Capítulo 25: Primera cita.

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El beso profundizó. Nuestras respiraciones ya eran un desastre.

Lentamente dejé sus labios y choqué nuestras frentes ligeramente, abrí mis ojos para encontrarme con los suyos, ese color amarronado es ahora más intenso, sus largas pestañas hacen que sus ojos resalten aún más y sus mejillas están encendidas.

Amo esas pequeñas reacciones en ella.

-Te quiero.- Susurré.

Natasha no se esperaba algo como eso. Tal vez fue muy rápido, no lo śe, pero tenía que decirlo porque enserio la quiero; no hace falta conocerse de años para decirlo, no hace falta saber todo de ella para pronunciarlo, no hace falta esperar a que ella lo diga primero porque ésta conexión desconocida que hay entre ambos habla por sí sola... Nosotros somos los que decidimos si queremos expresarlo con palabras.

Su mirada era algo nerviosa. Probablemente por su mente pasen muchas preguntas e inseguridades y la comprendo porque todo lo que nos está ocurriendo es totalmente desconocido tanto para ella como para mí, pero en la vida todo tiene que suceder por primera vez; yo comienzo a aclarar todas mis dudas cada vez que estoy con ella porque, solo Natasha tiene la respuesta.
Ella se alejó un poco y desvió su mirada, así que hablé, tampoco quiero presionarla.

-No hace falta que respondas.- Hice una pausa sonriendo cálidamente. -No quiero que te veas obligada a hacerlo.-

Ella me observó nuevamente y me dio una delicada sonrisa, luego miró hacia el frente y comenzó a reír.
Confundido sigo su mirada y me encuentro con Emily haciendo un corazón con sus manos mientras reliza muecas con su rostro y lanza besos al aire, encontrándose frente al auto junto a Alan de brazos cruzados riendo con los gestos de mi hermana.

Se ven bien esos dos, ahora me pregunto... ¿Qué habrá pasado entre ellos hoy?

-Bajemos.- Indica Natasha con una sonrisa en su rostro.

Al bajar, seriamente le di la mano a Alan y deposité un beso en la frente de mi hermanita. Mi mirada fue a una caja grande de pizza junto a un envase de refresco negro sobre el capó del auto de Drake, el cual condujo Alan ésta noche.

-Oh, vamos a comer.- Comenté. Púes no sabía que nos encontraríamos para comer.

-Sí, pero aquí no.- Dijo Natasha dándose una mirada cómplice con Alan.

-Vengan.- Alan dió un paso colocándose al lado de Natasha, luego comenzaron a caminar ellos frente a nosotros.

Emily y yo nos dimos una mirada encogiendonos de hombros.
Seguimos a Alan y a Natasha, observé el lugar antes de irnos y me percaté de que sólo es una vía oscura en el medio de la nada.

Antes de subir por un gran pilón de arena, Alan tomó la mano de Emily y Natasha tomó la mía delicadamente mientras nos seguían guiando a quien sabe donde.

-¿A dónde vamos?- Susurré deteniendo a Natasha, dejando que Alan y mi hermana continuaran.

Natasha se volteó y me observó dándome una cálida sonrisa.

-Confía en mí.- Dijo para luego depositar un corto beso en mis labios y continuar guiándome en el camino.

No me quedó de otra que dejarme llevar por ella, la chica que está causando mil cosas en mi.

Me parece extraño éste camino, arenoso, solitario, oscuro, césped en pequeñas partes, inclinado. Además de que estamos en medio de la nada y de madrugada.

Un sonido el cual llevaba años sin escuchar se apoderó de mis canales auditivos... El mar. Creo, que ya puedo imaginar a donde nos llevan, aunque no puedo afirmarlo del todo, ya que Natasha siempre te sorprende.

-Aquí es.- Sonrió Alan, ayudando a subir a Emily un gran escalón.

Al posarnos justo al lado de ellos pudimos observar que estábamos sobre una gran roca la cual estaba a algunos metros sobre el mar.

¿Lo ven? Sí pude imaginar el mar o una playa, pero jamás imaginé que estaríamos sobre el.
Aún así, es increíble escuchar las olas y sentir el viento en el rostro, totalmente relajante; un lugar sin padres peleando, sin los gritos de tú madre, sin las diferentes mujeres de mi padre, sin estudios, sin hojas de trabajo, sin universidad, sin presión. Éste es el lugar donde hubiera querido estar toda mi vida.

Pronto nos sentamos a comer en el borde de aquella roca donde nos encontrábamos, con nuestros píes colgando. Me tomé la libertad de observar a Natasha distraída y, es aún más hermosa. Luego observé a mi hermana junto a Alan. Ella ríe mientras él limpia su boca con una servilleta delicadamente.

Me preocupa un poco lo de ellos, es mi hermana y no quiero que llegue a hacerle daño, podrán llevarse bien, tratarse de lo mejor pero Alan sigue teniendo 18 años y mi hermana 16, son mentalidades muy distintas.

-Por ellos puedes estar tranquilos. Alan no quiere hacerle daño.- Susurró Natasha haciéndome salir de mis pensamientos.

Me fijé esta vez en ella quien me observaba con una ligera sonrisa en sus labios.

Le devolví la sonrisa tranquilo y terminé mi trozo de pizza, Natasha ya ha terminado.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- Dijo ella haciendo que tragara saliva y asintiera lentamente observándola directo a los ojos. -¿Esto vendría siendo nuestra primera cita?-

Parpadeé repetidas veces y luego sonreí para mi mismo. Desvié mi mirada hacia mis píes los cuales se balanceaban en el aire.

-Bajo la luz de la luna y las estrellas, con el viento en el rostro, el sonido de las olas chocando entre si, nuestros píes colgando sobre el mar, es... - Hice una pausa. -Una perfecta primera cita. - Completé sonriendo.

 - Completé sonriendo

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