🔱Dos príncipes y Lloyd🔱

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-¿Cuántas horas más debemos caminar para llegar hasta un maldito curandero? -Claus se quejaba-. ¿Qué tal si le quito yo mismo ese vaso de la mano?

-¡Noo, se puede desangrar, matarías al príncipe! -Lloyd exclamó con preocupación.

Mientras Lloyd y Claus discutían que hacer con la herida del príncipe Ninten, éste cogió un folleto del suelo. Se lo ofreció a Claus.

Se buscan príncipes Claus y Lucas del reino de Nowhere recompensa... 25 millones de monedas de oro» -Leyó Claus-. ¡Debo esconderme rápido me buscan!

-¡Eres el príncipe de la imagen, Claus eres un príncipe! -Lloyd gritó sorprendido-. ¡Estoy con dos príncipes santo cielo!

Claus cubrió la boca de Lloyd.

-Shht... ¿Tienes que ser tan escandaloso?

-L-lo lamento, Claus debes cubrirte con algo tú también.

Ambos se escondieron rápidamente en un lugar menos visible, Chocolate los siguió.

-Lloyd, me temo que no podré acompañarlos a ti y a Chocolate.

-¿A qué te refieres? -Inquirió Lloyd.

-Sólo debes ponerle tus anteojos antes de que el curandero lo revise. Es para que no lo reconozcan, yo los esperaré aquí mismo.

-¿No ves como me mira? ¡Me quiere matar! -El de anteojos se quejó.

-Chocolate.... Yo sé que eres bien tonto, pero necesito que acompañes a Lloyd y le hagas caso, yo te esperaré aquí, ¿vale? Te portas bien, por favor hace lo que te estoy pidiendo.

El príncipe Ninten solo lo miraba, parecía haber entendido.

-¡Bah! Ya lo convencí, vayan rápido por favor no tarden. -Dijo Claus dándole a Lloyd tres monedas de oro.

-Pero Claus esto es mucho... ¿Estás seguro que ya lo convenciste?

El príncipe de Nowhere asintió y les dio unos empujoncitos a ambos. Ninten miró por última vez a Claus, apenado y comenzó a seguir a Lloyd.

Habían pasado algunas horas desde que Lloyd llevó al príncipe Ninten al curandero y todavía Claus no sabía nada de ambos

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Habían pasado algunas horas desde que Lloyd llevó al príncipe Ninten al curandero y todavía Claus no sabía nada de ambos. Ya estaba harto de tener que seguir esperando y comenzaba a arrepentirse de confiarle su amigo a Lloyd, porque fácilmente pudo haberlo desviado del camino para llevarlo y pedir la recompensa.

Claus decidió salir de su escondite e ir en busca de su amigo Chocolate.

-¿Para donde crees que vas Claus? -Lo interceptó Lloyd llegando justo a tiempo con Ninten.

-¡Tardaste demasiado! -Claus se quejó.

El príncipe Ninten le sonrió, mostrándole de inmediato su mano curada, y Claus lo abrazó muy fuerte.

-Muchas gracias Lloyd... ¿Volvemos a casa? -Le sugería a Chocolate.

-Claus... ¿Puedo seguir con ustedes? -Inquirió el de los anteojos.

-Nos servirás de mucho, así que puedes acompañarnos. -Respondió sonriente-. ¿Puedo saber por qué tardaron tanto?

-La fila era larguísima Claus...

Claus invitó a Lloyd a pasar al refugio que los había estado protegiendo a él y a Chocolate desde hace muy poco.

-¡Oh! Una sóla cama. -Miró con disgusto.

-¿Qué esperabas? -Claus preguntó-. ¿Una mansión?

-No... pero, ¿Tú y el príncipe durmieron juntos? ¿Yo también dormiré con ustedes?

-Puedes coger tus cosas e irte si no te gusta, ¡No tienes cosas verdad! Lo lamento tanto por ti.

-¿Te ha enseñado tu madre a no mal hablar de la gente?

-Hablas como si no tuviera consideración y yo estoy viviendo con un mono casi niño y ahora adopté a un sujeto de la calle.

¡¡Toc, toc!!

Un par de fuertes golpes sonaron al otro lado de la puerta.

-¡Abran la maldita puerta! -Alguien gritó desde afuera muy alterado-. ¡Vengo del reino y sé que tienen al príncipe ahí!

Vida de príncipesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora