Capitulo 3;04

2.9K 306 26
                                    

«Mírame, estoy bien».

Capítulo 3;04

—¿Están seguros que es mi hijo? —preguntó como por cuarta vez en los veinte minutos que llevábamos en su hogar— ¿No se trata de uno de los planes de esa lunática por querer volver conmigo?

—No creo que alguien alguna vez quiera volver con él —murmuró Jimin a mi lado y le di un codazo para que se tragara sus palabras, soltó una risilla y guardó silencio.

La verdad, no le llevaba la contraria.

Habíamos juzgado mal al hombre frente a nosotros, en realidad, era un asco. Si bien tenía sus lujos viviendo solo, era un vago en cuanto al aseo y orden; había colillas de cigarros tiradas por todos lados, diría que incluso me senté sobre una, pero ignorare ese pensamiento. Todo estaba envuelto en polvo, telarañas y mucho olor a drogas, específicamente el químico olor de la Anfetamina.

Sabía de estas por el pasado que ya había dejado atrás; mi padre no solo era un enfermo alcohólico, sino también inhalaba y se inyectaba cualquier cosa.

—No es necesario que lo reconozcas si eso es lo que te preocupa —dije, cuando en realidad a mí me importaba.

No era un acuerdo muy grande el dejarle ver al niño, pero me preocupa que Ryuk estuviera más pensativo y curioso ante la idea de que no soy su verdadero padre y quisiese buscar a este hombre para quedarse con él. No podría impedírselo, sin embargo, me dolería bastante.

Mucho.

—No planeo hacerlo de todas formas, así que...

Oh, diablos. Es un maldito idiota.

Mas que agradarme la idea porque era lo que esperaba, me decepciono. Sabía que había hombres tan miserables, pero no esperaba encontrarme uno tan de cerca.

—¿Qué es lo que necesitan de mí si no es eso? —quiso saber.

Aquí vamos.

No era lo suficiente fuerte como para poder hablarle de lo que está pasando al hombre frente a nosotros, por lo tanto, fue mi acompañante quien le explico la situación y lo que necesitábamos. —Necesitamos toda la información posible sobre Yerin porque tenemos la fuerte sospecha de que es culpable de secuestro —informó y se me erizo la piel, ¿Por qué ella no me podía dejar tranquilo? —. Kim MinRyuk tiene solo dos años, en un par de meses cumplirá los tres y nos gustaría estar con él para celebrarlo, o al menos tener una noticia de él, es por eso que necesitamos buscar lugares donde ella pueda esconderse o haya estado, cuando estaban juntos, ¿te llevó a algún lado especial para ella?

El hombre se carcajeo y eso me hizo mirarlo, ¿Qué es tan gracioso?

—¿Qué la hizo enojar? —preguntó.

—Eso no importa... —intenté decir, pero me interrumpió.

—En realidad importa bastante —declaró levantándose de la silla en la que estaba y yendo por una cerveza como si tuviéramos todo el tiempo del mundo—. Cuando su familia se metió en el ámbito mafioso, Kim YeRin comenzó a presionarse, cada vez que sus emociones explotaban iba a un lugar específico, pero ese es el problema; dependiendo su emoción, tenía un escondite. Un hospital abandonado a unos treinta minutos de aquí era donde se escondía cuando estaba triste, en ese lugar nos conocimos. Había llegado recién a Corea, no sabía que hacer ni donde ir, pero estaba aquí —alzó su índice y me apuntó—. ¿Tú eras el torpe amigo?

Me mantuve en silencio.

—Si, tú eres —musitó—. Ella hablaba mucho de ti, de cómo te había utilizado cuando pequeños y como te seguía utilizando en ese entonces —si antes la odiaba, ahora mucho más—. Ella muchas veces cuando no estaba contigo, estaba conmigo y, tranquilo, estaba tan dopado la mayoría de las veces que olvidaba todo, hasta ahora.

Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora