Capítulo 14. Sorpresa.

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          —¿Qué?-preguntó enseguida con un hilo de voz.

Todo perdió su sentido en ese instante. Por supuesto que no había deseado al bebé pero tampoco quería perderlo de esa forma tan brutal, puntualmente las lágrimas hicieron aparición en sus marrones ojos de nuevo llenandola de ganas de gritar. Se separó de inmediato de Charlie para recargarse en sus rodillas y se quedó viendo al suelo fijamente sin decir nada, acaso se estaría volviendo loca como para creer que ya no existía una criatura dentro de sus entrañas.

         —¿estás mintiendo verdad?-sonrió nerviosa- no se puede haber ido.

Charlie bajo la mirada cubriéndose la cara con las manos, hasta el deseaba que fuera mentira todo lo que estaba diciéndole pero no era así.

          —¡Quiero a mi bebé!-gritaba exaltada quitándose el suero.

          —Génesis..

          —Por favor, dime qué es mentira.

Al no obtener una respuesta confirmó la verdad pero no se resignaria tan fácilmente.

          —¡Tráemelo de vuelta!

          —Joven, tiene que salir-exclamó la enfermera entrando con apuro a la habitación.

Charlie observó una vez más a la chica que estaba desesperada por salir de ahí y gritarle a la vida que le regresaran al pequeño, atemorizado salió sin ganas presenciando a la enfermera aplicarle un sedante, después de segundos cayó a la cama inconsciente y enseguida ataron sus manos a los extremos junto a sus pies.

Una hora después el médico salió buscando a Charlie, se encontraba impaciente en la sala de espera como cualquier otra persona preocupada por su familiar o amigo, camino a su lado para llegar a la oficina dónde tendrían una pequeña conversación.

          —Resulta bastante difícil ¿verdad?-externó el médico.

          —Ni se lo imagina.

          —Me parece que necesita mucha atención, debo suponer que eras el padre de esa criatura.

          —Es complicado.

          —Bien. Me he dado a la tarea de realizarle unos estudios para confirmar si no ha sufrido algún transtorno mental y efectivamente, no lo tiene. Sólo está sufriendo como cualquier madre haría, así que te sugiero que le apoyes siempre.

          —Por supuesto, ¿Cuando podré llevármela?

          —Esta misma tarde.

Tocaron a la puerta apresuradamente, eran los señores Janseen en busca de su hija. Preocupados entraron sin percatarse de la presencia de Charlie que se encontraba detrás del escritorio junto al doctor.

          —Doctor, ¿donde está mi hija?

          —Tranquilícese señora. Ella está bien, este muchacho la ha salvado y esta misma tarde sale.

          —Gracias Charlie-exclamó la señora Janseen acercándose al chico para abrazarlo.

          —¿Doctor?-preguntó la enfermera interrumpiendo la escena.

          —¿Qué sucede?

          —Génesis ha despertado y quiere ver al joven.

Charlie se removió de inmediato sin pensar para dirigirse a donde estaba la chica agonizante, cuando llegó la encontró recostada de lado viendo a la nada. Esperó a que se diera cuenta de su presencia y cuándo se encontraron ella comenzó a llorar, estirando los brazos para que él se acercara buscando la calidez y protección que nadie más le proporcionaba, el calor entre sus cuerpos le bastaba tan siquiera para no sentirse vacía.

Charlie Puth. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora