Capítulo 2;13

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«Perdonar no significa volver amar».

Capitulo 2;13

La carcajada que solté tapó hasta mis oídos pero no podía negarlo, había sido muy divertido el hecho de que Jisung me hiciera una de las pocas personas que saben sobre una de sus peores presentaciones:

—No te reías —dijo, pero también reía un poco—. Ni siquiera podía recordar mis letras, se supone que era una pastilla para un resfriado y terminé durmiéndome en pleno escenario.

Llevábamos al menos una hora en la estación de café y me la he pasado muy bien. Aunque me cuesta recordar al chico callado que hacía travesuras en silencio, me siento cómoda con él, además, es amigo de Lay, quién no tarda en llegar.

Me apena pensar que después de lo de anoche tenía la idea de que me pondría incómoda estar sola con él e invitó a Lay por eso mismo. Pero en realidad estoy muy cómoda en estas últimas horas junto a él.

—¿Y qué ha sido de ti? —preguntó con tierna sonrisa tomando un poco de su café— Supe que estudias artes en la universidad.

Hice un asentimiento. —Es divertido tener que tirarle mis trabajos a quiénes mis profesores me mandan para hacer mi práctica.

—¿Cómo? —dijo curioso.

—Verás, mi profesor me tiene trabajos aparte de la universidad...

—Vaya —dijo alargando las sílabas—. No esperaba que fueras de esas alumnas.

Oh, rayos.

—¡Jisung! ¡Por dios! —me quejé dramáticamente— ¡No me refiero a eso!

Después de tantas risas le comenté sobre mi pequeña experiencia tirando mis obras a la cara de grandes empresarios quiénes jamás tomaron en cuenta mi talento. Él me miró sin creerlo.  Sus mejillas se ruborizaron y cerró sus puños con fuerza.

—¿¡Enserio jamás tomaron en cuenta alguna de tus obras!? —reclamo— ¡Que idiotas!

—¡Eso mismo dije!

—Sabes, hace un tiempo en la empresa conocí a un pintor, era realmente bueno pero ya estaba en sus últimos días...

Casi me atraganto con mi líquido. —¿¡Se murió!?

—¡No! —miércoles— Claro que no aún esta vivo, pero estaba enfermo y buscaba de una aprendiz.

—Mmmh. —dije viendo por donde iban las cosas.

—Y pues... —fruncí los labios cuando no pude escuchar lo que dijo al final.

—¿“Y pues”?

Me miro fijamente, en sus ojos una chispa divertida y a la vez preocupante. —Yo...

—Le dio tu contacto.

Ambos miramos a nuestro lado y nos encontramos con la sonrisa del gran bailarín y cantante del grupo, estaba vestido completamente formal como si tuviera una reunión importante luego, se veía más maduro y guapo. He de admitirlo, pero no puedo sentir algo más.

Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora