—¡Genial! —Se quejó el príncipe de Nowhere—. Nos perdimos otra vez y no conseguimos alimento. Moriremos de hambre por tu culpa Niño mono.
El muchachito no parecía poner atención a las palabras de Claus, no entendía lo que este le decía, y parecía estar concentrado en el suelo, allí tenía su vista fija en algo y lo tomó; era una cochinilla de tierra. Claus lo miró y le sonrió.
—¿Es un insecto muy tierno no lo crees?
Él inocente niño se la metió en la boca y el príncipe quedó estupefacto. Pero él nuevamente consiguió otro insecto de los mismos y se lo ofreció a Claus amablemente.
—¿P-para mí? —Preguntó Claus con una pequeña sonrisa nerviosa en su rostro...
Pasaron pocos días desde que se habían conocido Claus y el Niño mono....Claus había buscado a Duster desde el mismo día que desapareció con el costal lleno de joyas, a él le quedaban unas pocas que tenía guardadas en uno de sus bolsillos del pantalón. Ofreció a un anciano un anillo de oro y un rubí el que antes pertenecía a su madre a cambio de una pequeña cabaña en el umbral del bosque, era precisa para esconderse de quien fuera, puesto que era pequeña y estaba rodeada por algunos arboles que en partes la camuflaban; era muy sencilla, con dos ventanas y una puerta. También consiguió algunas túnicas, para su amigo y otras más para él. Ya exhausto de tanto haber buscado a Duster y no conseguir ni un rastro de él, se tumbó en la única cama de la cabaña.
—¿Duster habrá huido con todo? -se preguntaba el príncipe—. Y Lucas... ¿Estará bien junto a ese idiota? Debería ir a buscarlo..., ¿Pero si solo consigo a estorbar? Claus apenas podía oír su propia voz con el ruido provocado por su amigo quien jugaba felizmente en el suelo con chatarra, vasos de cristal y una roca, también generaba fuertes ruidos molestos con la boca.
—¡¿Quieres dejar de hacer ruido de una buena vez?! —Exclamó Claus cabreado y luego cubrió su cabeza con la almohada.
—¡AAAAAAAAAAH! —De pronto gritó fuertemente el chico más pequeño.
—¡Cállate, cállate! —Se quejaba Claus. No conseguía callarlo, se quitó la almohada de la cabeza, estaba dispuesto a reprimir bien feo al otro chico, pero al observarlo fijamente descubrió que tenía un gran fragmento del vaso de cristal clavada en su mano.
El pobre chico solo gritaba y lloraba a cantaros.
—Demonios. Tendré que llevarte con un curandero. Deja de gritar por favor o pensaran que estoy matando a alguien y vendrán a ver para verificarlo. Claus debió calmar el llanto del muchacho antes de salir del lugar para luego ir en busca de un curandero que pudiese quitar el cristal que su amigo tenía todavía clavado en la mano.
Al salir de la cabaña caminaron sin rumbo en busca de ayuda.
—Disculpe joven. —Dijo Claus a una persona que caminaba por ahí cerca—. ¿Sabe usted donde puedo encontrar a un curandero?
Pero el sujeto no le contestó, parecía aterrado al ver al amigo de Claus.
—¿Está bien usted? —preguntó Claus al joven.
—Sí, sí... perdón, su real majestad en la otra calle hay un curandero —Él respondió—. ¿Quiere que lo acompañe?
—¡No! —Espetó Claus.
—No te digo a ti, le digo al príncipe.
—Yo soy el príncipe. —Claus masculló—. Pero no se lo digas a nadie, ¿Quieres?
—Sí claro, y yo soy el príncipe de los mares. —Le contestó el sujeto con sarcasmo.
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Vida de príncipes
FanfictionClaus y Lucas vivían una vida normal y cómoda como príncipes del reino de Nowhere, sin embargo un día escuchan un escabroso plan que se está gestando en torno a quien de ellos será Rey, por lo que deciden escapar, pero el destino los lleva a conocer...