Capítulo 34. Obsesión.

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El día apenas empezaba, tener al lado a Charlie la desconcentraba de cualquier actividad escolar. No podía prestar atención cuando él se le quedaba viendo fijamente mientras que el profesor explicaba algunas de las propiedades físicas de elementos de la tabla periódica, de vez en cuando se dirigía a Charlie sonriendo tímidamente, pidiéndole con la mirada y alguno que otro pequeño gesto que parase, él solo se limitaba a sonreír, acción que en lugar de fastidiarla la embobaba aún más.

          —Señorita Janseen-reprendió el profesor.

          —¿Sí?

          —Describa cualidades físicas del mercurio.

          —Ah, yo.... -tartamudeo.

          —Es un metal noble que a temperatura ambiente se puede apreciar como un líquido blanco plateado que puede llegar a ser toxico-respondió Charlie.

El profesor agradeció irónicamente al chico por haber resuelto su cuestión y después vió a Génesis que parecía aterrada por la situación.

          —Muy bien señor Puth, pediría por favor que ambos se concentraran en clase.

          —Por supuesto.

Se giró entonces siguiendo con la explicación del tema con el grupo entero detrás.

          —Gracias-susurro aliviada.

          —No es nada, nena-contestó guiñandole un ojo.

El receso comenzó entre clases y los dos se tomaron de la mano para dirigirse a desayunar, caminaron fuera del plantel hasta ver un pequeño establecimiento que contenía unas cuantas bancas de madera pintadas de café que combinaban con todo el lugar y estaban a la par con las mesas a su alrededor, que también se encontraba adornado con una gran variación de plantas de todos tamaños y colores.

Charlie espero a cruzar la calle sin soltar de la mano a su chica y cuando se disponía a partir escuchó una voz que lo enfureció.

          —¡Es mía!-gritó Rubén cuando la jaloneo para quitársela de cerca.

Cubierto con una gorra y una sudadera gris que escondían su rostro ante los demás, un pants holgado que ocultaba su figura y unos tenis negros. Tiró su mochila para irsele encima pero se detuvo al presenciar que del bolso de la sudadera había sacado una pistola aparentemente cargada mientras que sujetaba con su otro brazo a Génesis que forcejeaba para retirarselo.

Los estudiantes comenzaban a percatarse del problema y fueron rodeandolos hasta cubrirlos en un círculo, unos cuantos veian con horror, otros hacían llamadas de urgencia y otros grababan el lío que se había formado.

          —¡Te juro que está vez no fallaré!-gritó.

          —¡Charlie!-chillaba Génesis.

          —¡Cállate!-reclamó Rubén.

Y detrás de él salió Natalia con una vestimenta similar a la de su compañero, aproximándose a la chica para tomarla por la melena. Entonces cambió el papel de todos; Natalia aprisionado a Génesis por detrás sujetando con fuerza sus cabellos riéndose a carcajadas por verla asustada, Rubén apuntando a la chica con el arma y Charlie levantando las manos a modo de súplica.

          —¿Me extrañaste querida?-susurró en su oído.

Al asegurarse que ya la retenía, Rubén volvió a dirigirse a Charlie.

          —¡Ya para con esto imbécil!-soltó Charlie-¡Ella es mía!

          —¡No!-bufo Rubén.

          —¡Que demonios quieres!

          —Solo a ella, no puedo vivir sin ella.

          —¡Es una maldita obsesión! ¡Nada más! ¡Eso no es amor!

          —Yo decidiré esa parte.

          —¿Qué sucede aquí?-cuestionó Alex saliendo de entre un grupo de estudiantes.

          —¿Y tú quién eres?-agregó Rubén ahora cambiando su puntería.

          —Tú peor pesadilla-bromeó.

Charlie corrió entendiendo que Alex estaba distrayendole cuando le lanzó una mirada, empujó fuertemente a Rubén haciéndolo caer frente suya soltando la pistola. Natalia huyó con Génesis en sus manos aprovechando los golpes que estaban metiéndose ambos chicos, poniendo resistencia a cada movimiento de su víctima que intentaba zafarse en lo que llegaron hasta un pequeño coche que estaba aparcado cerca del lugar y la posicionó a su lado ahora tomándola del brazo.

          —¡Génesis!-gritó Charlie al verlas partir.

Pero antes de siquiera abrir la puerta Alex corrió detrás suya y tomó de la cintura a Génesis para ocultarla atrás de su figura.

          —Ella no te pertenece-dijo atacandola con su fría mirada.

La chica se metió al auto sin pensarlo y arranco sin parar viendo las pocas posibilidades que tenía de raptarla de nuevo.

          —¡Alex! ¡Vamos con Charlie por favor!

Se encaminaron de nuevo hacia el montón de gente que se encontraba viéndolos pelear a muerte uno contra el otro. Ella se alarmó cuando vio que Rubén volvía a portar la pistola y se acercó ignorando las órdenes de Alex para quedarse.

          —Rubén, no lo hagas-rogó la chica acercándose lentamente a ellos.

          —Te necesito-suplicó él.

          —Podemos ayudarte-exclamó Charlie.

          —¡No quiero ayuda!-externó-¡La quiero a ella!

          —Ruben...-calló.

          —Si no vienes conmigo lo mato-amenazó.

La presión aumentaba entre el trío de muchachos que atravesaban el conflicto, Rubén no cedía por los ruegos de la chica que ahora estaba arrodillada pidiéndole que parase, se había enfadado más al notar que Charlie se acercaba para tratar de calmarla, no quería de ningún modo que llegara siquiera a tocarla. Después  sin explicación las fuerzas le faltaron haciéndola caer desmayada a un costado, preocupado Charlie gateo en su auxilio tambaleandola desesperado por obtener alguna reacción y se angustio al no obtenerla.

Todo terminó cuando Alex tomó valor para tomar al agresor por la espalda con mucha fuerza hasta hacerlo soltar el arma de nuevo, pero hábilmente volvió a quitárselo de encima como con Charlie.

Sin dudarlo y al ver sus pocas intenciones de darse por vencido Alex se acercó al verlo agacharse para portar de nuevo su pistola con la firme decisión de impedirselo y entonces el ruido de la bala saliendo por aquel pequeño orificio se hizo escuchar inundando a los oídos de todos aquellos presentes.

Charlie Puth. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora