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Valentina

No responde, solo se queda mirando a Layla. Tengo que correrlo rápido porque en cualquier momento llegará Agustín y va a romperle la cara. Ella no hace nada, a pesar de haber visto mi negativa a recibirlo, aunque, seguramente, me ignorará.

—Vuelvo a repetirlo ¿Qué está haciendo aquí, Esteban? ¿Y cómo rayos supo mi dirección?

—Lo siento, hablé al teléfono pero ella no me respondió, así que llamé a Julieta y me dijo que estaba contigo así que pedí tu dirección —mira apenado—. Lamento tu pérdida.

Por alguna razón, sus condolencias me causan un escalofrío. Parece frío, calculado y falso, sin embargo, las recibo, con tal de que se vaya de inmediato, sin éxito. Noto cómo se acerca a Layla y le da un beso en los labios. Ella se aparta. Le comienza a cuestionar sobre la gala de anoche y el por qué no lo llevó. Comienzan a discutir. Tengo miedo de que las cosas pasen a mayores.

Desde el momento en qué lo conocí, no me dio buena espina. Algo me lo decía. Pero a pesar de que se lo comenté a Agustín, no pudo hacer nada. Al menos eso me dijo.

—¿Con quién estuviste esa noche?

—No estuve con nadie, solo fui con Valentina, ella tuvo un accidente y por eso estoy aquí —intento ponerme en pie para ayudarle a aclararle. Sin embargo, el dolor es tan intenso que me obliga a permanecer sentada. Pero la conversación sigue y sube aún más de tono.

Un grito resuena, levanto la mirada y me encuentro con Agustín empujando a Esteban. Le digo a Layla que se acerque a mí, porque estoy segura de que esto no lo va a parar nadie, pero ella se niega.

—¡Aléjate de mi novia!

—Que sepa yo, no es tu novia. Además sé la clase de víbora que eres, junto a tu querida Raquel.

—Ella y yo no tenemos nada que ver —esa parte me intriga ¿Qué tiene que ver con la ex de Pablo?

—No quiero que te acerques a Layla, o vas a pagar las consecuencias —advierte.

—¿Y si no me da la gana? —responde altanero, lo que hace enfurecer más. Aprieta los puños y siento su intención de golpearlo pero Layla se interpone entre los dos. 

Su mirada no es de miedo, sino de determinación, va a acabar con lo que sea que tuviese con Esteban y sonrío. Ha decidido a volver a luchar por su mejor amigo.

—¿Ya dejaron su lucha de testosterona? —espeta—. Tengan un poco de respeto por mi amiga, acaba de salir del hospital. Lo que tengamos que hablar, Esteban, será en otro momento. Por ahora no quiero saber nada de esto. 

Agustín me mira apenado, pero Esteban no, simplemente murmura un "nos volveremos a ver" y se marcha sin más. Cierra la puerta mientras que yo lo miro molesta. Layla le da un manotazo a nuestro amigo.

—¡Deberías tener un poco de consideración por Valentina! —exclama— mira que regresar a casa y presenciar esta escena bochornosa.

—¿Y qué hacía él aquí? —responde—. Además para qué lo recibes ¿Te ibas a ir con él?

—¡Ya basta! —grito—. Idiota, discúlpate con Layla. Lo estaba echando.

Vaya que es un tonto cuando se trata de celar a su amiga, aunque no se dé cuenta de que algo siente por ella. Finalmente, se disculpa. Ha sido una mañana un poco intensa así que les pido que me lleven a la habitación. Layla se va a la cocina, con el pretexto de cocinar algo para mí aunque tengo llena la nevera. Al menos eso me dará un poco de tiempo para regañar a continuación amigo.

—¿Quieres acercarla o alejarla? No seas un imbécil que se deja llevar por lo primero que ve.

—Lo sé, pero... no sé qué me pasa cuando la veo con él. Quiero arrebatarla de su lado y llevármela lejos —sonrío disimuladamente, el muy estúpido está celoso. Espero que ella esté escuchando la conversación.

¿Cómo decirte que te quiero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora