Charlie Puth.

Capitulo 24. Somos uno solo.

La señora Janseen salió apresurada para buscar su preciado esposo, mientras tanto Charlie se acercaba a la orilla de la cama para cuidar de Génesis, que aún tenía los ojos cerrados. Alzó la palma de su mano para remover el pequeño mechón de cabello que se atravesaba en su rostro y después recorrió la tersa piel que aún conservaba, acariciando sus suaves labios. Le ganó la tentación de sentirlos chocando con los suyos, hacia tanto tiempo que no disfrutaba del dulce sabor que llevaban consigo y se acercó, uniendo sus miembros en uno solo. Beso con amor la comisura de sus labios y cortó la acción al instante que se percató de que ella había despertado, pero no se separó por completo y se quedó viéndola fijamente. Ella lo llamó de nuevo con una mirada que le exigía acortar la distancia y sin dudar le respondió.

Génesis llevo sus manos hasta el cuello de Charlie atrayendolo hacia ella y pegando más sus cuerpos, la oleada de calor corporal comenzó a surgir entre ambos llenándolos de deseo y la intensidad de los besos aumentó.

Él deslizó sus manos por debajo de la playera que llevaba acariciando su espalda, ella enredó sus dedos en su pelo mientras lo besaba con pasión. Charlie se acomodó entre sus piernas pasando una de sus manos por debajo de sus caderas, luego por sus muslos y al final por su cintura. Génesis tomó entonces su playera retirandola de su cuerpo lentamente y al darse cuenta él se separó.

          -Espera...No haremos algo que no quieras -dijo jadeando.

Pero ¿cómo se iba a resistir a tenerlo de esa forma? Quizás era una necesidad aclamada por su cuerpo, no lo sabía. Lo único de lo que estaba segura es que deseaba a Charlie de todas las formas posibles en las que puedes desear a una persona.

Sin decir ninguna palabra se abalanzó contra él, besandolo con fuerza, como jamás había hecho. Entendió que lo amaba como no había amado a nadie y se dejó llevar con la idea de que era la persona correcta para entregarse por completo. Charlie la siguió posandola en su regazo y acomodando sus largas piernas alrededor de sí mismo, quitó con desesperación la playera que la cubría tirandola al suelo para después despojarse de la suya y la acercó, rodeandole con los brazos para sentir más de cerca su calor. Beso cada rincón de su cuello bajando por uno de sus hombros hasta llegar al tirante de su brassier mismo que apartó con su boca haciéndola temblar, la vió de pronto y sonrió travieso al encontrase con un sentimiento de timidez de su parte.

Sus hábiles dedos se abrieron pasó por sus delineados curvas para llegar al broche que sostenía la prenda y aún mirándola lo desató, al instante cayó dejando ver unos perfectos pechos que atraparon la vista de Charlie. Ella se cubrió con las manos avergonzada dejándolo confundido, pero luego deshizo la acción devolviéndole la sonrisa y aproximándose a besarlo.

Acarició uno de sus pechos haciéndola gemir de placer aún en su boca lo que despertó más la excitación del momento. Sin dejar de tocarla volvió a besar su cuello descendiendo hasta dónde jugaba con uno de sus senos y lo atrapó en su boca, la hizo arquear la espalda lo que le concedió fácil acceso para seguir con su acción. Volvió a subir hasta su boca besándola y la giró para recostarla, llevó sus manos hasta el botón de su pantalón desprendiendolo mientras que depositaba suaves besos por todo su cuerpo.

Se reincorporó para verla una vez más, examinando cada lugar que componía a la chica. Se levantó quitándose el pantalón y lo arrojó fuera, buscó reencontrarse con sus preciosos ojos marrones que destellaban más que nunca.

Génesis estaba tan llena de deseo observándolo desde la cama donde la había dejado recostada, admirando su perfecto torso desnudo y comiendoselo con los ojos, mientras que él se quitaba todo lo que llevaba encima. Cuando se topo con las verdosas pupilas sonrió esperando ansiosa por el siguiente acto de Charlie, gateo por la cama separandole las piernas y tomando su calzoncillo para quitárselo, dejándolos por fin desnudos y sin ningún obstáculo para entrelazar sus cuerpos.

Charlie entró lentamente en ella haciéndola gemir, el pequeño dolor se convirtió en placer llevándola a enterrar ligeramente las uñas en su espalda, movió las caderas pausadamente para no lastimarla y esperó a que ella se acostumbrara.

          -¿Estas bien?-dijo con un hilo de voz.

Asintió con la cabeza y él volvió a entrar, poco a poco subió el ritmo de las embestidas sin dejar de verla. Pegó su frente a la de ella disfrutando de sus pequeños quejidos y siguió atacandola, dejándose llenar por sus seductoras palabras, una serie de corrientes eléctricas hacían contraer los músculos íntimos de ambos avisandoles que habían llegado al clímax juntos.

          -Charlie...-gritó Génesis al correrse.

Completamente rendido, Charlie se acomodó encima de Génesis para esconder su rostro en su cuello, ella lo envolvió con ambos brazos respirando agitadamente y tratando de controlar su respiración.

          —Te amo- susurro Charlie cerca de su oído haciéndola sonreír por milésima vez en el día.

Al cabo de un rato los dos quedaron profundamente dormidos, unidos totalmente en cuerpo y alma.