Capítulo 11. Rubén Matthews.

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Los tristes ojos de Génesis seguían sin destellar, había vuelto a la universidad para distraerse de todo aquel dolor que sentía por Charlie pero los pequeños encuentros que tenía con él solo le herian más.

Aún más con el embarazo, sentía insoportable la cabeza todos los días y su apetito crecía mucho más. 30 días para ser exactos había tenido que soportar la presencia de Charlie y Natalia, los antojos del embarazo, el desorden emocional, su cabeza explotar y los temibles dolores de espalda. Ni todo el tiempo que había dispuesto para ponerse al corriente en clases eran suficientes para olvidar el compromiso de Charlie.

Su padre esperaba fuera de la universidad por ella, todo se había aclarado entre ellos y el tema del aborto se había esfumado. La señora Janseen estaba más que contenta con ser abuela, tanto que tenía la casa repleta de ropa y accesorios para bebé y el señor Evan se dedicaba a consentir a la futura mamá.

La única tristeza que abordaba su alma era referente a Charlie.

Subió al auto con cuidado, antes de ponerse el cinturón observó a Charlie recargado en su auto con Natalia frente a él, ella hablaba animadamente mientras que él solo se limitaba a escuchar con los brazos cruzados, nunca habría creído que Natalia lograra su propósito; quedarse con Charlie.

          -¿Qué pasa princesa?-preguntó su padre al verla tan cabizbaja.

          -Nada papá, vámonos- suspiró sin dejar de ver a la feliz pareja.

Al llegar a casa su padre se aseguró de abrirle la puerta tal y como antes acostumbraba Charlie. Tomó su brazo y caminó junto a él, su madre los esperaba en la puerta para recibirlos, primero a su agraciado esposo que la hacia inmensamente feliz y después a su hija, que no transmitía ningún tipo de felicidad, depósito un beso en la frente de Génesis y le ayudó a caminar hasta la sala.

          -Cariño, quédate aquí mientras término de preparar la comida.

          -Bien.

La señora se dirigió a la cocina con pasos rápidos, Génesis se quedó en un sillón y se liberó de los molestosos zapatos que aprisionaban sus pies, últimamente y por su condición siempre estaban hinchados y no le permitían caminar por mucho tiempo sin dolerle. Encendió el televisor para ver un poco de caricaturas y de pronto sonó el timbre de la puerta.

          -Cariño, ¿podrías abrir?

          -Sí preciosa-contestó el señor Evan a su esposa.

Al abrir la puerta se encontró con un joven alto, castaño y con el pelo un poco desordenado, vestía una remera blanca y un pantalón azul que combinaban con unos tenis rojos los cuales resaltaban entre todo el atuendo.

          -¿Señor Janseen?-preguntó.

          -Él mismo.

          -Me presento. Mi nombre es Rubén Matthews y soy amigo de su hija Génesis, he venido porque he querido saber que ha pasado con ella.

          -Bien, pasa.

Indico al jóven entrar a la casa, cerró la puerta y caminaron juntos hasta la sala donde se encontraba la chica. Génesis desvío la vista del televisor para encontrarse con la fría mirada de Rubén y todos los recuerdos vinieron de nuevo para clavarsele en el pecho. Se quedó muda al verle parado al lado de su padre y al instante soltó el control.

          -¿Qué quieres?-solto la chica con miedo.

          -¿podriamos hablar?-rogo el muchacho.

         -¿ocurre algo?-preguntó su padre que los observaba a los dos.

          -No. Tengo que arreglar un asunto con Rubén, ¿me permites papá?- contestó Génesis sonriendo.

Charlie Puth. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora