Nelson
Acabo de despertar y para mi gran sorpresa tengo el desayuno a mi lado...
-¡Buen día, hermanito!- Me sorprende entrando por la puerta de mi habitación.
Entre cerré mis ojos y la observé fijamente.
-¡Buen día, enana!- Sonreí. -¿A qué se debe éste gesto de amabilidad?
-¿Acaso no puedo darle un excelente despertar a mi hermano?- Parpadeo rápidamente con una tierna sonrisa.
-Emily, algo quieres.- Vacilé sentándome en mi cómoda cama.
-Bien, sólo es un pequeño favor.- Se sentó frente a mí.
Reí por lo bajo y asentí.
-¿Puedes llevarme al centro comercial?- Preguntó dulcemente.
-Sólo sí me dices que soy el mejor hermano del mundo.-
-Eres el mejor hermano del mundo.- Repitió mis palabras, cansada.
-Dilo con amor, enana.- Bromeé.
-¡Nelson!- Elevó el tono de voz.
-Vale, ya no te molesto más; después de comer y darme un baño, te llevo.- Accedí acercándome a ella. -Te quiero, enana.- Deposité un beso en su frente.
Después de desayunar y darme un energizante baño de espuma, bajé, luego de saludar a mis padres llevé a mi querida hermana al centro comercial.
Natasha
-¿Puedes decidirte, Alan?- Pregunté en un suspiro.
-Llevaré los chocolates.- Comentó seguro, tomando la bolsa del mostrador.
-Te espero afuera.- Anuncié comenzando a caminar.
Caminé por unos de los largos pasillos del centro comercial y me detuve a las afueras de la tienda donde se encuentra Alan.
Flexione mi pierna y pegué mi pie de la pared, esperando impaciente.Alan y yo veremos películas de terror en su casa y decidimos comprar algunas cosas antes de hacerlo.
Mi mirada está clavada en el asqueroso suelo, al subirla se cruzó con una enorme camioneta negra estacionada en frente... Mi mente viajó al molesto momento de ayer, cuando el imbécil chico me arrolló.
Es él.
Es mi oportunidad de vengarme.
Aunque quizás no lo hizo intencional, pero tomaré esa escusa.
Juro que la sangre me comenzó a hervir en adrenalina cuando comencé a pinchar cada caucho y a rayar las puertas con las lleves que traía en mi bolsillo, lástima que no tengo aerosoles en éste momento.
No sé hace cuando está aparcado aquí, así que actúe rápido y me colé entre las personas esperando a que el imbécil llegue y ver su reacción.
Después de unos segundos una enorme y maliciosa sonrisa se formó en mi rostro al verlo salir junto a una chica que no logro identificar bien, pero ella no me importa, me importa él o mejor dicho, la reacción de él.-¡Oh por Dios!- Exclamó paralizándose.
Llevó sus manos a la cabeza desesperado, daba vueltas sobre su mismo eje y caminaba de un lado a otro, abriría un hueco en el asfalto si sigue así.
No pude evitar reír lo más fuerte que pude.
Que lástima querido amigo, tú camioneta me encantaba.
¡Ups! Me vió.
Intenté tranquilizarle pero no pude, las carcajadas salían por sí solas.
Lo vi decirle algo a la chica que estaba a su lado, quien pasaba sus dedos por las gigantes rayas marcadas en la camioneta; sin quitarme la mirada se acercó a mí.
-Fuiste tú ¿Cierto?- Preguntó ese chico, el imbécil que me arrolló ayer.
Obvio, tonto.
-¿Yo qué?- Fingí no saber nada.
-Tú lo hiciste.- Acusó entre dientes.
¡Oh, está molesto!
-No sé de qué hablas.- Coloqué las manos en mi cintura.
-¡Basta, sí lo sabes! ¿Por qué lo hiciste?- Habló serio.
-¿Te parece poco arrollarme, imbécil? Parece que el destino no te cruzó a la persona correcta.- Me crucé de brazos.
Sus ojos se pusieron en blanco. -¡Lo siento! Pero esto no era necesario.- Señaló su auto.
-Como digas.- Me encogí de hombros con indiferencia. -Ya es tú problema.-
-Oye, enserio lamento lo de ayer, yo...- Lo interrumpí.
-No te estoy pidiendo explicaciones.-
Él suspiró frustrado y pasó las manos por su rostro una y otra vez.
-¡Natasha! ¿Enserio eres tú?- Apareció la chica que lo acompañaba hace unos minutos a su lado, emocionada.-
Ahora puedo verla mejor. Emily, es una de las chicas que ama verme competir en las carreras de autos, siempre está allí, en las gradas.
-La misma.- Sonreí.
El chico nos veía confundido, aún con molestia en su rostro.
-¿Competirás hoy?- Preguntó entusiasmada.
-Claro.- Afirmé.
-¿Competirá en qué?- Preguntó el chico confundido.
-Después te digo, Nelson- Respondió ignorándolo.
Entonces... El chico que me arrolló se llama Nelson. Esto va a ser interesante.
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Conexión Desconocida
Teen Fiction"Porque todo lo bueno comienza con un poco de miedo..."