— ¿Me vas a explicar por qué desapareciste un par de días y me pides que actúe como tu novio en frente de esos chicos? —cuestiona Jake cuando terminamos de cenar y Ethan se retira a su habitación a descansar. Suelto un gran suspiro y dejo el tenedor sobre el plato.
Es hora de afrontar las consecuencias, Fray. Me digo, tomando valor para hablar de una vez por todas.
Jacob me mira. Espera una buena respuesta, debo admitir que también lo hago.
—Lamento utilizarte de esa manera. Realmente no quise hacerlo, pero acababa de gritarles que olvidé por completo a Niall y que al igual que él, yo pude rehacer mi vida sin pensar en él. — Exhalo y me doy cuenta de lo estúpido que todo suena ahora. —No quise darle la razón a Louis. Yo no quise verme como la estúpida chica que abandona la oportunidad de tener algo lindo por primera vez en su vida en cuanto existe hay todo un océano de distancia. Yo pude darle la oportunidad a que continuáramos con nuestra relación a distancia a sabiendas de que eso nunca funciona. Le quité a Niall la intención de hacerlo funcionar, porque tenía miedo de que tarde o temprano él se cansara, decidí darle su libertad, ¿acaso eso es un delito? —levanto mis manos y las llevo a mi rostro. No me estoy explicando para nada bien como pensé hacerlo en un principio. Aunque también, nunca pensé en nada en realidad cuando empecé todo éste lío. —Esto es tan estúpido y ya no sé si debo seguir hablando porque me siento avergonzada por comportarme de una manera tan infantil. —retiro las manos de mi rostro y miro a cualquier otro punto en el comedor menos su rostro. Soy tan cobarde
—Ya veo. —dice simplemente y suspira. Suena triste. Maldición. —Diane... —comienza pero luego murmura algo y se arrepiente de decir lo que sea que fuera a decirme. —Te quiero, lo sabes y nos tenemos muchísima confianza para decirnos lo que nos ocurre. Pero no quiero saber nada esta noche, por favor. Solamente quiero irme a dormir. —recoge su plato y me deja completamente sola. Sé que lo he fastidiado muchísimo ésta ocasión y no le culpo si no desea verme ni escuchar mis tontas excusas.
Recuerdo aquel tiempo en donde todo era más sencillo. Cuando no me relacionaba con nadie simplemente por el hecho de que temía echar a perder cualquier lazo de amistad que formara. Quizás ser auto marginada no fuese tan malo, quizás así dejaría las mentiras y evitaría dañar a los que me rodean.
Me niego a seguir pensando más en eso y después de lavar mi plato me acuesto sobre la cama de la habitación donde me quedé la noche anterior. Vestida por completo, no me molesto siquiera en quitarme los zapatos.
(. . .)
Todos duermen en el departamento pero a mí me es imposible conciliar el sueño. Menos cuando estoy en la habitación continúa a la de Jacob y miles de pensamientos inundan mi mente. En la silenciosa oscuridad me es imposible saber qué hora de la noche es. Me pregunto si él realmente está durmiendo o solo está ahí acostado, mirando algún punto en la habitación, exactamente como yo lo hago. Me levanto con cuidado y salgo del cuarto sin hacer mucho ruido. Necesito un vaso de agua.
Después de chocar por segunda vez contra la caja -cuando salía de la habitación tropecé con ella- creo que es bueno echar un vistazo a lo que hay dentro y revivir algunos buenos momentos.
Por lo menos eso es lo que espero que contenga.
Me acerco a la mesita de noche y enciendo la pequeña lámpara para iluminarme. La luz que me brinda la pantalla del teléfono celular no es suficiente y es molesto tener que estar desbloqueándolo en intervalos de tres a cinco minutos.
Jalo la polvorienta caja hacia la cama provocando un molesto chirrido contra el suelo de la habitación que provoca que me encoja solo un poco. Y comienzo a sacar los objetos que ha guardado por tantos años.