- Vaya vaya vaya... ¿Dónde está papi cuando su pequeña se porta mal? - Preguntó Gavin alzando una ceja.
- Cállate. ¿Qué quieres? Estoy borracha y quiero irme a dormir. - Sollocé cansada.
- Tu padre dijo que estarías sola, así que pensé en venir a verte. Quizás, podríamos pasar un buen rato juntos. - Me guiñó un ojo mientras se mordía el labio.
- ¿Puedes dejar de morderte el labio? - Si seguía haciendo aquello, conseguiría volverme loca. Y más ahora que yo no estaba en mis plenas facultades que digamos.
- ¿Por qué, quieres mordermelo tú?
Me puse roja como un tomate, madre mía, ¡qué vergüenza!.. Espera, creo que voy a vomitar.
- Me estoy mareando. - Corrí hasta el baño y cerré la puerta con pestillo. Escuché como Gavin corría detrás de mí , cerrando la puerta de mi casa.
- ¡Déjame entrar! - Gritaba mientras aporreaba la puerta del baño frustrado.
En aquel instante estaba demasiado ocupada para contestarle, digámoslo así.
- Estoy bien, solo necesito - Hice una pausa para seguir vomitando - Vomitar. - Expliqué finalmente entre jadeo.
- Por favor, déjame entrar. - Me pidió más calmado.
- Ya salgo.
Por suerte mi ropa no estaba manchada. Me lavé la cara y los dientes en un intento desesperado por no parecer una yonki.
Me veía horrible, tenía los ojos rojos como el diablo, estaba totalmente despeinada, como si me hubiese visto envuelta en mitad de un huracán.
Me moría de la vergüenza, no quería que el detective Reed me viese así, pero no podía quedarme toda la noche en el baño.- No se lo digas a mi padre - Murmuré nerviosa.
Es cierto que mi padre solía beber a menudo y no veas las borracheras que pillaba, pero si me viese en este estado...
Solo me he emborrachado una vez en toda mi vida, bueno con esta ya van dos. Laura y yo nos cogimos una buena para mi cumpleaños y mi padre por poco me manda a terapia. Qué irónico, ¿no?- Parece que alguien ha sido una niña muy mala... - Sé burló.
- ¡Déjame en paz! - Iba a marcharme a mi habitación pero tropecé y caí al suelo. ¿Podía haber hecho más el ridículo? Era imposible parecer más patética.
Gavin rio a carcajada limpia y después se acercó para ayudarme a levantarme.
- Quiero irme a dormir - Me quejé entre pequeños lloriqueos.
- Está bien, vamos. - Me rodeó por la cintura y yo me abracé a su cuello. Prácticamente me arrastró hasta mi habitación y me tumbó en la cama.
- No quiero tener sexo contigo, Gavin.
- ¿Pero qué coño dices, Hannah? - Preguntó mientras se partía de risa.
Bueno, al parecer, si que podía ser más patética.
Tan pronto como me acomodé en mi cama, me quedé dormida.
Al día siguiente, cuando me desperté, vi que el detective se había quedado dormido en mi escritorio.Me dolía la cabeza horrores, sentía como si un camión me hubiese pasado por encima.
Inspeccioné la casa, en busca de mi padre, al ver que no estaba por ningún lado, decidí mirar el móvil por si me había mandado algún mensaje.- Tengo que quedarme a trabajar esta noche.
- Ok , estoy bien.
Guardé el móvil y fui a despertar a Gavin. Me acerqué con sigilo por detrás y apoyé mi mano en su hombro.
- Detective, despierte. - Le zarandeé suavemente para que se despertarse más rápido, pero éste seguía durmiendo como un lirón.
*beep beep*
Revisé mi móvil para ver quien me había mensajeado , era mi padre.
Estoy llegando a casa.
Tiré el teléfono móvil encima de la cama y empecé a zarandear con fuerza a Gavin.
- Gavin tienes que irte, mi padre está a punto de llegar y como te vea aquí te va a matar.
Gavin se quejó e intentó seguir durmiendo.
- Gavin, hijo de tu madre ¡despierta de una maldita vez! - Grité.
Se despejó con vagueza y trató de levantarse, tuve que ayudarle a incorporarse.
- Buenos días, princesa - Murmuró con un tono grave. A pesar de lo típico de la frase, no pude evitar estremecerme.
- En serio, Gavin. No es momento para tonterías... - No tuve ni tiempo de acabar la frase, cuando escuché la puerta de la entrada abrirse.
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Detective Reed.
Fanfiction"Siempre has dicho que no te fijarías en los chicos malos. Pues en menudo te has ido a fijar...Y ya sabes que quien juega con fuego se acaba quemando. Gavin Reed te llevará hasta el límite...