🔱Un corazón de madera🔱

248 45 5
                                    

Lucas no podía dejar de mirar a Ness desde la ventana de la cabaña. No le gustaba verlo así, nunca lo había visto de esa manera y nunca había tenido la intención de lastimarlo, no le quedaba de otra. Quería ir a abrazarlo fuertemente, pero su hermano se molestaría y eso era algo que él temía mucho.

El menor de los gemelos se tumbó boca abajo en la cama de la impotencia.

—Lucas... —dijo Claus sintiendo un poco de culpa—. Lamento ser un obstáculo entre ustedes dos, si te hace sentir mejor... puedes ir a abrazarlo... y lo lamento mucho.

—No... no quiero nada.

Claus se sintió peor.

—¿Quieres que yo hable con él?
Lucas negó con la cabeza en respuesta.

El príncipe Ninten también veía a Ness desde la puerta y se fugó de la vista de los gemelos para ir con él. Tenía curiosidad.

Ninten se sentó sigilosamente cerca de Ness, bajando la mirada para intentar ver su rostro.

—Hola príncipe Ninten, muy buenos días. —Ness le sonrió.

El pequeño príncipe dio un sobre salto por el repentino saludo de Ness. Ness notó de inmediato el rostro de preocupación de Ninten.

—No pasa nada, no tiene que preocuparse por mí su majestad. Es usted una persona muy amable. Yo estoy bien, de verdad. —Le volvió a sonreír y le sacudió los cabellos al preocupado príncipe.

Ninten se sintió mejor después de eso y le devolvió la sonrisa solo que más amplia. Sentía ganas de darle algo para hacerlo sentir mejor así que buscó con sus ojos cualquier cosa que le pudiera servir a Ness y encontró en el suelo un trozo de madera de árbol seco. Lo cogió y se lo entregó.

Ness lo aceptó con gusto. —Gracias, es usted por lejos el príncipe más tierno que he conocido. — Dijo Ness mientras buscaba su navaja para intentar darle forma.
Luego de varios intentos fallidos el trozo de árbol se encogió hasta el tamaño de una moneda. Ahí entonces se le hizo más fácil y pudo formar un perfecto corazón... y una horrible hemorragia en su mano derecha producida por un corte.

Ninten se asustó, la herida de Ness sangraba bastante. Se miró su mano recordando que él también tenía una herida similar sólo que esta estaba sellada con puntos.

Ness le mostró una afable sonrisa para tranquilizarlo mientras sentía que se desmayaba desangrado, él no sabía tallar arboles, no era experto dándole forma a trozos de madera.

Comenzó a envolver la hemorragia en su propia camiseta. Ness pensó que si le hablaba a Ninten podía distraerlo de su preocupación y eso hizo; le contó historias y lo entretuvo algunos minutos antes de llegar a despedirse de él y cuando finalmente Claus llamó a su amigo para irse... Ness envolvió el corazón en un papel viejo y se lo entregó al príncipe Ninten.

—Por favor, dáselo al Príncipe Lucas cuando lo vea necesario. Y dígale por favor que me perdone... aunque no se le entienda dígaselo. Deseo que pueda volver sano y salvo a casa. Buena suerte príncipe Ninten.

El príncipe lo abrazó fuerte dejando escapar los sollozos.

Vida de príncipesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora