Capítulo 16. Hogar dulce hogar.

395 11 13
                                    

Un chirrido entraba por sus oídos dejándola sorda mientras que su cuerpo se inmovilizaba, la interferencia comenzó a hacerse más grande hasta que repentinamente paró y en su lugar aparecieron los chillidos de un bebé.

Un bebé que sólo llevaba en su conciencia y que ni siquiera había podido conocer, quiso gritar muy fuerte para que alguien la ayudará pero no era lo suficientemente ruidosa para que alguien la escuchara, entonces el gritó se acumuló dentro de su pecho para después salir con mucha intensidad despertandola de la pesadilla.

          —¡Mi niño!-jadeo temblando.

Se levantó llorando y con un fuerte dolor de cabeza. Junto a ella estaba Charlie que también se había despertado asustado por sus lamentos y sin preguntar la tomó de los hombros haciéndola reaccionar.

          —Tranquila, preciosa- contestó él tomando entre sus manos su rostro.

Génesis pasó sus brazos por la espalda de Charlie tratando de calmar a su tembloroso cuerpo, él acariciaba sus mechones depositando un beso en su frente dejándola llorar todo lo que necesitara. No tenía la más mínima idea de cuánto tendría que verla sufrir pero quería asegurarse de hacer lo posible por parar con su agonía.

          —Ven. Necesitas descansar.

Charlie se acomodó de nuevo en el sillón dando unos pequeños golpes en su pecho para indicarle a Génesis que se recostara sobre él. Obedeció al instante y ladeó la cabeza para tratar de dormir pero el dolor no se lo permitía, el vacío de su alma era más grande que cualquier necesidad de su cuerpo. Él la cobijo con sus brazos estrechandola fuerte para darle la seguridad de que nunca la abandonaría, pero todo esfuerzo fue imposible, ella seguía llorando en silencio.

Para la mañana siguiente Charlie despertó al sonido de una llamada, se movió un poco hasta que recordó que tenía encima a la chica, durmiendo tranquilamente. Se limpió los ojos con ambas palmas para ver la pantalla del móvil que mostraba una foto de Natalia a la misma vez que el teléfono vibraba, colgó inmediatamente y apagó el celular. Se giró con cuidado para acostar a Génesis a su lado y se volvió a dormir.

Luego de unas horas despertó nuevamente por unos fuertes toquidos en la puerta principal. Pensó en ignorarlos pero la insistencia era demasiada, además no quería que la chica también despertara, parecía dormir bien después de mucho tiempo. Enfadado caminó hasta la puerta para abrirla encontrándose con Natalia, que en cuestión de segundos se abalanzó en su contra para abrazarlo.

          —Mi amor-gritó enseguida.

          —¿Y tú que haces aquí?-preguntó Charlie mientras que intentaba zafarse de su agarre.

          —Kendra me ha dicho has venido a esta mugrosa casa-contestó haciendo un gesto de desagrado.

          —Quiero que te vayas, por favor.

          —¿Aquí es donde me traeras a vivir?-dijo nuevamente disgustada examinando el interior.

          —Ni que tuvieras tanta suerte.

          —Vamos...¿seguirás así de indiferente conmigo?

          —Sí-contestó firmemente.

Natalia se acercó al joven que estaba recargado en la pared tratando de pasar sus manos por su cuello, pero él se movió de lugar para evitarla.

          —Charlie, esa niña es una estúpida, se lo merecía.

          —No vuelvas a llamarla así ¿me oíste? -respondió molesto- esa niña es mi vida entera.

          —Pero yo soy tu futura compañera- recalcó mostrando el anillo de compromiso puesto sobre uno de sus dedos.

Charlie Puth. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora