Capítulo 2;14

5.6K 589 63
                                    

«No soy el único que sabe mentir»

Capitulo 2;14

Estaba a mitad de semana cuando una fuerte lluvia que se convirtió en tormenta nos impidió volver a casa; la universidad de noche era incluso más aterradora de lo que pensaba, pero nuestro grado decidió jugar entre los pasillos y por primera vez acepté, se sorprendieron mucho porque jamás hago presencia en estos tipos de juegos, pero aquí me encontraba, tratando de pasar desapercibida entre tanta oscuridad, aún cuando esta me aterroriza, nunca he sido buena para estar en lugares oscuros, menos después del accidente con el vecino obsesionado que, gracias a la seguridad del hotel y la fuerza física de mi hermano y amigo, ya nos e encontraba en el establecimiento. Pero todo era mucho más tenebroso en oscuridad y eso no iba a cambiar, siento que me adentro en un vacío del cual, si no me concentró, jamás saldré, y todos sabemos que hoy en día mi cabeza tiene tantas cosas en ella que concentrarme no es algo fácil.

Fielmente a mis pensamientos mis acciones demostraban seguridad, pero la realidad es que me encontraba realmente frustrada y afligida de todo lo que me rodea, hasta de lo que miró en el espejo siento un increíble desconcierto.

Es como si no tuviera la respuesta a nada.

¿Debo ir por este camino o el otro?

¿Ese color o aquél?

¿Salir o quedarme?

¿Perdonarlo o evitarlo?

¿Alejarme o amarlo?

Físicamente me podía ver en correcto estado, pero mentalmente podía decir con seguridad que estaba hecha un caos, y lo peor, es que las palabras “ayúdame” ya no eran opción, simplemente no salían aunque lo intentará, y nadie puede darse cuenta de lo que pasa en mi cabeza.

Un pequeño problema que todos denominan “simple” para algunos es grave y nos perturba mucho más. No todos somos tan fuertes como para lidiar con cosas tan “simples” como con padres que fingen interés; pensamientos donde eres una carga para tus amigos o un corazón roto.

Con razón la vida es tan frágil, hasta un pequeño rasguño te puede acabar.

—Mackenzie —escuchaba la voz de mi compañera buscándome para convertirme en quién debe atrapar a los demás, estaba riendo— ¿Dónde estas?

Ni siquiera yo lo sé.

—¡Primer aplauso!

Hice lo que me pidió y mordí mis labios para que tuviera mala audición, pero lo que le hacía mal era el hecho de que pidió un aplauso y todos los que estuvieran cerca y hayan escuchado deben hacerlo, así que aparte de mí se escucharon dos golpes más.

—Mierda. —dijo quién debía atraparnos.

Mis ojos estaban cerrados. Por alguna razón sentía que así estaba un poco más a salvo, pero era estúpido.

—¡Segundo aplauso!

No hizo falta un tercer aplauso para que se escuchasen las risas del atrapado y quién se libro de buscar. Ahora todos debíamos volver al punto de inicio y empezar una vez más, pero yo no lo hice, me dedique a avanzar por el pasillo hasta llegar al patio trasero donde la puerta de salida estaba cerrada completamente. Podía observar el radiante brillo de los rayos que caían del cielo y escucharon como los vidrios retumban por el ruido de los truenos, pero no quise irme, era una pequeña luz en esta oscuridad.

Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora