Capitulo 51

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Semanas luego el sol filtraba su luz a través de las maltrechas cortinas de la sala principal de una posada. Varias mesas y platos vacíos adornaban el lugar. Varios felinos salían a toda prisa como si estuvieran aterrados. Un bastón era movido de lado a lado mientras su dueño miraba hacia una esquina cubierta por sombras. Una figura cubierta con una gruesa capa roja cruzaba sus brazos a la vez que liberaba unos destellos azules. Se encontraba recostado de uno de los pilares de la recamara y en su brazo derecho brillaba un objeto.

—Te veo cansado—dijo Maximas.

—Unas molestias que pronto desaparecerán—afirmó Dazadiel—. Espero que esta tan urgente reunión sea para recibir mi paga cardenal.

Maximas bajo la mirada por unos instantes. Esta acción provoco malestar en el caído quien se alejo del pilar dirigiéndose hacia el anciano cardenal. Dejo caer sus manos con fuerza contra mesa en donde Maximas se encontraba haciendo que el anciano lo mira fijamente.

—No soy de los que toleran sus tontas excusas viejo—advirtió Dazadiel—. Hicimos un trato y yo he cumplido.

—El trato incluir que devolvieras esa reliquia que tienes en tu brazo—recordó Maximas.

—Y quedarme unido al convenio sin nada para negociar. No me haga reír viejo, no soy tan tonto. Se lo entregare cuando no tenga este maldito collar en mi cuello.

—¿Y qué me garantiza que lo entregara cuando sea liberado?

—Se lo daré antes de que termine el proceso de liberarme. Cuando este seguro que no podrán echarse para atrás.

—¿Sabes muy bien el precio de ello?

Dazadiel golpeo la mesa destrozándola por el centro. Maximas se levanto y retrocedió con dificultad viendo como la capa se movía como si tuviera vida. Los ojos del caído estaban iluminados y sus músculos estaban incrementando en tamaño.

—No me venga con esa estupidez ahora viejo—advirtió con una voz gruesa Dazadiel—. Sabias el precio cuando acepto el trato. Oh acaso pensabas que me arrepentiría.

—Esperaba encontrar otra solución, una menos riesgosa. Pero necesito más tiempo para hacerlo. ¿Puedes ser paciente? Te cumpliré la promesa, te lo pido.

—No hay otra solución anciano. Nunca la ha habido, por eso lo hicieron de esa forma. Por eso lo crearon con ese precio para su ruptura.

—Te lo suplico, dame un poco mas de tiempo. Se que puedo hacerlo.

El físico del caído fue tomando su apariencia normal. Su mirada se poso en el anciano y apretando sus puños le dio la espalda. Respiro profundamente girando su rostro hacia el hombre.

—Yo no tuve nada que ver con este conjuro o la forma en que fue realizado y mucho menos el precio que costara su anulación—dijo Dazadiel.

—Eso lo se, solo te suplico tiempo para encontrar otra forma—pidió Maximas dando unos pasos hacia el.

—No hay otra forma y lo sabe muy bien viejo—dijo Dazadiel comenzando a dirigirse a la entrada—. Si tuvo el valor de aceptar el trato, ahora cúmplalo. Aunque suene imposible, mi conciencia esta limpia.

Cubriéndose con su capa Dazadiel salio de la posada. Al dirigirse hacia Tylios quien afilaba sentado en un tronco su hacha Jennifer le paso por el lado. Al saber que el cardenal se encontraba en el lugar la joven mujer deseaba hablar con el. El caído no la miro y siguió su camino. Desde la entrada de la posada el anciano la vio acercarse con su habitual alegría hacia el. Coloco su mano en la entrada y una lágrima descendió por su mejilla a una sonriente Jennifer acercársele.

—Gran Elysion- Rad perdóname—se dijo tratando de esconder su pena. 

Las Reliquias Del Antiguo: El Resurgir De Los CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora