-¿Madre?-preguntó.
La casa estaba desértica, no había ningún sólo ruido ni persona alguna que la habitara. Génesis entro apresurada en busca de su madre para contarle la buena nueva pero no se encontró mas que con un silencio tenebroso que inundaba el hogar, comenzó a temer que pudiesen haberle hecho algo a su pobre madre o qué quizás ella lo habría hecho de la impresión con su padre.
-¡Mama!-gritó nuevamente.
Subió rápido las escaleras dirigiéndose a la habitación de la señora Janseen. Al abrir la puerta se encontró a la mujer recostada en la cama durmiendo tranquilamente, se acercó para asegurarse de que no hubiese cometido alguna locura y se relajo al no encontrar nada fuera de lo normal.
Beso su frente como ella lo hacía cada noche antes de dormir y le quitó los mechones de la cara que le cubrían el rostro. Se reincorporó del lugar para dejarla reposar un rato, pues después de todo enterarse que tú compañero de vida decidía casarse con otra mujer no era fácil, requiere mucha fuerza de voluntad para soportar.
La chica caminó hacia su habitación, recordó entonces que ahora llevaba un anillo en su dedo que le remarcaba su futuro con Charlie. Agachó la mirada para apreciarlo; brillante y reluciente ante cualquier pequeño reflejo que se cruzará con el.
Antes de volver, escuchó el sonido del móvil en la planta baja. Se apresuró a tomarlo y deslizó su dedo hacia la derecha para contestar a la llamada de Charlie.
-¿Cómo está la mujer más preciosa del mundo?
-Extrañandote.
-Te quiero lista a las 8 y me aseguraré de llegar antes para evitar tragedias.
-Como ordenes-contestó sonriendo.
-Te amo.
-También te amo.
Colgó y enseguida llamaron a la puerta, la paranoia la atacó pensando en las miles de veces en que le fue mal por atenderla y retrocedió por instinto.
Los golpes aumentaron al no tener ninguna respuesta, se paralizó al pensar que podría ser Rubén, Natalia o algún sujeto que quisiera herirle. Con las manos temblorosas marco el número de Charlie que se encontraba en la sección de recientes para pedirle auxilio, ni loca volvería a abrir esa puerta sin compañía.
-¡Charlie! Por favor, ayúdame-susurraba desesperada.
-¿Qué sucede? ¿donde estas? ¿con quién estás?
-En casa, no tardes, te lo suplico.
Colgó de nuevo y esperó impaciente a descubrir quién llamaba a la puerta, entonces el ruido cesó repentinamente y escuchó la armoniosa voz de su prometido fuera de la entrada principal, pero su tranquilidad se esfumó al escuchar también las escandalosas palabras de la nueva señora de su padre.
Pegó su oreja en la puerta para oír con claridad lo que sucedía y en lugar de sentir temor le llegó la rabia.
-Sabes, eres muy guapo-piropeó la mujer.
Bruscamente se apartó para tomar la perilla y abrirla con rapidez en un movimiento, se encontró con que las manos de la rubia rodeaban el cuello de Charlie y ardió al instante de enfado al notar que pretendía besarlo mientras él solo se resistía, con mucha fuerza tomó su hombro para girarla en su lugar y cuándo la acomodó le abofeteo ladeandole la cabeza hacia la derecha.
-¡Te advertí que te iba a pesar!-gritó molesta.
La mujer sin poder creerselo se tomó la mejilla para cubrirse el pequeño golpe acomodándose los mechones que se habían esparcido por toda su cara.
--Lárgate antes de que te parta la cara-recalcó.
-He venido por....-calló
-No me interesa ¿entiendes? ¡Lárgate!.
Después de una mueca la mujer salió disparada hacia el coche del señor Janseen. Génesis la siguió con la mirada hasta asegurarse de que había doblado la esquina, luego recordó que tenía a Charlie a un lado.
-Bueno, realmente no sé si necesitabas mi ayuda-bromeó.
De pronto la cabeza le dió mil vueltas, comenzó a marearse quizás por la impresión y se acercó a Charlie para tomarlo en brazos. El estómago se le revolvió, tanto efecto tenía una mujer de esa calaña para hacerla sentir mal.
-¿Qué sucede?-preguntó el chico preocupado.
-Nada, estoy bien.
-¿Segura?
-Sí.
-Tienes que recostarte, no quiero que te enfermes para nuestra cita de hoy.
-Bien, te veo más tarde.
Charlie poseyó sus labios rosados una y otra vez sonriendo entre cada encuentro, lleno su frente, mejillas, cabeza y nariz de pequeños besos fugaces hasta que depósito uno último de nuevo en sus labios.
Con las manos escondidas en los bolsillos se alejó hacia su casa dejándola en el umbral de la entrada, ella caminó con cuidado de no caer recargandose en cada objeto sólido de todo su camino hasta llegar de nuevo a su habitación, dejó de lado el dolor insoportable de cabeza que ahora también la agobiaba y se dispuso a terminar cada deber escolar.
A las 7:30 se duchó, se vistió y arregló. Entonces su madre llamó a la puerta gritando ligeramente su nombre y cuando la chica le concedió el pase visualizo a su madre con la mirada inexpresiva intentando disimular su tristeza para no arruinarle la noche.
-Estas preciosa Gen.
-Me lo has heredado tú.
-¿Saldrás?
-Si mamá, con Charlie.
-Me alegro pequeña, ¿una cita?.
-Sí.
-Bien, no llegues tarde-exclamó saliendo de la habitación.
-Mama....-balbuceo.
-¿Sí?
Sin decir una sola palabra levanto la mano en la que adornaba el anillo de compromiso, su madre que estaba en el otro extremo llevó sus palmas hasta su boca abriendo los ojos como platos y dando pequeños saltitos de felicidad. Corrió enseguida sin dejar de brincar para abrazar a la muchacha sentada sobre la cama y la estrechó fuerte, entonces sacó su pañuelo de uno de los bolsillos para limpiarse la nariz y removerse las lágrimas que comenzaban a inundarle el rostro mientras Génesis reía.
-Estoy tan orgullosa de tí, mi amor.
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Charlie Puth.
FanfictionGénesis es una chica educada, encantadora, optimista, centrada en sus estudios y muy segura de lo que quiere. Pero toda esta personalidad es cambiada por Charlie, un chico de la escuela, del que Génesis se enamora perdidamente. No sabe que es lo que...