🔱Una verdad inesperada🔱

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Los gemelos se miraron mutuamente sospechando de inmediato de las malas intenciones del conde.

-Yo sé eso. -Dijo el rey Flint con preocupación.

-Piense en su reino señor, sólo uno de ellos puede heredar el trono, la princesa de Eagleland desea contraer matrimonio con el futuro rey, y ese será por supuesto el pequeño príncipe Lucas.

-¡¿Por qué Lucas?! -Preguntó el Rey levantando la voz en tono dudoso.

Los demás nobles asentían a la petición del conde en excepción de la Reina quien sólo permanecía inquieta y nerviosa por aquel tema. Ella sabía que podía oponerse a nada.

-Lucas es más astuto y educado que Claus -añadió el Conde- , todo Nowhere aprecia más a Lucas por ser un chico bueno amable y solidario, ¿Pero Claus? ¿Qué hay de Claus? ¿Qué ha hecho él por su reino? Solo se la pasa holgazaneando en cualquier sitio masticando dulces de cacao.

-Claus es mi primogénito -Agregó el Rey-. Por ende debería de ser él el elegido... no Lucas.

-Insisto, Claus no tiene más votos que su hermano.

El resto de los nobles concordaban con el Conde, sin embargo, Claus era el que llevaba el voto de su padre y era el más importante, para su padre él debía de serlo por el hecho de considerarlo más fuerte y valiente, lo cual era lo que el Rey más deseaba.

-Pero su majestad. -Insistía el conde-. Lucas es a quién Nowhere quiere que sea el rey...

-¡No! -objetó el padre de los gemelos-. Claus sostendrá mucho mejor el cargo. El es el mayor y le corresponde todo a él. Será Claus el rey y se casará con la princesa.

-Entonces... ¿Qué se supone que será de Lucas?

-Hay que deshacerse de él, hay que separar a esos dos cuanto antes -propuso otro noble.

Tras oír aquello, el menor de los príncipes consideraba que ya era suficiente, se echó a llorar, pero Claus, su hermano, lo abrazó para darle consuelo.

-Tranquilo Lucas, eso no pasará -lo serenó.

-¡Me van a matar, tu estás tranquilo porque no te harán nada! -Chillaba el menor de los príncipes entre un mar de lágrimas.

-No voy a dejar que a mi hermanito le hagan algo, mira Lucas, vamos a hacer algo. ¿Qué tal si escapamos de casa? Así tú estarás a salvo y yo cuidaré siempre de ti, ¿Qué me dices?

-N-no, es que no estoy seguro...

-¡Lo haremos! Huiremos juntos de casa, te lo prometo hermano, yo no dejaré que nadie te haga daño.

Lucas sin ser capaz de decir algo por el llanto y conmoción abrazó a su hermano fuertemente y éste tomó de su mano para salir de aquél escondite.

Duster, el mayor domo, los había estado esperando, en la entrada de la chimenea.

-¿Qué hacían ahí y por qué haces llorar al príncipe Lucas? -Preguntó el mayor domo con la mirada inquisitiva.

Enseguida Claus cerró la puerta y las ventanas de aquella habitación con seguro.

-Que bueno que estás aquí... Debes oírme bien; debes ayudarme a escapar con Lucas de casa cuanto antes, necesito que cuides a Lucas un momento, él te contará todo, yo iré a preparar las cosas, ¿Vale?

-¿Qué, qué? -Duster cuestionó con gran confusión.

Claus no le dijo más nada, salió del lugar para ir a vaciar las joyas y diamantes de su madre en un pequeño costal, aquello sería suficiente para sobrevivir allá afuera por mucho tiempo.

Vida de príncipesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora