Amanecía en Seattle, el radiante sol inundaba la mañana con sus intensos rayos y como le era costumbre de un tiempo hacia acá, Génesis despertaba justo antes de que sonase la alarma para ir al colegio. Era un reto personal que se propuso lograr; vencer al despertador. Hoy era su primer día de clases en la universidad, estaba ansiosa por conocer su nuevo estilo de vida y comprobar si los rumores sobre la supervivencia de un universitario eran verdad.
Se despegó de las cobijas y se metió al baño pues quería que todo le saliera como lo había estado planeando. Su madre, una mujer robusta de cabello chino que poseía piel blanca y una inmensa alegría dentro de sí, la llamo a desayunar.
-¡Hola cariño! ¿Estás emocionada?- preguntó la madre de Génesis hacia su hija, quien mostraba un poco de nerviosismo.
-Sí mamá, ruego a Dios porque hoy me vaya bien.
-Verás que sí, ahora come que se enfriará el plato.
-Buenos días familia, Génesis ¿cómo te sientes princesa?
El señor Evans era un padre muy atento, siempre se había dado a la tarea de que a su hija nunca le faltara nada y así, Génesis estaba llena de amor y felicidad. Ella adoraba a su padre tanto como él la adoraba a ella y aún más porque era su única hija. Génesis estaba muy apegada a su padre y pedía a todas las fuerzas del universo que nunca le faltara.
-Es hora de irnos, no queremos que llegues tarde y causes una mala impresión con tus maestros.
Génesis termino con su plato y al disponerse a fregarlo su mamá la detuvo. Entonces ella subió rápido a lavarse los dientes y tomar su mochila; no llevaba más que un cuaderno para anotar todo lo que sus maestros podrían pedirle, un lápiz, un lapicero, un borrador y sacapuntas. Caminó fuera de su habitación pensando si habría elegido su mejor mochila. Por supuesto que no le importaba la opinión de los demás si se sentía cómoda con su imagen, pero ahora sería distinto, papá siempre le había advertido que las personas la tratarían como la vieran y en su mente se disputaba una pelea dónde la pregunta era si su atuendo le sentaba bien o no.
Su mamá le despidió con un beso en la frente y un gentil "Mucha suerte". Génesis salió de casa para subir al coche de su padre, se puso el cinturón y respondió con un sí cuando su papá le pregunto si estaba lista.
Rumbo al instituto trato de controlar sus nervios impulsivos que le hacían preguntarse un montón de tonterías. El corazón se le aceleró al aparcar en la entrada y viendo hacia los edificios que constituían la escuela empezó a surgirle un miedo tremendo.
-Todo estará bien, no te preocupes.
La voz de papá la tranquilizó un poco, ella se giró para abrazar lo más fuerte que pudo al ser que consideraba el más preciado en todo el mundo. Se despidió y bajo, todo el mundo empezaba a llegar, alumnos y profesores atravesaban la entrada principal para dirigirse a tomar clase. Génesis caminaba con las piernas temblorosas suplicando no caer frente a todas estas personas a las que no conocía, tomó aire y se relajó.
-Hola- le soltó alguien detrás suyo, una chica, que parecía haber llegado en su auxilio.
-Hola.
-¿Estás perdida? Puedo ayudarte a buscar tu edificio y el salón.
-Me harías un gran favor- Génesis sonrío sintiéndose aliviada por haber encontrado a una chica tan gentil.
-Mira, tú edificio es el vertical y el salón en el que estarás es el A-004.
-Gracias, me has salvado.
-Por nada.
Génesis continuó caminado por los pasillos del colegio para llegar hasta donde la chica le había indicado hace unos segundos. Al llegar a su salón, había solo unos cuantos compañeros quiénes estaban conversando sobre el primer día. Buscó un lugar al frente pues se concentraba mucho mejor cuando centraba toda su atención en el profesor.
El lugar comenzó a llenarse de chicos y chicas, los lugares vacíos ahora ya tenían un dueño. Cuando parecía que ya todos habían llegado, el profesor cruzo la puerta; este era un señor de gran edad, con poco pelo en su cabeza y unos lentes en sus ojos, su traje lo hacía verse impecable. A Génesis le gustaba observar todo los detalles que componían a una persona pues esto le permitía hacer algunas acertadas impresiones sobre cómo era su personalidad. Le parecía que la persona que tenía enfrente era un buen profesor y por supuesto que eso esperaba.
-Bienvenidos al Colegio Sallem, espero les agrade.
Fue la seca y cortante bienvenida de parte del profesor.
-Por favor, saquen un lápiz y un cuaderno, en una nota escriban si realmente desean estar aquí y porqué.
Génesis entendía el mensaje; el profesor no quería perder su tiempo con personas a las que no les interesaba en lo más mínimo estudiar. Ella sacó lo que le fue solicitado y muy pronto comenzó a redactar una carta llena de razones por las cuales pensaba continuar con sus estudios.
-Muy bien, se terminó el tiempo, pasen sus trabajos por favor.
La puerta se abrió y en ella apareció un chico alto con el cabello alborotado que tenía una marca en una ceja. El profesor se giró a ver de quién se trataba.
-¿Puedo pasar?- preguntó temerosamente el chico que había llegado 15 minutos tarde a la primera clase.
-Bien, pero será la última vez.
A un costado de Génesis estaba un lugar vacío, puesto que no había más bancas donde sentarse el chico se acercó para ocupar ese lugar.
-Ahora, cada uno de ustedes se presentará ante la clase y ante mi diciendo su nombre y su color favorito- replicó el profesor.
Los estudiantes empezaron a pararse de sus asientos y obedecieron las órdenes que se les habían concedido.
No pasó mucho para que el turno llegará hasta Génesis, esto la puso nerviosa.
-Hola, me llamo Génesis y mi color favorito es el vino.
El chico de su lado fue el siguiente y Génesis le presto toda su atención.
-Qué tal, mi nombre es Charlie y no tengo un color favorito, pero me agradan los colores obscuros e intensos como el vino.
Esto último llamo los sentidos de Génesis, se le quedo mirando pero parecía que Charlie no se percataba de que ella existía y la ignoró, fue como si él no hubiera escuchado que el color favorito de Génesis era el vino. Finalmente decidió dejar de mirar y continuar con la clase.
Las horas pasaron, Génesis había echo muchas notas de las clases; los apuntes necesarios para traer consigo todo lo que le habían pedido sus profesores.
Llegó la hora de salida y ella se apresuró a la entrada principal para esperar a su padre, mientras lo hacía se colocó los auriculares y encendió la música de su IPod, su cabeza empezaba a dolerle, esto era un claro indicio de que los rumores que le habían contado de los universitarios eran verdad; los dolores intensos de cabeza nunca se van.Trato de hacerle caso omiso a su molestia y se concentró en relajarse con la música que escuchaba. Un fuerte sonido la saco de su ritual, papá había llegado y ella corría hacia el auto para irse del colegio, muy animada y ansiosa por volver.
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¡Hola! Me gustaría saber si les agrada esta novela, escribí una antes pero no resultó.Por favor, déjenme saber si debería continuar o no, acepto sugerencias de todo tipo.
¡Los amo! 💕
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Charlie Puth.
FanfictionGénesis es una chica educada, encantadora, optimista, centrada en sus estudios y muy segura de lo que quiere. Pero toda esta personalidad es cambiada por Charlie, un chico de la escuela, del que Génesis se enamora perdidamente. No sabe que es lo que...