Capítulo 14: El beso.

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Anteriormente

Natasha colocó la mano en la manilla de la puerta y antes de girarla la detuve colocando la mía sobre la suya y sin rodeos tomé su rostro entre mis manos presionando sus labios en la esquina de los míos.

Natasha

Pensé que después de ese momento cercano desaparecería por la puerta y me dejaría con mi pobre corazón apunto de explotar, aquí en mi habitación, pero ésta vez no fue así, como las veces anteriores. Simplemente después de presionar sus labios en la esquina de los míos, se quedó allí, sostenido mi rostro entre sus manos, nuestras respiraciones uniéndose y nuestras miradas tentandose.

Justo en éste momento las palabras no son capaces de expresar ésta conexión que ambos sentimos. Porque sí, Nelson me ha demostrado que siente lo mismo que yo y no tiene problemas en demostrarlo, en cambio a mí, me ha costado tanto admitirlo así sea en mis pensamientos.

Sus labios rozaron directamente con los míos quitándome la respiración, y bastó ese roce para que se unieran por completo; sin darme cuenta continúe el beso, trazando un compás como si fueramos uno sólo, sentí que había esperado éste momento toda mi vida, y que por fin estaba sucediendo.

Sus labios son tan suaves y sus besos son tan cálidos como los llegué a imaginar en una pelea constante entre mi mente y corazón.

Nelson se aleja unos milímetros para mirarme directamente a los ojos. Ellos brillan con intensidad y una ligera sonrisa adorna su rostro.

-Nos vemos, Natasha.- Acaricia mis mejillas con sus dedos delicadamente.

Simplemente me quedé sin palabras observando como él salía de mi habitación.

Cerré la puerta y dejé que mi espalda se deslizara por la misma hasta caer en el suelo. Sonrío cuando mi dedo pulgar va a mi labio inferior acariciándolo mientras que por mi mente ese beso se repite una y otra vez.

Nelson

Al apenas llegar a mi casa, me abalance sobre mi cama sintiendo como mi corazón aún late aceleradamente.

Su sonrisa, sus ojos, el sabor de sus labios, sus mejillas sonrojadas, su calor, su compañía... Fue el mejor momento de mi vida.

No podía dejar pasar esa oportunidad y sin pensar en lo que suceda después de esto, lo hice... La besé como nunca he besado y se sintió tan bien.

*

Desperté a la mañana siguiente con una gigantesca sonrisa; cada vez que recuerdo el beso mi corazón amenaza con salir de mi pecho.

¿Cómo una chica puede causar tantas cosas en mí con sólo un beso?

Éstas emociones revueltas que estoy sintiendo, son algo totalmente desconocido, algo que nunca antes había sentido y Natasha, es la chica que me ha hecho sentir de éste modo.

Con Natasha en mis pensamientos entró al baño de mi habitación para darme una ducha. Antes de salir, enrollo mi torso en una toalla y al abrir la puerta casi se cae de mi cintura cuando veo a Natasha dentro de mi habitación frente a la ventana.

Ella me observó y sonrió. Quisiera decir que disimuló al recorrer con su mirada por mi abdomen, pero mentiría.

Y después de unos segundos, ella habla sacándome de mis pensamientos.

-Dejaste tú balón en mi habitación.- Comenta jugando con el en sus manos.

Mi rostro tenía una expresión de sorpresa, pero después de verla allí, frente a mí con esa linda sonrisa, no pude evitar contagiarme y sonreír.

Conexión DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora