Salgo del auto y Jacob camina a mi lado en todo momento hasta llegar al sitio donde comprueban que estoy realmente invitada al evento. En realidad, no se me antojaba acudir a una fiesta, mucho menos después del intercambio que tuve con Edward horas atrás.
Nunca he sido una chica que ame las fiestas.
Sin embargo, el jardín donde se realiza el evento es increíble y no dejo pasar la oportunidad para examinar todo a detalle.
Grandes arboledas cubren las orillas, dejando solo un cuadrado libre de vegetación en el medio: la pista de baile. Alrededor se distribuyen mesas con manteles y decorativos de colores variantes. En uno de los extremos hay una alberca iluminada, con globos azules y blancos dentro de ella. La música está a todo lo que da y ya hay varias personas en la pista.
—Wow. —susurra Jake a mi lado, suena impresionado. Estoy de acuerdo con él, es mucho más hermoso de lo que imaginé. Pero, a la vez, se siente una pizca de fiesta de dulces dieciséis en el ambiente, supongo que es por las mesas, la decoración o el hecho de que Megan lleva puesto un vestido demasiado llamativo para la ocasión.
A lo lejos, mis amigos me hacen señas para que me acerque a la mesa que han reservado. Jalo a Jacob detrás de mí, evitando las personas que se interponen en mi camino. Jake no protesta en ningún momento y estoy aliviada porque no quiero protestas cuando él fue quien me obligó a venir aquí.
—Hey Diane, pensamos que no vendrías. —dice Jem sonriendo. Alisson no pierde la oportunidad y examina a mi acompañante de pies a cabeza. Jake lo nota y toma mi mano inmediatamente. La aprieto suavemente en un intento de apoyo y correspondo a la sonrisa que me da mi amigo. Quisiera comenzar a molestar a Jake como acostumbro, pero no es el momento. En cuanto a Jem, no le respondo a su comentario porque no se me ocurre una respuesta coherente, simplemente me siento y Jake hace lo mismo.
Todos comienzan a hablar acerca de sus planes para las vacaciones de verano, los lugares donde llevarán a cabo sus prácticas y las expectativas que tienen para su primer empleo profesional. Yo asiento y sonrío en todo momento, sin embargo, no estoy dentro de la conversación. No puedo sacar de mi mente la conversación que tuve con Edward apenas lo alcancé después de la ceremonia.
—Diane. Felicidades. —comenta Natalia sonriendo con incomodidad. Suena honestamente orgullosa.
—Cariño, ¿podrías permitirme un momento a solas con Diane? —pide Edward, Natalia me mira presionando sus labios en una línea, pero a final de cuentas se va, dejándonos a ambos solos. Él suspira y cierra los ojos un momento. Lo comprendo, sé lo difícil que puede ser hablar con alguien que te trató horrible. —Diane, primero que nada, debo felicitarte. Estoy orgulloso de ti. —abro la boca para agregar algo, tratar de remediar mi vomito verbal durante la noche del viernes pero él niega y lo dejo que continúe. —Sin embargo, debo ser honesto contigo. No hay noticias de tu madre. Lo siento. Mi informante no la ha visto salir ni entrar de su hogar, al parecer, también ha dejado su empleo. No sabemos dónde puede estar, aunque lo más probable es que se haya encerrado en su habitación por un tiempo. Tú conoces los periodos de depresión de Jess, se le pasará y todo volverá a la normalidad. Me pareció correcto avisarte de esto. —me abraza suavemente y se despega de mí tan rápido como lo hace. Siento las lágrimas picando mis ojos. No agrega nada más y no me da la oportunidad de que yo lo haga. Se retira tan pronto como llega a mí la preocupación.
Conozco a mi madre y sus periodos de depresión. Ocurren después de que ha sido despedida de algún empleo o alguna de sus conquistas no ha resultado como quería. Desde pequeña la vi inducirse a sí misma a periodos de encierro total. Pero ninguno duraba más de tres días. Que tardara un par de semanas me preocupa bastante.