Capítulo 39: Han sido los mejores 06 meses de mi vida.

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Nelson

El equipo y yo la estamos pasando muy bien la verdad, pero hay algo que me tiene sin cuidado... La mayoría de los chicos vinieron con su pareja, Lucía me dijo que Natasha no podía venir porque "era sólo para los jugadores".

-¿Por qué no has venido con Natasha?- Diego me susurró.

-Ella tenía cosas que hacer.- Mentí sin mirarlo.

Diego arrugó su entre ceja pero no dijo nada, se dio la vuelta y comenzó a conversar con Marcos; Drake se acerca con una copa llena de vino entre sus dedos.

-Hey, te noto pensativo.- Se sentó a mi lado.

-Lo estoy.- Dije peinando mi cabello con los dedos.

-¿Es algo malo?- Preguntó preocupado.

-No lo sé.- Me encogí de hombros. -Saldré de dudas en éste momento.- Me levanté y busqué con la mirada a Lucía, hace rato la vi dirigirse al baño.

-Cuidado.- Drake chocó su puño con el mío.

Vi a Lucía en una esquina del restaurante mientras escribía algo en su teléfono el cual está conectado al enchufe, me acerqué a ella.

-¿Podemos hablar?- Pregunté en un tono de voz neutro.

Ella quitó la mirada de su teléfono y me observó confundida. -Claro, pero aquí no, vayamos afuera.-

Asentí y la seguí hasta las afueras del restaurante.

-Bien, ¿Qué ocurre? Me asustas.- Rió nerviosa.

-La mayoría de los chicos vinieron con su pareja, me dijiste que sería sólo para jugadores.-

-Esa era la idea principal pero hablar con hombres es más complicado de lo que parece.- Volteó sus ojos.

Algo aquí no encaja.

-Sí, supongo.- Comenté dirigiéndome nuevamente al restaurate.

Escuché un suspiro de su parte mientras me alejaba y en segundos ella me detuvo haciendo que me volteara nuevamente.

-Esperame.- Se acercó rápidamente.

Cuando estaba a unos pasos de mí se tropezó con un pequeño desnivel en el suelo y se lanzó a mis brazos, en el impacto su rostro llegó al mío pero retrocedí evitando que sus labios se estamparan con los míos.

-¡Rayos, lo siento!- Dijo acomodando su camisa.

Sin responderle nada, negué con mi cabeza y retrocedí en pasos rápidos adentrándome nuevamente al restaurante dispuesto a agarrar mis pertenencias e irme.

No pensé que Lucía fuera de ese tipo de chicas, siempre la observé honesta y respetuosa pero sus intensiones hace un par de segundos fueron adrede, todo estaba planeado.

Desconcertado me dirijo a la mesa, cojo mi chaqueta y sin decir nada me voy. Además ya es tarde.

En el camino a casa no dejo de suspirar; cuanto agradezco que mis reflejos me hayan permitido apartarme, no hubiera podido hacerle algo así a Natasha, mi niña bonita, no me lo hubiera perdonado a mí mismo.

Antes de subir a mi habitación me percato de que mi madre probablemente llegó agotada y se acostó, mi hermana ya ni sale de su recamara; así que decido pasar a la cocina por un poco de helado y luego subir cuidadosamente las escaleras a mi habitación.

Giro la manilla de la puerta y la abro, mi vista va desde la ventana abierta que dejé antes de irme hasta la hermosa silueta parada en el marco del baño, la cual reconozco perfectamente.
Tranco la puerta y sigilosamente paso el seguro, dejo mi chaqueta sobre el perchero y llevo una cucharada del helado que traigo en baso a mi boca, sin quitarle la mirada a su silueta.

Conexión DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora