🔱El palacio de Podunk🔱

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Claus y Lucas habían conseguido trajes especiales para la boda del príncipe Ninten. Esa noche entraron fácilmente al palacio, todo el Reino de Podunk estaba invitado a la celebración.

Ambos príncipes fueron de inmediato a dar bocado, hacía mucho no habían comido algo semejante y tan fino.

Aprovechaban todo al máximo dando grandes bocados olvidando que estaban allí por algo.

—¿Donde está el supuesto casamiento? —Preguntó Claus con sarcasmo—.Yo sólo veo gente comiendo.

—Hermano este palacio es diez veces más grande y hermoso que el nuestro, ¿Ya te fijaste lo elegante que es? —Lucas respondió.

—Te pregunté otra cosa.

—¿Pero puedo comer más?

—Lucas hemos estado comiendo casi media hora. Ya no sigas que luego no podrás ni moverte.

—Ness me invitaba a comer en el pueblo.

—¿Y de donde si no tenía nada? -Claus, el tiempo que estuve con Ness.... él conseguía de todo, si hasta una cita tuvimos antes de encontrarte a ti. Con él aprendí muchas cosas, con él comí liebres y animales salvajes que él cazaba cuando no teníamos dinero ni nada más para sobrevivir, y me acostumbre... lo extraño tanto.

—Bueno, se feliz comiendo como cerdo, pero no me pidas que te acompañe a ir por más. ¡Ah! Y no te pierdas por favor.

—No me perderé, nos juntamos en el último balcón de la derecha, ¿Te parece bien?

El príncipe Lucas se separó de su hermano sin esperar respuesta, fue para conseguir distintos alimentos. Claus sin embargo consiguió un postre de frutas cubierto en crema y chocolate. Se dio la media vuelta pretendiendo ir al lugar donde habían quedado con su hermano, pero no tomó atención a su alrededor y tampoco se dio cuenta que alguien pretendía sacar algo de postre también.

Claus logró esquivar al sujeto, aunque su reflejo hizo que el postre diera en el suelo. Bajó la cabeza, avergonzado en señal de disculpas y sin ver de quien se trataba esa persona.
—Lo lamento de verdad... —Se disculpó.

—¿Claus?

—¡Quién eres! —Fue casi imposible para Claus reconocerlo a simple vista por ese antifaz que llevaba aquel sujeto, pero por alguna razón esa voz le parecía familiar y su cabello también—. ¿Lloyd?

—Sí, soy yo. ¿Qué haces tú aquí? Esto es muy peligroso, ¿Sabías? Tienes que irte ahora mismo lo más lejos posible o te puede ir muy mal, aprovecha que todos celebran para irte.

—¿Cómo has estado Lloyd?

—No es momento de preguntas porque Ninten se presentará en unos pocos minutos frente a todos y tú no puedes estar aquí, además... ¿Te diste cuenta que este incidente provocó en la mayoría de los invitados que nos mirasen ahora? Somos el centro de atención, ensuciaste la costosa cerámica del palacio de Ninten. Si el príncipe se entera lo de la cerámica te partirá en dos la cabeza.

—¡Yo no le tengo miedo al príncipe mono y menos a la gente tonta que me mira!

Lloyd en ese momento deseó no haberse encontrado a Claus. Claus llamaba mucho la atención de todos los presentes con sus gritos hacía el príncipe. Lloyd se alejó inmediatamente de su amigo para evitarse problemas.

—¡Cobarde! —Fue lo último que Claus alcanzó a decirle a Lloyd.

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