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Por un momento pensé que no se giraría y me dejaría con la palabra en la boca. Pero, se giró al escuchar que lo llamé.

— ¿Qué pasó? — preguntó al estar a mi lado nuevamente — Pensé que no tenías nada que ver conmigo.

— Tienes razón, solo te llamé para saber si en verdad tenías algo que decirme hoy o solo lo utilizaste como una excusa para que te esperara.

— Eres bastante curiosa, no te gusta quedarte con dudas, ¿verdad? — de un movimiento quedó completamente sobre mi y me susurró — Te lo diré, ven acompañame.

No sé por qué, pero lo estaba siguiendo. Lo seguí escaleras arriba y entramos en una habitación.

—No deberíamos estar aquí, al dueño de la casa no le gustará — titubeé antes de atreverme a hablar — Creo que es mejor bajar — quise salir pero no lo logré gracias a que él se había parado en medio de la puerta.

— No te preocupes, no le molestará, soy su amigo — expuso — ¿Qué te pasa? Pensé que querías hablar conmigo — ríe — ¿Tienes miedo? — me toma de la cintura y me atrae hacia él. Deja un beso en mi cuello y después me mira.

Sus labios se acercan a los míos y los atrapa en un beso. Sus suaves labios se movían al compás de los míos y podía sentir como sus manos se enlazaban en mi cintura y me pegaba más a él.

No sé como pero sus besos me hacían sentir diferente, me gustaban mucho y me daban distintas sensaciones.

Comenzó a subir mi vestido y ahí fue cuando el bombillo se encendió. Tomé fuerzas y lo empujé hacia atrás apartándolo completamente de mi.

— ¿Qué crees? — alcé mis cejas — ¿Acaso piensas que soy una puta? ¿Crees que cada vez que quieras me acostaré contigo así tan fácilmente?  — proseguí — La verdad no vine aquí para que me dijeras algo, solo quería saber qué era lo que querías conmigo y ahora me doy cuenta.

Se rió, como si y estuviera hablando mierda, como si no le afectara que yo me haya dado cuenta de lo que quería conmigo.

— Mira, solo te lo voy a decir una vez — me aproximé a él — Lo que pasó esa noche no volverá a pasar — lo miré a los ojos — Y no creas que lo hice porque me gustabas, solo pasó porque estaba borracha.

— ¿Estás segura? — preguntó con gracia.

No supe que contestarle ni como reaccionar ante esa pregunta. Simplemente me di la vuelta y salí como una flecha hacia abajo. No quiero volver a ver a ese estúpido.

(...)

Las vacaciones estaban siendo demasiado aburridas para mi. No tenía nada que hacer más que ver televisión y  hablar algunas veces con Yuhe por KakaoTalk porque ella sí la estaba pasando muy bien en la playa.

Mi madre siempre está en el trabajo y mi hermano siempre está en la calle con sus amigotes.

Sentí el ruido de la puerta y vi la silueta de mi hermano entrar.

— Llegaste — dije cuando lo vi despojándose de sus zapatos y ropa — ¿Dónde estabas que vienes así? — fruncí el ceño.

— Estaba con mis amigos — respondió desganado — Estoy súper cansado así que me iré a dormir — se acercó a las escaleras — Ah, cuando llegue Jimin me llamas.

¿Jimin? ¿Venir aquí? No me parece.

— ¿A qué viene Jimin? — quise saber — Vamos, dime JungKook — me paré frente a él.

— No tiene donde quedarse así que hablé con mamá para que lo dejara quedarse aquí algunos días, ¿contenta? — hizo un ademán.

— Espera, espera, acabas de decir que el se quedará aquí, ¿en casa? — mi corazón comenzó a latir fuertemente.

— Sí, ¿cuál es el problema? ¿No eran amigos ustedes? — su cara pareció confusa.

Yo aún no podía creer lo que me estaba diciendo. Como que Jimin no tiene donde quedarse, ¿y sus padres? ¿Acaso no tiene familia?

JungKook terminó de subir las escaleras y se encerró en su cuarto. Yo apagué la TV y me fui también a mi cuarto.

¿Ahora que voy a hacer con Park Jimin viviendo en mi casa? No siento nada por él, pero aún así me sentiría nerviosa teniéndolo aquí, tan cerca.

Me acosté en mi cama y después de dar muchas vueltas me quedé dormida.

Sentía que alguien me tocaba, sentía sus manos y su cuerpo sobre el mío pero no me podía mover, creo que estaba soñando. Abrí mis ojos lentamente y pude ver a Jimin sobre mi con una sonrisa en sus labios.

— Buenos días pequeña.

¿Que diablos?

Sick Boy; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora