Capítulo 10: El sueño.

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Al abrazarla sentí el calor de su cuerpo... Y la verdad, pensé que me empujaría lejos de ella, pero no fue así. Simplemente dejó que la envolviera en mis brazos.

-¿Qué viniste a hacer aquí?- Preguntó levantando su rostro.

-Vine acompañando a Emily.- Suspiré.

Ella me observó directamente y sonrió.

-¿Se escaparon?- Elevó una ceja.

Asentí.

-¿Porqué lo hiciste?- Pregunta confundida.

-Púes, porque sabía que estarías aquí.- Pensé en voz alta.

Sentí como nuestras miradas se penetraban una a la otra, como si ambos intentáramos ver más allá del otro.

-Yo... Creo que tengo que irme.- Se levanta comenzando a caminar.

-¡Espera!- Me levanto rápidamente deteniéndola.

Ella me observa esperando que diga algo...

-¿Cuándo podré verte competir?-

-La próxima semana, aquí, a la misma hora.- Sonrió tristemente.

-Tendré que escaparme para verte otra vez, Natasha.- Susurré.

¿Qué está pasando con todo mi lado tímido? Se esfumó sin darme cuenta.

Ella rápidamente se dio la vuelta y sin más se marchó caminando a pasas cortos.

Al perderla de vista, me doy la vuelta y al encontrar a Emily entre las personas, decidí volver a casa antes de que se haga más tarde.

-¿Natasha no competirá?- Preguntó caminando a mi lado.

Negué con la cabeza e introduje las manos en los bolsillos de mi pantalón mientras recordaba la mirada de Natasha, sus lágrimas, sollozos, lo rojo que se pusieron sus ojos y la punta de su nariz.

-Ella nunca se ha perdido una competencia. Además estuvo preparándose toda la semana para el día de hoy.- Comentó.

-Pero aveces las personas cambiamos de perspectiva o planes, en un momento que ni siquiera nosotros nos esperamos.- Dije.

Emily asintió comprendiendo y sin decir nada continuamos el camino a casa.

*

Mientras estábamos en casa, bajé a la cocina a por un vaso de agua y me encontré con mi llorosa hermana observando por la ventana que da a la parte trasera de la urbanización.

-¿Qué sucede, Emily?- Me acerqué a ella preocupado.

-Papá...- Susurró.

Arrugue mi entrecejo al no entender que trataba de decirme y me fijé en la ventana observando como nuestro padre se besa apasionadamente con otra mujer.

Mi ira comenzó a ser notable, y mis puños a cerrarse hasta que los nudillos estuvieran blancos.

Natasha

Al apenas llegar a mi casa, me abalance en mi cama e inmediatamente me quedé dormida con un rastro de lágrimas en mis ojos.

He escuchado un ruido dentro de mi habitación el cual hizo que me me despertara por la mañana.
Por un momento pensé que Alan había venido a ver como estaba pero me sorprendí completamente al darme cuenta de que no es Alan, es... Nelson.

-¿Qué haces aquí?- Me levanté rápidamente, mientras pasaba las manos por mis ojos una y otra vez.

-No pude esperar el fin de semana para poder escaparme e ir a verte.- Sonrió.

Conexión DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora