Capítulo 24: Dame una señal.

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Nelson

Ella seguía compartiendo esa sonrisa y esa mirada especial conmigo.

Natasha desvió su mirada y sacó su teléfono observando la pantalla, alguien la llamaba.

-¿Sí?- Dijo llevando el celular a su oído. -Bien, nos vemos allí.- Colgó.

La observé y ella me dio una sonrisa.

-Alan y Emily nos esperan.- Sacó las llaves de su auto.

-¿Dónde?- Elevé una ceja.

Se supone que Emily me llamaría, tal vez se descargó su batería.

-Por ahí.- Sonrió esta vez para ella misma y se dio la vuelta dirigiéndose a su auto.

Arrugué mi entre ceja confundido y la seguí.

Al montarme en el auto un suave olor a vainilla invadió mis fosas nasales y está tan limpio que me da miedo ensuciarlo o arruinar algo.

Natasha encendió el auto y pronto aceleró haciendo que las ruedas rechinaran contra el asfalto de la carretera.

En la radio suena "Dame Una Señal". Natasha la tararea mientras conduce pero la letra de esa canción... Es la indicada para éste momento.
Respiré profundamente y comencé a cantar.

-Yo quiero tenerte conmigo y siento que vuelo contigo, dame todo tú cariño.- Natasha desvió su mirada del camino para observarme, pronto sonrió, me estoy muriendo de la vergüenza justo ahora, canto terrible. -Y voy, volando contigo y, quiero ser más que tú amigo, dame una señal, de que quieres estar conmigo.- Aunque probablemente esté aturdiéndola iba a continuar cantando pero ella subió el volumen a la música y siguió la canción.

-Hoy me levante con ganas de buscarte, a un lugar llevarte y hacerte saber...- Casi que gritaba al cantarla con una gigantesca sonrisa.

Que yo quiero tenerte conmigo y siento que vuelvo contigo, dame todo tú cariño... Y voy, volando contigo y, quiero ser más que tú amigo, dame una señal, de que quieres estar conmigo.

Cantamos al unisono.

Su sonrisa me hizo observarla de perfil y si no estuviera conduciendo me hubiera lanzado a besarla. Me giré nuevamente y me enfoqué en el camino para poder tener un poco de autocontrol.

Sigo tarareando el ritmo de la canción inconscientemente mientras observo por la ventana.

-Sí quiero estar contigo.- Susurró deteniendo el auto.

Abrí mis ojos como platos y escuché como los latidos de mi corazón resonaban en mi cabeza; lentamente volteé mi rostro.

Y no hay una sensación más bonita que la que sientes cuando la miras y te das cuenta de que ella ya te estaba viendo.

Natasha tenía un mechón de cabello detrás de su oreja, sus mejillas rosadas y, en su mirada un brillo indescriptible, se ve tan linda y vulnerable de ese modo.

-Yo no quiero estar contigo.- Respondí seriamente.

Su rostro tuvo una caída a la desilusión, se quedó callada por unos segundos y rápidamente desvió su mirada.

-Si no quieres, púes...- La interrumpí colocando ligeramente mi dedo sobre sus labios haciendo que me mirara a los ojos.

-Porque la verdad es que me estoy muriendo por estar contigo, Natasha.- Sonreí.

Ella sonrió para sí misma y si no la besaba realmente me iba a morir.

Soy un cursi dramático.

Uní nuestros labios en un profundo beso. Ambos se mueven sincronizadamente y juegan entre ellos como si se conocieran de toda la vida.
Es un beso único, diferente y especial. Un beso que no quiero olvidar jamás.

Sus manos fueron a mi cuello, comenzaron a jugar con mi cabello delicadamente y la verdad se siente muy bien, mis manos acariciaban sus mejillas ligeramente con los dedos pulgares y mi respiración estaba comenzando a ser un desastre pero, por nada del mundo quiero dejar sus labios.

Sus manos fueron a mi cuello, comenzaron a jugar con mi cabello delicadamente y la verdad se siente muy bien, mis manos acariciaban sus mejillas ligeramente con los dedos pulgares y mi respiración estaba comenzando a ser un desastre pero, por nada...

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