Capitulo 2;22

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«¿Podrías detenerte?».

Capítulo 2;22




Y ahí estábamos una vez más: juntos mirándonos el uno al otro. Él estaba sonrojado mientras que yo trataba de ocultar mis risas puesto a la situación en la que nos encontrábamos.

Finalmente, después de todos sus intentos, accedí a dejar mis ideas de mantenerlo lejos atrás por esta noche y tomé su invitación, por lo tanto, me invitó a cenar a un codiciado restaurante y no nos preocupamos de nuestras prendas tan poco formal, pero olvidamos un hecho bastante grande y es que Kim Taehyung es conocido por todas partes, por lo tanto, ahora estamos lidiando con los llantos de una muy emocionada fan que no se ha percatado de mi presencia.

—Sabes, yo… —trataba de hablar, pero la emoción es mucho más grande y le impide decir algo con fluidez. No me quiero reír de ella, en realidad, no me estoy riendo de ella porque entiendo que esté de esta forma, pero me da risa la poca experiencia que tiene el chico frente a mí ante estás situaciones porque se encuentra en un total pánico sin saber qué diablos hacer para que ella deje de llorar— Te admiro desde hace tanto, ¡enserio te amo! —cuando dijo esas palabras se tiró a los brazos de Taehyung y eso, de cierta forma, me hizo levantarme de la mesa abruptamente, logrando que ambos personajes me miraran.

—Existen límites que se deben respetar tanto con personas que ves todos los días como con artistas que, si bien te emocionas por conocer, también son personas y, al menos, yo no veo que estés respetando su privacidad.

Siendo sincera entiendo que existen artistas que no les molesta un abrazo, pero Taehyung realmente se veía incómodo. No debutaron hace mucho y él no sabe como actuar en estos casos, entonces se encuentra paralizado. Al momento que ella lo abrazó fuertemente por el cuello él se puso rojo por completo y podía ver como su mano temblaba sobre la mesa, ¿acaso eso es normal?

—Solo es un abrazo —se mofó de mí y mirándome con arrogancia siguió con lo suyo. Por su parte, Taehyung hizo el amago de separarse de ella, pero no lo lograba.

Mis manos comenzaban a picar y creo estar lo suficientemente segura de que la última vez que alguien se le tiró de esta forma a Taehyung, terminó con la nariz rota.

—¿Qué edad tienes? —pregunté , pero me ignoró— Bien, no me interesa.

Los ojos de Taehyung se abrieron al límite al ver como de un tirón la arrebataba de su cuerpo.

Sostuve su muñeca con fuerza haciendo que está se quejara un rato, pero no aflojé mi agarre por nada del mundo y esperé que me mirara a la cara. Al momento de hacerlo me recriminó que lo que estaba haciendo era un delito, lo cuál, tras haber estado tantas veces a la par de la ley, sabía que caía en el término de agresión, pero no pasaría ni una noche en prisión por un agarre en defensa de alguien más.

—¿Sabes que más es un delito? —pregunté bajo su intensa mirada— Invadir la privacidad de una persona, así que, mejor vete emocionada de haber visto al artista que te gusta y llevándote un lindo recuerdo, o tendré que pedirle a la seguridad del local que arrastre tu trasero hasta la salida y te cierren las puertas.

—¡Eres una bruja! —gritó con la intención de insultarme, pero sonreí con arrogancia.

—Lo sé.

Agradecida con el de arriba estoy (si es que existe) de que la joven haya optado la mejor decisión y se haya ido de inmediato en cuánto dije la palabra “seguridad”. No lo entiendo, ¿Por qué llegar a ese extremo? Las personas saben que están haciendo algo malo, pero aún se quedan ahí.

Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora