Detective Reed.

No significa nada.

- Hola, papá. ¿Qué tal va todo? - Iba caminando rápidamente hacia mi habitación, esperando que no me dijera nada cuando me llamó para que me sentase con él.

- Eh, eh, eh... Para un momento, ven aquí.

Con resignación, me dirigí a la cocina y me senté en frente de él.
Mi padre estaba revisando un par de informes.
Cerró las carpetas y las movió hacia un lado de la mesa.

- ¿A dónde fuiste ayer?

- Fui con Laura y con su novio a un concierto. Se nos hizo tarde y decidimos dormir en casa de Laura. - Mentí.

- ¿Bebiste?

- No. Bueno sí, tampoco te voy a mentir. Me bebí una cerveza.

Me miró desconfiado durante un par de segundos, pero después relajó su expresión y me indicó que podía marcharme.

Me fui a mi habitación, puse a cargar el móvil y me di un largo y relajante baño. A lo que me quise dar cuenta, ya era la hora de comer, así que volví de nuevo a la cocina. Mi padre seguía revisando los informes.

- ¿Qué hay para comer? - Pregunté a la vez que me sentaba a su lado.

- Nada, todavía no he hecho nada.

A pesar del hambre que tenía, no me podía enfadar. Gracias a que él trabajaba tanto, podíamos vivir.

- Ya la preparo yo. ¿Quieres espaguetis?

- Vale, sí.

Mientras preparaba los espaguetis mi padre recogió el montón de papeles y puso la mesa.

- Espero que no te importe, Connor vendrá luego para ayudarme con el caso de los divergentes.

- No, tranquilo. Además, luego quedaré con Laura. ¿Habéis descubierto algo más?

- Traté de interrogar a uno de ellos, pero no me dijo absolutamente nada. Connor me pidió que le dejase intentarlo y consiguió que confesara.

- Eso es genial ¿no? - Pregunté antes de llevarme una ganchada de espaguetis a la boca.

- No lo sé ... Que una puta máquina haga mejor mi trabajo no sé hasta que punto podría ser bueno.

- Lo importante es que habéis conseguido avanzar en la investigación.

- Eso sí. El gilipollas de Gavin estaba que echaba humo. Tendrías que haberlo visto. ¡Apuntó a Connor con su pistola! - Rio divertido a la vez que llevaba el plato al fregadero.

No entendía por qué conmigo se comportaba tan bien y con los demás actuaba como un idiota de los buenos. A ver, conmigo también es un idiota, pero no tanto.

- ¿Suele comportarse así?

- ¿Gavin? Siempre hace lo mismo, está amargado y lo único que quiere es amargar a los demás. ¿Qué más te da?

No era como si me importase demasiado, al fin y al cabo no tenía por qué hacerlo. Quizás sea un incomprendido y solo esté enfadado porque nadie le ayuda...
¿A quién quiero engañar? Me estaba pillando por un policía loco y malhumorado y no podía hacer nada para remediarlo.

- Nada. Ya friego yo luego, ahora me voy un rato a mi habitacion. - Dije recogiendo los platos y depositandolos en el fregadero.

Volví a mi habitación y comencé a mensajearme con Laura para determinar la hora a la que nos veríamos.
Mientras, aproveché para dormir la siesta y leer. Cuando me levanté, me cambié de ropa y me arreglé un poco para ir al encuentro con Laura.

- Hola, ¿qué tal? - La saludé mientras me sentaba al lado de ella.

Habíamos quedado en una plaza, cerca de la comisaría, después seguramente iríamos a cenar juntas a aquella pizzeria.

- Ni hola ni "holo." Ya me estás contando porqué narices has pasado la noche en casa del Detective Reed.

- Iba borracha. Tú y Jason os habíais ido y Gavin estaba allí. Me fui con él porque no quería que mi padre me viese en tal estado.

- Ya claro ¿y me vas a decir que no disfrutaste de aquello?

Las dos reímos divertidas.

- No te lo voy a negar, pero ya te digo que no quiero que pienses cosas raras. No pasó nada entre nosotros... Solo dijo que yo le gustaba, pero bueno tampoco significa nada.

- ¿Cómo que no, a qué esperas? ¡Lánzate! Si los dos os gustáis... Aunque todavía no entiendo como te puede gustar Gavin...

- ¿Estás loca? No podemos estar juntos, mi padre le mataría si se enterase.

- Tu padre no tiene porqué saberlo - Alzó una ceja y una sonrisa malvada decoró sus labios.

- Que le guste no quiere decir que vayamos a estar juntos, Laura. Además, se supone que tiene novia.

- Pues no sé que haces aquí conmigo cuando deberías de estar hablando con él para aclararte, porque llevas un lío que no puedes ni contigo misma.

- Es que todo es muy raro - Suspiré cansada.

- Te ha estado tirando los tejos de forma muy descarada, no creo que si ahora intentas algo te diga que no. Deberíais de hablarlo y por lo menos dejaros las cosas claras.