Capítulo 29: Bajo la lluvia.

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Nelson

Natasha Aristiguieta es mi novia.

Se siente extraño decirlo, pero a la vez, esa sensación de mariposas en el estómago me hace saber que esta conexión es real y que va más allá de lo desconocido.

-Te quiero.- Susurré en su oído.

Sentí su sonrisa en mi cuello y ella aún no responde, no me molesta, pero el día que lo haga tendrán que llevarme a un hospital porque mi corazón va a latir

-No quiero causar molestias, señora.- Sonrió tímidamente.

-¡Oh no, para nada!- Negó con su cabeza. -Por favor, quedate a almorzar luego mi hijo te acompañará hasta tu hogar.-

-La verdad no hace fal...-

-Insisto, cariño.- La interrumpió.

-Bueno, me quedaré.- Accedió ya rendida con una linda sonrisa.

Presiento que mamá comenzará con su momento de preguntas.

Sonreí para mi mismo y miré a Emily, quien hacía lo mismo.

-Entonces iré a preparar la comida.- Dijo una mamá muy feliz.

Al ver como mi madre se desaparecía en la cocina mientras tarareaba una canción, tomé delicadamente la mano de Natasha.

-Ven, acompañame a bajar un par de cajas de la camineta.-

La mudanza está lista, sólo hacen falta algunos detalles de la decoración de mi habitación.

Ella asintió y al salir de la casa una gota de agua calló sobre mi frente haciendo que mirase hacia el cielo.

-Va a llover.- Comenté al ver una gran nubosidad gris.

Y como si yo acabara de hacer una especie de magia, la lluvia comenzó a caer.

-Mejor, bajemos las cajas luego.- Dije al ver que la lluvia se hacia más fuerte.

Natasha sonrió, como si tuviera una idea en mente.

-¿Quieres jugar?- Preguntó colocándose frente a mi con una sonrisa juguetona.

-Quiero besarte.- Reí.

Ella negó con su cabeza. -Primero tendrás que atraparme.-

-Vale.- Accedí. -Uno...-

-Dos...-

-Tres.- Y sin más ella comenzó a correr por todo el jardín bajo la lluvia mientras yo la perseguía.

Al principio se me hizo un poco difícil alcanzarla, pero luego iba muy cerca tanto que si alzo mi mano logro tocarla.
Se ve tan linda corriendo con el viento en contra, como su cabello se olea con el, como la sonrisa en su rostro crece cada vez más y como el agua va mojando su ropa y la mía.

Me distraje tanto observándola que no sé en qué momento ambos rodamos en el cesped, quedando yo sobre ella...

Su respiración estaba agitada, su pecho subía y bajaba al igual que el mío. Nuestras miradas se conectaban y yo sentía que el fuerte color marrón de sus ojos me penetraba. Su mirada bajó a mis labios cuando ella relamió los suyos y sin aguantar más la tentación la besé bajo la lluvia. Mi cuerpo sobre el suyo, empapados,y nuestros labios comiéndose entre sí, aumentan la tensión que se encuentra en el ambiente.

Mis manos se mantenían firmes en el suelo para no dejar caer todo mi peso sobre ella, pero las suyas se mantuvieron quietas en mi abdomen debilitándome lentamente. Ella suavemente mordisqueó mi labio inferior para luego continuar con el beso haciéndome sonreír.

Conexión DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora