Capítulo 12. Buen padre.

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6 meses corrían en la vida de Génesis y su vientre comenzaba a crecer sólo un poco, el médico le había dicho que por la condición física de su cuerpo quizás no se le notaría mucho el embarazo pero que no tendría ninguna repercusión negativa hacia el bebé, además esto le favorecía pues no tendría las miradas de todos clavadas como agujas todo el tiempo.

Rubén escuchaba atentamente A todas las indicaciones que el médico le daba para cuidarla, pero ella estaba quieta y asentía de vez en cuando. 4 meses de soledad en dónde apenas y sentía una pizca de felicidad por su ritmo de vida.

-Nos vemos en tres meses- dijo el doctor por último.

Ambos se levantaron de las sillas y salieron del consultorio, como siempre Génesis se apoyaba de Rubén para caminar tomando su brazo fuertemente. Durante todo este tiempo él se había encargado de cuidarla y complacerla en todo, pero nada hacía que pudiera volverle la felicidad.

Caminaron entre la multitud de gente que se encontraba en dicha clínica, una vez fuera se dispuso a esperar a Rubén que tenía el coche estacionado a media cuadra. Escuchó aquella melodiosa voz que alguna vez le trajo tranquilidad y que ahora sólo le ocasionaba lloriqueos, cerró los ojos tratando de ignorarlo pues apenas podía sobrevivir sin verlo de nuevo.

-¿Génesis?...

Suplicó a Dios que llegará Rubén. Todo ese tiempo jamás había cruzado palabra con Charlie sólo tenían pequeños encuentros en la universidad, bajo la mirada para evitarlo y antes de que pudiera tocarla Rubén llegó, se apresuró a subir aún sin verle y cerró fuertemente la puerta.

-¿Estás bien?-preguntó Rubén.

-Sí.

-Te has puesto pálida.

-Vámonos de aquí, por favor.

Rubén arranco sin preguntar más. Todo el camino fue silencioso, ella pensaba en cuánto había ya sufrido por Charlie y quería solucionarlo todo, hubiese podido voltear para correr hacia él y tomarle en brazos fuertemente, decirle cuánto le necesitaba para vivir y clavarle un gran beso sobre sus exquisitos labios. Pero no, rondando su mente estaba el hecho de haber jugado con ella y eso bastaba para que su orgullo la obligará a olvidarlo, aunque no le permitiera ser más fuerte para evitar llorar.

Minutos después llegaron a casa, ambos chicos entraron saludando a los señores Janseen, ellos todavía creían que Rubén era un incondicional amigo de su hija que se preocupaba por cuidarla pues Génesis no les había soltado la verdad. No quería ocasionar más problemas ahora que encontraba un poco de tranquilidad.

Ya que consideraban a Rubén sólo un acompañante de su hija le permitían pasar todo el tiempo que pudiese con ella para que no se sintiera sola. Rubén tomó de la cintura a la chica débil y relativamente delgada que parecía quebrarse para ayudarle a subir a su habitación, después la metió dentro y la recostó sobre su cómoda cama. Se sentó a la orilla de la cama esperando a que se terminará de acomodar pues quería hablar con ella de nuevo.

-¿Génesis?

-¿uhm?

-Me preguntaba si podríamos hablar sobre algo importante.

-Por supuesto.

-Bien. Es que....todo este tiempo he estado pensando sobre el futuro del bebé.

-¿Y?

-Creo que deberíamos, ya sabes... darle una familia.

-Ya tiene una familia, yo soy su madre y tú su padre.

-Quiero decir.....que tú y yo, tomemos una relación.

Tragó saliva. Se reincorporó para sentarse en su cama y se le quedó viendo, le aterraba un poco la idea de vivir con él, ni los 6 meses que se había encargado de ella le eran suficientes para terminar de conocerlo ya que sólo venía ocasionalmente a buscarla, ni siquiera se había atrevido a pensar en aquella rebuscada idea para el bien de su hijo.

Charlie Puth. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora