Caminé resignada hasta el coche de mi padre, pues ya sabía lo que pasaría de ahora en adelante y no podía hacer nada para arreglar las cosas.
- ¿Cómo se te ocurre, Hannah? - Preguntó frustrado mientras arrancaba el motor del coche.
- Es que no consigo entenderlo, ¿sabes? No entiendo qué coño es lo que haces. ¿Por qué él? ¿Es una especia de venganza por aquel castigo? - Continuó mi padre. Estaba furioso, eso era más que obvio, pero también parecía triste y perdido.
Decidí que no iba a entrar al trapo, quizás, si simplemente dejaba que todo pasase, todo mejoraría más rápido. Además, ¿qué iba a decirle?
A él le daba igual si de verdad me gustaba Gavin. No había nada que yo pudiera argumentar para hacerle entrar en razón. Entiendo que sea mi padre y que se preocupe por mí, pero veía excesivo todo esto.- ¿Cómo has podido hacerme esto, Hannah? Si ya me costaba convivir con él, día a día ahora no sé cómo voy a aguantarme las ganas de volarle la puta cabeza. - Dio un fuerte golpe en el volante y apretó la mandíbula enfadado.
Sinceramente, no llegaba a comprender su comportamiento. No pensaba que era para tanto, no veía la gravedad en el asunto. Y tampoco sabía por qué debería quedarme callada, es mi vida, no la de nadie más.
- ¡Ya vale, joder! Estás haciendo una montaña de un grano de arena. ¿Qué más te da con quién vaya o deje de ir? Me trata bien, no va a hacerme daño.
- ¿Y eso tú como lo sabes? Yo estoy todos los días con él y sé como es. No te conviene juntarte con él, hija. Te lo digo de verdad.
Negué cansada con la cabeza y me mordí la lengua nerviosa. Le hubiese dicho de todo, sí. Pero eso todavía hubiese sido peor. Así que dejé que me regañase durante el resto del camino.
Cuando llegamos a casa, mi padre fue directo al pequeño armario donde guardaba el alcohol. Cogió una copa y se sirvió un whisky.
Le miré preocupada, pero él me ignoró y comenzó a beber.- No hagas esto, papá, por favor. - Susurré al borde de un ataque de nervios.
No me hizo caso y siguió pegándole tragos a aquel líquido que para él, se había convertido en veneno desde hace un tiempo.
Me senté a su lado e intenté hablar tranquilamente con él, pero no quería ni si quiera escucharme.
- Te prometo que no volveré a verle jamás si eso es lo que quieres, pero deja de beber, por favor te lo pido.
Se terminó de un trago aquella y copa y se sirvió otra más.
- Ya perdí a tu madre y a tu hermano y ahora te estoy perdiendo a ti también. - Susurró desesperado.
En aquel momento, me pareció que el tiempo se paraba, era como si mi corazón hubiese dejado de latir. No debió decir eso...
- Nunca vas a perderme papá, nunca jamás. A no ser que sigas bebiendo y bebiendo cada vez que algo no sale como tu quieres, entonces seré yo quien te pierda. ¿Es que no te das cuenta?
En ese momento miró la copa pensativo y antes de llevarla de nuevo a su boca, la dejó a un lado, pues se había dado cuenta de que estaba preocupada por él y de verdad temía por su vida.
Me abrazó desconsolado y yo le devolví el abrazo utilizando toda mi fuerza. Tras unos segundos, se separó lentamente de mi y me dio un tierno beso en la frente.
- Lo siento mucho, cariño. No volverá a pasar. - No era la primera vez que escuchaba aquello.
- No pasa nada, papá. Mientras estemos juntos todo irá bien y no pienso alejarme de ti, eso que te quede claro. - Dije más calmada.
- Me he comportado como un idiota, aunque, tú también... Supongo que nos viene de familia.
Los dos reímos ligeramente.
Le ayudé a levantarse de la silla y lo llevé a su habitación.- Buenas noches, papi. - Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla.
- Buenas noches, cielo. - Murmuró él a punto de quedarse dormido.
Cerré la puerta tras de mí y me dirigí a mi habitación, me puse mi pijama y me metí en la cama.
A veces pienso que mi padre y yo nos parecemos demasiado y eso, muchas veces, nos hace discutir. Los dos somos demasiado cabezotas y arrogantes y eso dificultaba bastante nuestra convivencia. Nos queríamos demasiado y quizás, no sabíamos querernos correctamente.
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Detective Reed.
Fanfic"Siempre has dicho que no te fijarías en los chicos malos. Pues en menudo te has ido a fijar...Y ya sabes que quien juega con fuego se acaba quemando. Gavin Reed te llevará hasta el límite...