Capítulo 1;12

10.3K 1K 114
                                    

“¿Crees que estoy loca? Yo me veo muy cuerda”.

Capítulo 1;12

Al amanecer Hoseok me despertó para ir a desayunar.

Había sido una larga y adolorida noche, se notaba en cada pasó que daba.

Me observa desde la puerta con el ceño fruncido cuando voy acercándome para salir de la habitación: —¿Por qué caminas así?

Lo miro con cara de pocos amigos y da un brinco para darse ka vuelta y salir corriendo.

No puedo decirle la respuesta, sería incomodo y algo vergonzoso decirle: "Anoche tu amigo que dice ser mi niñero me castigó golpeandome el culo con la mano por segunda vez".

Seh, prefiero mentir.

Bajé las escaleras sintiendo el ardor en mi parte trasera. A mitad de camino me encontré con Hoseok que no tardó en ayudarme con un puchero en el rostro, parecía estar esperándome.

Me sentí tonta al haberlo mirado mak entonces tuve que responder algo mientras le pellizcaba amigablemente su mejilla: —Me caí de la cama.

Escuchó su risa en toda la cocina, de seguro que me imaginó cayendo de la cama.

—Entonces ese fue el ruido de anoche.

Me detuve antes de sentarme y lo miré con el ceño fruncido. —¿Ruido?

—Mmm —asintió marcando sus hoyuelos—. Se escuchó un fuerte ruido así.

Seguido de sus palabras chocó ambas de sus manos con fuerza y no sabía donde metermr al comprender la razón y creación de ese ruido.

Mis mejillas se calentaron.

—¿Qué hora es? —Pregunté dándole un sorbo al líquido en mi vaso y tratando de cambiar el tema—.

—Las seis de la mañana.

Todo el líquido que tenía en mi boca salio disparado a la cara de Hobi, ¿¡Las seis de la mañana!? Debería alistarme para el instituto.

Idiota, tú y Seo Min se saltarán las clases hoy.

Cierto.

—Perdón, Hobi.

—Primero Jungkook y ahora tú, ¡Son tal para cuál! —Dice mientras se limpia con un paño un tanto molesto—.

A pesar de que se había molestado un poco no pude evitar soltar una carcajada. Se veía adorable y eso me hacía gracia, además del hecho que tiene todo su rostro empapado. Al poco rato ya éramos nuevamente dos personas hablando y riendo sobre chistes absurdos.

En ese momento supe que tenía un amigo, uno más.

Nuestras voces cesaron al momento que escuchamos pasos detrás de nosotros y no pude evitar no mirar hacia mi espalda para ver de quién se trataba. Venían entrando NamJoon con un aspecto muy desordenado y tierno, mientras que Taehyung se veía igual que anoche: tentador.

Cuando nuestras miradas se encontraron recordé lo sucedido anoche y me levanté bruscamente para abandonar la estancia. No creo que sea buena idea estar juntos en este momento.

Maldito.

Saludé a NamJoon y pasé por su lado.

—¿Ignorarás a tu niñero? —insinuó con una clara pizca de gracia en su tono.

Sonreí de lado y me giré a verle, estaba con una sonrisa divertida a lo que sólo le guiñe y volví a mi camino hacía la habitación.

Anoche había sido una locura, no comprendo como fui tan fácil de atrapar, pero mi cuerpo ya estaba de espaldas hacía él, sentí todo el frío del mármol en mi pecho y me dio un escalofrío ante esa sensación, sin embargo la helada no duró mucho pues una nalgada seguida de otra me hicieron sudar. Me llamo una chica mala y mentirosa que merece de castigos y mucho más, claro que no entendía a que se refería von mucho más pero tengo ganas de saber qué es.

Antes de entrar en mi habitación observe su puerta abierta y una loca idea cruzó por mi cabeza.

Fui directo a aquella trampa mortal y cerré con cautela la puerta tras de mí. Me siento como una niña haciendo travesuras y supongo que es por esa razón por las que las hago; es divertudo. La adrenalina corriendo por tus venas al hacerlo y pensar en que te pueden encontrar, es un placer divino. Supongo que no deseo jamás perder ese lado de mí.

El lugar ya llevaba su fragancia.

Todo gritaba “Kim Taehyung estuvo aquí”.

Y algo dentro de mí se revolvió.

—¿Qué haces aquí?

¿Escuchan eso? ¡Es mi corazón gritando “corre”!

Me giré con una sonrisa fingida en el rostro que a cualquiera daría miedo y le contesté rápidamente: —Nada, solo pasaba a ver si todo estaba en orden.

Obviamente no me creyó.

Mierda.

—¿Enserio piensas que voy a creer esas palabras? —pregunto con voz ronca acercándose— Tú y la palabra “orden” no van de la mano.

En eso tiene razón.

Rayos.

Comencé a sentirme nerviosa de repente y lo primero que opte fue salir corriendo, pero ya había quedado en evidencia, así que porque no decir la verdad.

Bufé apuntando el armario a un costado de la habitación: —Rompí tu chaqueta favorita.

Me miró sin creerlo y de inmediato corrió hacia el mueble con desesperación, tuve el tiempo suficiente para salir de la habitación sin que nadie se interpusiera en mi camino.

¿Qué?

¿Creían de verdad que no saldría corriendo?

Pues no me conocen para nada.

Pero tranquilos...

Aquí comienza mi historia.

—¡MACKENZIE!

Y la de él.

Mi lindo niñero.













Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora