🔱La reunión🔱

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Todos los 5 de cada mes siempre era costumbre para el reino de Nowhere se llevaban a cabo importantes reuniones con todos los nobles del reino, sin embargo en esta ocasión, los príncipes Claus y Lucas habían sido excluidos de aquella sala de reuniones a petición del rey.

El menor de los príncipes Lucas siempre le gustaba presenciar todas las reuniones, no se perdía ningún detalle de estas, pero al ser excluidos sin explicación y motivo alguno le trajo sospechas hacia su padre y malos presentimientos cosa que lo tenía muy inquieto. Su preocupación era inmensa y no pensaba quedarse de brazos cruzados así que ideó rápidamente un plan para acabar con su incertidumbre y tomando de una de las muñecas de su hermano dio marcha.

-¡¿Para donde me llevas Lucas? Sabes que no podemos hacer nada, Lucas nos van a castigar bien feo, ¡y lo sabes!-Se quejaba su hermano el príncipe Claus.

Lucas no iba a permitir que su hermano ni nadie lo detuviese, siguió su camino y se detuvo al ver la chimenea de una de las habitaciones del palacio.

-Jaja, estás loco Lucas, no podemos meternos ahí, -dijo Claus de un modo burlesco-. ¿A dónde pensabas ir? No pienses que te voy a acompañar, tampoco es que me interese lo que vayan a hablar, ya sabes... siempre es lo mismo, la verdad es que siento que nos hacen un favor excluyéndonos por fin.

Lucas hizo caso omiso a su hermano, se metió dentro de la chimenea -Bueno, yo creo más que estás inventando porque en verdad tienes miedo que nos descubra papá, si no quieres venir no te obligaré, pero si no quieres quedar como gallina ante tu hermano puedes venir, de todos modos... si te quedas por favor no me vayas a delatar. -Dijo finalmente Lucas para avanzar al escondite en la chimenea.

El mayor de los príncipes con nervios siguió al otro metiéndose también a la chimenea, chimenea que resultaba ser un pasadizo secreto el cual estaba hecho para oír y mirar la sala de reuniones a través de los ojos de una pintura de los monarcas que se encontraba en aquella sala.

Todo era demasiado oscuro y sucio, nunca antes habían entrado a ese escondite, escondite que el mismo rey había mandado a construir hace algunos años para proteger a su familia en caso de invasión de reinos enemigos.

-Aquí es Claus, ahora si podemos saber lo que planean. -Dijo Lucas a su hermano y tomando su mano para que no se perdiera en la oscuridad.

-¿P-pero... cómo Lucas?

-La doncella Kumatora me dijo que mientras limpiaba se dio cuenta de este pasadizo, me dijo que podríamos jugar en el.

-Entiendo, pero sigo muy nervioso por esto. ¿Crees que nos descubran?

-Imposible, jamás se enteraran que los estuvimos espiando. La doncella Kumatora es la única que viene aquí, también me contó eso y por tanto estoy seguro de que nadie más vendrá. -Dijo el rubio con una grácil sonrisa en su rostro.

Después de haber caminado un poco se detuvieron y Lucas le señaló a su hermano dos pares de agujeros en la pared los cuales resultaban ser los ojos de de la pintura de su madre.

-¿Esos son los ojos de la pintura de mamá y papá que está en la sala central de reuniones? -Claus preguntó.

-Sí, definitivamente podremos espiarlos desde aquí.

-Jaja es algo gracioso estar en los ojos de mamá.

-¡Shht! -Siseó Lucas-. Hay que hacer el menor ruido posible.

-Oh verdad, perdón.

Al mismo tiempo el par de príncipes guardó absoluto silencio para poder concentrarse en la reunión de los adultos que tanto anhelaban oír desde hace un buen rato. Lo primero que alcanzaron a oír los dejó con mucha curiosidad, sobretodo al más pequeño de los príncipes.

-¡No pueden ser reyes los dos! -Molesto exclamaba el conde Aloysius Minch-. ¡Sólo hay una princesa!

Vida de príncipesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora