Capítulo 34: La fiesta I.

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Nelson

Desperté por la mañana gracias a que la luz que provenía de la ventana pegaba en todo mi rostro. Aún adormilado, pestañeo repetidas veces y entonces la vi... Estaba a mi lado, dándome una gran calidez en el cuerpo que desearía tenerla todos los días al despertar.

Su cuerpo está muy junto al mío, pero me da la espalda; sonrío para mí mismo ante la hermosa sensación que se siente despertar a su lado.

Ayer, después de comunicarle a mi madre que acompañaría a Natasha esta noche, el momento de besos y caricias fue intenso, aún más que antes.

Tengo que confesar que se me hizo difícil controlarme... De hecho, no pude hacerlo.
No ocurrió nada que fuera más allá, pero mi pantalón comenzaba a incomodarme, por eso, tuve que disimular diciendo que creí haber escuchado algo para así respirar un poco.

Ella hace que pierda el control.

Me coloqué de lado y abracé su cintura; ella se removió entre mis brazos y se dio la vuelta quedando frente a frente.
Delicadamente quité algunos cabellos de su rostro y observé como sus largas pestañas reposaban sobre sus ojos cerrados, acaricié lentamente su mejilla apreciando su belleza natural. Lentamente abrió sus ojos y me observó, una pequeña sonrisa se escapó de sus labios.

-¡Buenos días, princesa!- Susurré depositando un tierno beso en su frente.

Ella me respondió ampliando su sonrisa.

Me levanté con cuidado y me dirigí al baño; al salir ella estaba abarcando toda la cama con su pequeño cuerpo, reí por lo bajo y me acerqué a ella...

-Despierta, mi princesa.- Susurré dejando cortos besos en sus labios.

Ella aún seguía con sus ojos cerrados, inmóvil.

Es más fácil despertar a la Bella Durmiente que a Natasha.

Algo pasó por mi mente y con un exagerado suspiro me levanté de su lado. -Bueno, tendré que irme y dejarla dormir.-

-¡No, no, no, por favor, no te vayas!- Se levantó de un golpe para sostenerme del brazo y evitar que "me fuera".

Sonreí. -¿Tú no estabas en un sueño profundo?-

-Realmente desperté hace rato, sólo quería que continuaras dándome besitos.- Agachó su rostro ocultando una sonrisa.

-Sí es por eso, no hacía falta que te hicieras pasar por que aún estabas dormida.- Coloqué mi mano en su cintura y la atraje a mi cuerpo.

Presioné mis labios sobre los suyos y en medio de ese corto beso, ella sonrió. -Esperame para bajar a desayunar.-

Asentí y la vi entrar al baño.

Después de colocarme mis tenis; me senté sobre la cama y dejé reposar mi espalda en el suave colchón. Desde ayer el aroma de ella me envuelve y se apodera de mis fosas nasales. Cerré mis ojos y sonreí al sentir como Natasha se sentaba sobre mi abdomen y besaba delicamente mis labios.

*

Después de desayunar y jugar coquetamente entre nosotros por unos minutos, fuimos a recoger en mi camioneta a su tía quien había pasado la noche en el hospital.
Sé que a Natasha la muerte de su abuelo no le ha afectado pero, a su tía sí y, sin que suene mal, me da mucha pena todo lo que ella está pasando.

-Estoy agotada.- Suelta un suspiro de cansancio.

-Ya podrás descansar al llegar a casa, tía.-

-¿Harás algo el día de hoy, Natasha?- Preguntó su tía dejando reposar su cabeza sobre el asiento.

Natasha se encuentra sentada de copiloto, y su tía va atrás; yo mientras manejo presto silenciosamente atención a su conversación.

Conexión DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora