Capitulo 44

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Jinzo descendió sobre un claro con poca vegetación. Antes de aterrizar, dejo caer bruscamente a la mujer. Jennifer se toco su tobillo y se arrastro un poco tratando de alejarse de la gárgola. La criatura se inclino ante la llegada de su señor Leónidas, que descendía de su enorme bestia alada. Tomo a la mujer por el hombro y la empujo hacia un grupo de gárgolas si alas que lo habían seguido. Aterrada intento huir, pero Leónidas la golpeo en el rostro haciendo que cayera de nuevo al suelo. Giro asustada al verse rodeada por estos seres que le rugían cerca del rostro demostrando su apariencia infernal. Desde su criatura Exodus y su fiel Claudia observaban a la visitante un tanto sorprendidos. Claudia descendió del Drazpio y se acerco a Jennifer que trataba de controlar su temor.

—Miren quien nos visita, una hermana de la Orden CelesGard—dijo Claudia arrancándole del cuello su relicario.

—No deténgase—pidió Jennifer tratando de recuperarlo.

Claudia reaccionó abofeteándola, haciendo que cayera al suelo de nuevo. Jugando con el collar se acerco a Exodus quien ya había descendido de su bestia muy atento a lo que ocurría. Claudia le entrego el collar a su amado quien lo levanto examinándolo con detalle. Este se acerco a la mujer quien se cubrió esperando otro golpe.

—Debes ser una miembro de la Orden muy especial—admitió Exodus tocándole el rostro con su mano—. Este collar no se le otorga a cualquier persona.

—Mi linaje es antiguo en la Orden—respondió Jennifer asustada.

—Ya lo veo—respondió él lanzando el collar al suelo—. Dígame mujer, ¿Con quien viaja y que tarea tiene entre ellos?

Jennifer lo observo asustada desconociendo que decir en ese momento. Exodus le acaricio el rostro con su mano derecha forzándola a que lo viera a los ojos. En ese momento el don de Jennifer se activo. Exodus se sintió incomodo retirando su mano evitando que ella pudiera usarlo con él. Se toco la mano y una sonrisa se dibujo en el rostro del hombre.

—Una obsequiada con el don de Zion—reconoció él.

—Será posible—comentó Claudia—. He escuchado mucho sobre ese poder.

—Me pregunto qué cosas sabe de nosotros—comentó Exodus tomando a Jennifer por el cuello.

Con sus dos manos, la mujer lucho con desesperación para que su vida no fuera ahogada por este ser, quien la miraba con ojos brillosos. En esta ocasión sus dones no se activaron por el desespero de Jennifer. Exodus la soltó permitiéndole recobrar el aliento. Claudia saco su látigo moviéndolo como una felina lo haría con su cola.

—¿La asesino mi señor? —preguntó ella.

—No, una mujer con ese don puede ser muy útil para mi, será nuestra invitada y además es muy atractiva, quizás le de otros usos en un futuro.

El comentario enfureció a Claudia, quien se coloco su látigo en la cintura con un rápido giro. Molesta se acerco a Jennifer y sin previo aviso la golpea con fuerza en el rostro noqueándola. Sabiendo la razón por la cual ella la había agredido, Exodus sonrío mientras que Claudia la ataba de las manos para que no pudiera intentar escapar.

—¿Leónidas que ocurrió con los demás?—preguntó Exodus.

—Mis gárgolas eliminaron a uno de los minotauros, pero los demás sobrevivieron.

—¿Reconociste a alguien?

—Si mi señor, el extraño de capa roja estaba con ellos.

—Suban a la prisionera a la bestia, salimos de inmediato. Brarka, deja a varios de tus guerreros para que los retracen. Toma a los demás y regresa al camino principal. Elimina cualquier posibilidad de que reciban apoyo.

Las Reliquias Del Antiguo: El Resurgir De Los CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora