mí ¿Por qué no ha venido? Aunque también no tengo idea de cómo podría recibirla ¡Incluso ya estaba con Abril! Después de todo el daño que nos estaba haciendo y, al primer error, va tras de ella. Como si no hubiera sido suficiente que impidiera su felicidad pero estaba a favor de Agustín entonces ¿Qué tenía contra mí?

Escucho decir al médico que mi cuerpo está reaccionando más rápido de lo que esperaba. No duda que despierte en pocas horas y Layla llora de alivio. Pero, a pesar de que despierte, sigo a la deriva porque ahora no sé cómo reaccionaré cuando vea a Valentina, si es que tiene el valor de venir a verme. Otra vez la oscuridad me jala, apenas logro escuchar un quejido cuando todo desvanece.

«Te extraño. Perdón, he sido una idiota».

«Tal vez no quieras volver a verme y lo merezco, pero no puedo marcharme sin decirte que te amo».

¿Cómo decirte que te quiero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora