Capítulo 12: Quiero enamorarte.

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Nelson

-Mis tesoros, gracias por estar a mi lado.- Agradece mi madre volviendo al espiral de tristeza.

-No tienes que agradecernos nada, mamá...- Coloqué mi mano sobre la suya, sonriendo. -No nos gusta verte así, por favor regalanos una sonrisa.-

Mi madre sonrió desviando su mirada.

-¡Así te ves más hermosa!- Exclamé acariciando su mejilla. -¿Cierto, Emily?- Observé esta vez a mi hermana.

-Podría decir que te ves más hermosa que yo, y eso es prácticamente imposible.- Bromea desganda.

-Por favor, hijo, jamás sigas los pasos de tú padre; nunca hagas llorar a una mujer.- Sus ojos se cristalizaron.

-No te preocupes, mamá. Prometo no ser como él.-

-Y tú hija, jamás permitas que un hombre te haga llorar.-

-Lo prometo, mamá.- Dijo.

Compartimos con mi madre un par de horas más, intentando hacerla sonreír, y al hacerse de noche partimos a nuestra habitación.

Me abalancé en la cama sin saber que hacer. No es nada fácil observar a tú madre llorar.

-¡Nelson!- Gritó mi hermana desde su habitación la cual está justo al lado de la mía.

-¿Qué?- Grité.

-Tú teléfono no para de sonar.- Entró a mi habitación arrojando el teléfono a la cama.

-¿Y qué hacías tú con mi teléfono?- Me crucé de brazos.

-Nada.- Escondió sus labios para no reír.

Le di una mirada fija e intensa haciéndola decir la verdad.

-Está bien, me estaba tomando fotos, pero no lo vuelvo a hacer.- Miró hacía el suelo.

Sonreí.

-Tranquila, enana.- Desvié mi mirada a la pantalla de mi teléfono el cual marcaba un número no registrado en el almacenamiento.

Contesté observando como mi hermana salía de la habitación rápidamente.
Ni siquiera tuve tiempo de hablar, justo cuando abrí la llamada hablaron al otro lado de la línea.

-¿Cómo vas con tú misión, imbécil?-

Es ella.

Natasha

-Eso tienes que preguntártelo a ti misma.- Responde seguro.

Creo haberlo escuchado sonreír antes de hablar pero decido ignorar ese gesto.

-¿Yo?- Mi tono de voz es confundido.

-Sí.- Afirma.

-Yo no conozco los planes que tienes en "tú misión" y no sé a que quieres llegar con esto.- Dije caminado de un lado a otro en mi habitación.

Ni siquiera sé porque estoy sonriendo mientras espero el sonido de su voz.

-Claro que lo sabes.- Su voz es seductora.

Realmente puede que tenga una idea sobre toda esa "misión"...

-No estoy segura.- Suspiré.

Él dejó salir un largo soplido.

-Quiero enamorarte, y lo sabes.-

Bastó esa respuesta para que me quedara en silencio y para que por alguna extraña razón una sensación de nervios recorriera mi cuerpo.

-¿Estás allí, Natasha?- Preguntó al otro lado de la línea, sacándome de mis pensamientos.

Actué rápido y corté la llamada.

Estoy nerviosa. Es una sensación tan desconocida.
Él suele sonar tan seguro y decidido pero yo... Sólo entro en confusión.

Me abalance en mi cama y llevé las manos a mis cabeza, parpadeando rápidamente hacía el techo.

Mi teléfono comenzó a sonar nuevamente, es Nelson. Miré el contacto por unos segundos y quise desviar la llamada pero accidentalmente la abrí.

-¿Natasha?- Preguntó su dulce voz al otro lado de la línea.

Tragué grueso y respondí.

-Lo siento, se apagó mi teléfono.- Mi voz se cortaba con cada palabra.

-¿Excusas?-

-Estoy diciendo la verdad.- Mentí.

-Eres pésima para mentir.- Se escuchó su ligera risa.

-Piensa lo que quieras.- Respondí acariciando mi estómago.

Extraña sensación, algo que da vueltas dentro de mí.

-¿Estás nerviosa, Natasha?- Preguntó curioso.

-No.-

-¿Entoces, por qué titubeas?-

-Es la señal. No llegan muchas barras en mi habitación.- Mentí una vez más.

-Repito, eres pésima para mentir.- Ríe.

-Y tú pésimo para ser discreto.- Dije frustrada.

-No pretendo ser discreto contigo.-

Y nuevamente me quedo sin palabras.
Ésta llamada resultó ser mala idea.

-¿A qué le temes, Natasha?- Preguntó con una voz relajante.

Su tono de voz no presiona, no obliga, ni es fuerte como para intimidarte.

-Tengo miedo a enamorarme...- Susurré.

-¿Sólo es eso?- Preguntó sabiendo que hay algo más.

-Es que no te entiendo ¿Por qué insistes tanto? ¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué yo? ¿Qué ves en mí?- Y ahora temo escuchar su respuesta.

-Hay algo en ti que logro ver, algo un poco más allá, algo que nos conecta y por esa misma razón... No quiero dejarte ir y actuar como si nunca te hubiera conocido.- Respondió sin rodeos.

Callé una vez más.

-Sólo te digo algo...- Hizo una pausa. -No está mal de vez en cuando dejarse llevar.-

-Nelson, hablamos luego ¿Sí?- Corté la llamada sin esperar su respuesta.

Apagué mi teléfono y me cubrí con la cobija hasta la cabeza... Estoy tan confundida.

Siempre he estado segura de mí misma, de lo que pienso, de como soy, pero... Nelson, me ha hecho dudar y eso era lo que menos quería, lo que más temía.

 Nelson, me ha hecho dudar y eso era lo que menos quería, lo que más temía

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