Agustín
No me gusta dejar asuntos sin resolver, menos que alguien desconfíe de mí. Tal vez suene egoísta, pero no quiero que Layla tenga ese concepto de mí, quizás no merezca que le explique mis acciones, pero, joder, ha sido mi mejor amiga desde muy pequeños y me gusta que se quede con la imagen de ser un cabrón infiel. No voy a permitir que esto se quede así, pero ¿Cómo intento comunicarme con ella si ya no contesta mis llamados y, para colmo, mis mensajes no le llegan? Definitivamente no me deja más opción que ir a su departamento.
Valentina ha sido muy amable al avisarme, ella es muy buena; lamento tanto haberla involucrado en esta locura, y aunque ya no hay marcha atrás, pondré todo de mi parte para que esto resulte. Aunque mis sentimientos están muertos.
Mi asistente entra a la oficina con agenda en mano y con una mirada de "estás retrasado", niego con la cabeza. La conversación con Layla tendrá que esperar.
—Tienes junta a las diez y mira dónde estás ¿Qué pasa contigo? —me regaña. Suspiro.
—Que me siento perdido desde que Nadia se fue. He cometido un error tras otro. Pero... tienes razón, estoy atrasado —me pongo en pie—. Necesito que hables a este número y le pides que vaya a mi restaurante favorito a las dos y haz la reservación, por favor.
Me mira extrañada, pero asiente y salimos de la oficina mientras me informa que el chófer me está esperando. Si le dijera todo lo que me ha pasado, se caería de espaldas.
[...]
Es la primera vez que entro desde que pasó... eso, y me siento desubicado, como si hubiera sido otro quien vivió en mí y confirma mi creencia de que nada volverá a ser igual y que no voy a enamorarme de nuevo. Los viejos recuerdos se asoman mientras el maître me lleva a la mesa reservada, donde Valentina me espera. Me regala una sonrisa al verme.
—¿Cómo estás? —pregunto luego de saludarla.
—No sé, todo me parece tan extraño. Lo único que sé es que quiero, desde ya, a este bebé. Con todo mi corazón —la entiendo. Ese pequeñito ser es mi único motivo para seguir—. Pero me imagino que hablaremos de otro asunto porque ya te había comentado sobre mi chequeo ¿Tal vez quieras saber más de Layla?
—¡No! Solo quiero conocerte un poco más —explico nervioso. Cubre su boca con las manos, está a punto de reírse ¡De mí!—, vale, también quiero hablar de eso. Pero no creas que nada más hablaremos de ello.
—Entiendo, es doloroso perder a un amigo, más si lo conoces de toda la vida ¿Te ha dejado explicarte? —le cuento sobre las llamadas, los mensajes no respondidos y las últimas palabras al dejarme colgado. Ella se queda sorprendida al escucharlo. Sí, Layla puede ser testaruda a veces.
Es tan terca que no me hablará el resto de su vida, me lo imagino y aunque me duele, sonrió; es una de las cosas que más me gustan de ella. A veces pienso que si no hubiera sido por Valentina, tal vez con quien hubiese pasado la noche fuese con Layla. Lo cual sería un terrible error.
—Quizás es mejor dejar las cosas como están, cuando hablé con Layla estaba muy molesta, pero no sé si conmigo o contigo.
—Es conmigo, está decepcionada de hombre en que me he convertido y la verdad... me duele que no me escuche. Si quiere acabar con lo nuestro por lo menos que escuche mi versión. Aunque no me lo crea.
—Vale, esto haremos. Yo mañana le contaré todo.
—¿Qué? —respondo—, no puedes hacer eso. Tú no tienes nada que ver...
—Lo sé, pero no tienes manera de explicarle porque no quiere verte en pintura y te ves realmente desesperado, sí que yo me encargaré. No te prometo nada, pero al menos ella sabrá la verdad.
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¿Cómo decirte que te quiero?
Fiksi Penggemar¿Qué debo hacer para que te fijes en mí? Siempre pasas a mi lado, pero jamás te detienes a mirarme. Soy solo una más en la lista de personas con la que te has topado. Tienes todo y yo tengo nada. ¿Cómo puedo rivalizar con las mujeres que te pasea...