Mi Lindo Niñero | K;th

Capítulo 1;01

"Una visita no deseada a la luz de mi ventana".

Capitulo 1;01

-¿Por qué no me dejan sola?.

A pesar de que sé la respuesta me niego rotundamente a tener una niñera. Joder, que tengo diecisiete años, ya no soy una niña a la cuál hay que ponerle pañales o hacerle la leche, además, ¿qué pensará la gente de mí? ¿qué pensarán de una joven adulta que lidia con la correa imaginaria de una niñera? ¿acaso es normal dejar a tu hija con una señora de unos cincuenta años que ni siquiera sabía de mi existencia?.

-Por lo ocurrido la última vez. -puntualizó enarcando una ceja.

Una traviesa sonrisilla se asomó por mis labios cuando recordé a que se refería; la fiesta de hace unos meses, aún hablaban de ella por los pasillos del instituto, me siento tan famosa, incluso los oficiales dijeron que la juventud si sabe como divertirse cuando me hicieron pasar la mañana con ellos hasta que llegarán mis padres a rescatarme.

-Oh, vamos papá... -me aferre a uno de sus brazos con fuerza impiendo que tomará una de sus maletas- Por dios, tengo casi la mayoría de edad, puedo cuidarme sola.

-Repasemos -sabía lo que venía: su tono autoritario enumerando cada uno de mis "errores", mi madre si que tenía una increíble memoria- La primera vez que te quedaste sola, ¿qué sucedió? ¿amor lo recuerdas?.

Fingí la mejor mirada de ojitos cristalizados para que mi progenitor me apoyará esta vez y no a su malvada esposa que, aunque amo muchísimo, estaba jugando contra las verdades del demonio en mi interior.

-Quemó la cocina.

Las miradas reprochadoras que ambos me dieron bastaron para hacer un ovillo en mi cabeza, escapando de todo tipo de culpabilidad ante algún delito, por muy verdadera que sea mi participación.

¡Eso es pasado!, miré frunciendo los labios a mi progenitor, mi querido pariente directo que no me está apoyando esta vez.

¿Y te haces llamar mi padre? ¡Eres un traidor!.

-No olvidemos aquella vez donde el extintor terminó en la cabeza del vecino.

Mamá esta sacando todas los a's bajo su manga, ¡detente!.

-¡Pero sigue vivo! -reproche- solo fue un pequeño golpe por culpa de una mala coordinación.

El señor Kang se encontraba en su jardín leyendo el periódico en plena mañana con su típica mueca de indiferencia hacía los demás y yo me encontraba experimentando que broma hacer con un extintor en la escuela, pense en mil formas de como llenarle el rostro al director del instituto; mi blanco preferido, siempre que se enojaba y sabía que yo era la culpable de su enojo gritaba mi nombre con fuerza y siempre lo veía como una caricatura a punto de estallar en mis pedazos, pero fue mala idea colocar el extintor en la ventana teniendo a un vecino de treinta y tantos años muy curioso. Puedo decir que no lo vio venir, literalmente. Sin querer golpeé mi arma para la siguiente broma con mi cuerpo al resbalar con el orden de mi habitación y lo único que escuché fue el sonido hueco que llegó segundos después; él señor Kang debe agradecerme por ese cambio de rostro.

-Tiraste pintura a los vecinos nuevos como bienvenida, -alegó cruzando sus brazos sobre su pecho- estuvieron verdes durante una semana y la señora Lee piensa que eres una asesina y tiene miedo de pisar la casa, ni siquiera se acerca al cesped.

Mordi mi labio, tenía razón, pero el pequeño hijo de esos vecinos nuevos era caprichoso y sus padres no sabían criarlo, mínimo tenía que reírme un rato, y la señora Lee, de por sí esa señora es subnormal, habla con sus gatos cuando nadie la esta viendo y se queda horas mirándo fijamente un punto en la calle principal diciendo en voz baja que los alienígenas ya vienen; hubieran visto su rosteo cuando vio a los vecinos nuevos caminando por la calle en su nuevo tono de color.