Capítulo 3;01

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«Incluso el más angelical rostro esconde pecados aterradores».

Capítulo 3;01

Mi mano ardía mientras trataban de limpiarme y yo solo quería esconderme de la odiosa y molesta mirada del oficial Jeon.

— ¿En serio hiciste eso?

Mordí mi labio al mirarle. — ¿Pido perdón? —Rodó los ojos dejándose caer en el sofá de lo que era la sala curativa de la estación, me había quebrado los nudillos por impulsiva y comenzaba a creer que tenía un problema de ira.

Estaba a nada de volver a hablar cuando la puerta fue azotada contra la pared de su lado. Por ella entró un rostro sonriente que hace rato no se veía, su bolso caía por su hombro y supe lo que venía, pero no podía taparme los oídos.

— ¿¡GOLPEASTE A ESA PERRA!? —Gritó sin pudor— ¡ESA ES MI MALDITA CABRONA!

Se acercó a darme los cinco hasta que se dio cuenta que era imposible e hizo una mueca de disgusto al ver la sangre correr lentamente de mis heridas.

— ¿El plástico de su rostro era tan duro? —preguntó examinando mi adolorida mano y reí— Mierda, si quedó horrible.

—Gracias por los ánimos, Olivia —-musité con sarcasmo.

Se hizo la indignada. — ¿Acaso te mande yo a romperle la cara a esa bastarda? ¿No, verdad? Por lo tanto, relaja el culo.

Hasta el oficial Jeon intento retener una risa ante las ocurrencias de la chica que, una vez más, parecía volver a ser la misma. Realmente, todos.

El encontrar a Minah nos había dado muchas más esperanzas de poder encontrar a Ryuk, por fin podíamos decir que teníamos una pieza del rompecabezas, pero faltaba todo el resto y la que teníamos no quería cooperar en nada, solo planeaba reírse en nuestras narices y tomarnos el pelo; parecía jugar con nosotros y yo perdí la cabeza al presenciar aquello. Si bien está prohibido que entre alguien más en el interrogatorio con sospechosos, el oficial nos dejó al ver nuestra desesperación, incumpliendo así su propio reglamento o lo que sea por lo que se rigen.

Mi corazón latía con fuerza al recordar que paso en esa habitación...

«No sé de qué me estás hablando, Taehyung». Apreté mis puños con fuerza en ese momento y fui a ver si me respondía lo mismo a mí, la persona que tiempo atrás le había roto no solo la cara sino también su orgullo y reputación. Al verme lo único que sentí fue enojo, furia retenida y mucho asco, pero era mutuo.

Cuando puse un pie dentro de aquella habitación tan diminuta supe que nada iba a salir bien y así fue, todo gracias a mí.

Taehyung se mantenía en control.

Y yo no era él.

«No podrías matarme...» Dios, tenía razón, no podría incluso si le hubiese manifestado que sí (cosa que hice) y la razón era por qué no planeaba terminar de esa forma en la cárcel, además, prefería romperle la cara. Nunca podría llegar a ser llamada criminal, me desesperó de solo pensar en lo sucias que podrían estar las cárceles.

Qué asco.

— ¿Minah sigue dentro? —le pregunté al único oficial con nosotras al cabo de unos minutos. Cuando atraparon a esa mugrosa no esperaron ni cinco minutos para llevarla directo a la comisaría donde comenzarían con el procedimiento, pero estábamos un poco molestos por la falta de pruebas; el mensaje ya no estaba y ella no cooperaba mucho, aparte mi ataque de ira no fue de mucha ayuda. Seguramente yo terminaría en su lugar— ¿Pueden encerrarla por no haber negado el secuestro?

Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora