Capítulo 15. Momentos.

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Por fin nacía un poco la felicidades después de todo aquel sufrimiento al que aún se preguntaba si merecía. Tenía a la única persona que amaba con locura a su lado contándole su horrorosa relación con Natalia y lo que había tenido que soportar con ella, algunas veces reía por lo que narraba mostrando su perfecta y alineada dentadura que formaba una sonrisa reluciente e irrestible para cualquiera.

          —Ha intentado besarme muchas veces pero sólo me ha alcanzado una- decía Charlie muriéndose de risa.

La conversación se extendió entre aquellas almas presentes en la pequeña cabaña. Después de un rato ambos se acomodaron para dormir juntos, como habían hecho durante dos largos meses en donde los señores Janseen no estaban en casa. Génesis cerró lentamente los ojos y a su memoria llegó uno de los pocos y hermosos momentos al lado de Charlie.

                   —Flashback—

          —¡Ya déjame!-gritaba Génesis riendo con Charlie encima haciéndole cosquillas.

Se detuvo pero sin dejarla escapar, se posó delicadamente sobre ella para verla a los ojos mientras ella soltaba el último rastro de carcajadas.

          —Eres tan hermosa.

El color rojo apareció llenando las mejillas de la chica, de la vergüenza se tapó el rostro con ambas manos y él se las retiró.

          —¿Qué haremos hoy?-preguntó ansioso.

          —No lo sé, pero contigo lo que sea.

          —Tengo una idea-interrumpió- arréglate que está tarde será inolvidable.

Rápidamente se levantó de encima de ella y corrió fuera de la habitación dejando a la chica confusa. Normalmente Charlie siempre tenía alocadas ideas, cada una siempre le sorprendía en gran parte; cómo aquella vez que le propuso ir al parque de diversiones en dónde la llevó hasta la montaña rusa y la obligó a subir, o el día de la competencia de canoas en el que se le revolvió el estómago por estar tan lejos de tierra mientras que Charlie reía a carcajadas. Sentía los nervios de alegría recorrerla por todo el cuerpo y cuándo decidió ir a curiosear Charlie la paró en seco evitando que saliera de su habitación.

          —Primer regla: no puedes salir de tu habitación hasta las 12:00 del medio día.

Génesis hizo un puchero de berrinche para tratar de convencer a Charlie pero no le resultó, al final giró en su lugar poniendo los ojos en blanco.

          —¡Eres más preciosa cuándo te enojas!- gritó desde la puerta para después correr hacia la planta baja.

Génesis sonrió sin voltear, le encantaba estar con Charlie y le ponía los pelos de punta escucharlo decir que ella era hermosa, después de sus padres no había tenido mucha suerte para que un chico cómo él la calificara tal cual.

Desechó la idea de espiar a Charlie y se concentró en arreglarse para su encuentro. Cerró la puerta de la habitación con seguro y caminó hacia el baño para ducharse; el agua tibia cayó por todos los rincones de su cuerpo relajando sus extremidades, si algo le gustaba en gran medida era sentirse limpia y fresca. Exploró los cajones de la cómoda dentro del cuarto de baño para colocarse la ropa interior nueva que su madre le había regalado por su cumpleaños.

Se envolvió la toalla alrededor del cuerpo y caminó hasta su clóset, sacó prenda tras prenda tirandolas al piso sin decidir qué era lo mejor para ponerse, no quería lucir exagerada ni tampoco tan informal. Hasta que en el fondo encontró un bello vestido corto de color beige con un poco de encaje en la parte exterior que le pareció perfecto para la ocasión, tiró la estorbosa toalla para dejar que la prenda cayera por sus hombros y después por sus caderas.
Desenredó sus rizos para aplicar un poco de espuma sobre ellos y que tomarán su forma en espiral habitual. Se dirigió al tocador de su habitación para maquillarse un poco, delinear sus ojos, aplicar mascarilla para las pestañas y colorear sus mejillas con chapetes.

Charlie Puth. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora