Capítulo 17: Boxeo.

236 24 0
                                    


-¿A qué hora llegaste anoche, hijo?- Preguntó llevando a su boca en último bocado de comida.

-Temprano.- Fue lo único que se me ocurrió decir.

-No te escuché llegar.- Comentó.

-Sabes que yo jamás he hecho ruido al llegar a casa.-

-¿Seguro? Siempre suenan las llaves cuando las colocas sobre la mesa.- Elevó una ceja.

-Yo le abrí.- Intervino Emily salvándome la vida.

Mi madre le dio una mirada a mi hermana y no sabría decir si la convenció o no.

-Bueno y ¿La chica pudo llegar a su hogar?- Preguntó curiosa.

Asentí sin mirarla a los ojos.

-¿De dónde venía? Digo, es nueva en la ciudad ¿Cierto?- Preguntó una vez más.

-Sí, viene de Maracaibo.- Mentí.

Soy pésimo para mentir.

-Lejos. Y ¿Que viene a hacer aquí?-

¿Hoy es el día de preguntas?

No paraba de preguntar.

-No lo sé, madre, no le averigüe la vida.- Me levanté de la mesa un poco frustrado.

-No te molestes, hijo. Sólo quiero saber con quien te juntas.-

¿Despúes de 18 años? Quiero preguntar pero no lo hago; sólo voy a mi habitación evitando más preguntas.

Lo malo es que cuando mi madre nota que la estoy pasando bien, que conozco nuevas personas, ella quiere interponerse...

¿Podré tener vida propia alguna vez?

Natasha

Alan y yo nos encontramos en la cancha de boxeo golpeando fuertemente el costal que se encuentra frente a nosotros.

Venimos aquí desde hace unas semanas.

Nuestras vidas son muy complicadas y los problemas nunca acaban, aquí podemos desquitar todo el estrés, toda la furia, todo el dolor, sin hacernos daño y sin hacer daño a nadie.

Hoy compito en las carreras de autos y necesito estar muy relajada para poder encender mi auto sin acelerar y estrellarme contra una pared.

Las palabras de Nelson pasan por mi mente una y otra vez haciendo que golpee cada vez más fuerte...

"No eres mala."

Puede que tenga razón pero, igualmente será muy difícil alejarme de éste mundo en donde ya vivo.

-¡Hermosa, para!- Dijo Alan sacándome de mis pensamientos.

Me detuve observando el costal como si fuera a destrozarlo... Es inútil. Bajé la guardia y suspiré quitando los guantes de mis manos.

-¿Semana dura?- Preguntó acercándose.

-Algo.- Lo observé. -¿Qué tal tú?-

-Al parecer, no tan ruda como la tuya.- Sonríe de lado.

Dejé salir un largo soplido.

-Una pregunta, Alan.- Hice una pausa. -¿Éste mundo en el que vivimos, es el correcto? Digo, aveces lo dudo y siento miedo.-

-Quizás no es la mejor vida, pero ya estamos encerrados aquí y la verdad, yo también siento miedo.- Suspiró.

-Ni siquiera recuerdo como entramos aquí.-

Conexión DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora