Capitulo 40

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Con el amanecer las preparaciones para el viaje habían comenzado bajo la dirección de Ulises y Tylios, quienes tenían ya todo previsto para su partida. Armas, provisiones y otros materiales necesarios habían sido empacados. Desde una recamara en la cabaña, un herido y antiguo ser observaba el amanecer que comenzaba a obsequiar su calor. Se colocaba con frecuencia su mano derecha en su herida al sentir un considerable dolor que menguaba y regresaba como si no pudiera decidirse.

—Aun para tí te tomara días si no es que semanas recuperarte—dijo Topacio mirando al caído.

—Te olvidas muy rápido mujer—mencionó Dazadiel—. No nos queda tiempo para recuperarme. Debemos movernos de inmediato, cada segundo cuenta.

—Eso lo se, pero tengo curiosidad por saber, ¿Por qué decidiste ayudarlos?—preguntó ella acomodándose las mangas de su traje verde esmeralda. No creo que sea solo por la esperanza de que seas liberado.

Con su semblante molesto el caído giro su rostro. Su mirada descendió un poco y una fuerte respiración fue liberada. Topacio se acerco a él y dirigió su atención hacia los que preparaban todo para el viaje. Ulises junto a Langrid y los minotauros preparaban al Grundam para el largo viaje cargándolo de suministros. Algo que al enorme reptil no le parecía agradable por la forma que rugía y movía su grueso cuello.

—Conozco la historia de casi todo ser en este mundo—aseguró Topacio—. Ese conocimiento ha sido pasado de generación en generación entre mi linaje. Pero la de tú clase siempre ha sido una llena de inconsistencias. Y eso incluye tu collar.

—Nunca hemos sido fáciles de entender. Y para que lo entiendas, no deseaba ser atrapado en este maldito convenio. Pero otros tenían sus planes.

Topacio sonrió y al mirar hacia fuera se percato de la llegada de Jennifer, quien empezó a hablar con el capitán Ulises dejando ver su actitud alegre. En ese instante el semblante de la hechicera se torno triste.

—Siento lastima por ella—admitió Topacio—Su camino solo le traerá dolor y sufrimiento. Sabes que es cierto lo que digo.

—Si ese ha de ser su destino, no es mi problema.

—¡Es tú problema!—exclamó molesta—. Por que será bajo esa unión entre ustedes, que será corrompida y su inocencia será desgarrada de su espíritu.

Dazadiel cruzo sus brazos y estudio con detalle la actitud de la hechisera. La mujer no cambio su mirada enfocada en él demostrando su enojo. Él solo dejo salir una torcida sonrisa observándola reaccionar.

—Vaya, vaya, tenia mis dudas—mencionó Dazadiel—. ¿Tú linaje puede ver el futuro?

El rostro de Topacio intento esconder alguna reacción al comentario, pero el caído no era fácil de engañar. Pudo notar el cambio en su semblante y el pequeño movimiento inquieto de sus ojos verdes.

—Ya me preguntaba como era posible que conocieras un hechizo que nos ayudara de la forma necesaria, en el momento justo—. Vaya, si que tienes tus sorpresas.

—Solo he hecho lo que es mi obligación y no he quebrantado ninguna ley de mi linaje.

—Dime entonces hechisera, ¿Acaso sabias de antemano que esto ocurriría?

Topacio comenzaba a sentirse incomoda por las preguntas de Dazadiel. Coloco sus manos sobre su cabeza y luego las unió al nivel de sus labios.

—No puedo negarlo o admitirlo—contestó ella—. Solo puedo interferir en extremas situaciones. Como lo es que esas reliquias sean reunidas. Por un momento te has puesto a pensar que pasara si él es liberado.

Las Reliquias Del Antiguo: El Resurgir De Los CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora