« jacob »
—Hermano, me voy a volver loco si no sé algo de ella dentro de poco tiempo. ¡Son dos interminables días sin noticias de ella! —exclamo alzando los brazos al aire. Okey, tal vez ese gesto fue algo dramático. Ethan piensa lo mismo que yo y pone sus ojos en blanco y me palmea la espalda antes de levantarse del sofá. Creo que lo tengo cansado, no hago otra cosa más que permanecer preocupado por una chica que no se preocupa por mí.
—Tranquilo, ella es inteligente y vivió aquí la mayor parte de su vida. Es mayor y sabe cuidarse, lo más seguro es que esté hablando de muchísimas cosas con su madre ahora mismo. —dice mi amigo en un intento de tranquilizarme. Lo hace un poco aunque la sensación de que algo no va bien esté pinchando en un rincón en mi cabeza. Trato de desechar el pensamiento con un movimiento de cabeza y siento que me veo estúpido. —Deja de ser tan pesimista y comportarte como un idiota preocupado por la chica que lo mantiene en la friend zone. Ahora, mueve tu persona de ese sofá. Hazle ese favor al pobre y acompáñame a un lugar feliz. —añade mientras toma sus llaves y abre la puerta dejándola de esa manera para que salga antes que él. Suspiro y hago lo que él pide. Ethan sonríe, invitándome a que lo haga también y le sigo afuera, hasta el ascensor que nos lleva al estacionamiento subterráneo para tomar su auto.
Una vez que estamos en dentro del auto hago mi mayor esfuerzo por comenzar una conversación que no nos lleve de nuevo al mismo tema deprimente del cual parece que no puedo salir jamás.
— ¿A dónde vamos? —bueno, esa no fue la mejor pregunta. Fue algo que hubiera dicho un niño pequeño a sus padres antes de salir de casa. Pone el auto en marcha y se encoge de hombros.
—A mi empleo. —dice y frunzo el ceño.
—Acabas de llegar hace como tres horas del trabajo. —comento confundido y él sonríe, de esa manera en que alguien sonríe cuando sabe más de lo que tú sabes.
—Sí, pero esto es más como un hobby, lo hago por diversión un par de veces por semana y obtengo dinero extra. —asiento a su explicación.
—Interesante. —no imaginé que Ethan, siendo tan perezoso, tomara la iniciativa de tener dos empleos.
—Lo es. —dice de acuerdo a mí corta e insignificante respuesta, lo admito, sigo distraído y me obligo a poner atención a partir de éste momento. —Una tienda de música es genial, no tienes ni idea de la clase de personas a las que puedes conocer ahí. El otro día, por ejemplo, acudió un tipo que comienza su carrera como compositor.
— ¿Una tienda de música? —pregunto, mucho más interesado en ello que en el tema de las celebridades que haya podido conocer.
—Ya sabes, donde se venden CD's...
—Lo sé. Entiendo lo que es una tienda de música Ethan. —digo interrumpiendo a su burlona respuesta. —No era eso a lo que me refería con mi pregunta. Yo... olvídalo, no recuerdo lo que realmente iba a preguntar.
— ¿Uh? —dice con un poco de burla por mi distracción mientras levanta una sola ceja. —Lo verás cuando lleguemos ahí. —dice simplemente y muevo mi cabeza en acuerdo. Me giro hacia la ventanilla para poder observar el exterior. Las calles siempre llenas de transeúntes que no se preocupan al parecer de nada más allá de sus vidas. Todos y cada uno de ellos ocupados en sus propios asuntos; todo en ese aspecto es tan parecido al ajetreo de Nueva York. Londres es solo una ciudad en otro continente, es bonita, pero la gente sigue siendo muy llena de sí.