19

5.7K 468 102
                                    

— ¿Dónde estamos? — pregunté al bajarme del auto y encontrarme con una casa frente a mi. Jimin bajó también del auto y tomó mi mano comenzando a caminar sin responderme aún — ¿Es tu casa?

— No, es de mis padres — respondió luego de abrir la puerta e invitarme a entrar.

Mis ojos se abrieron y sonreí un poco.

— ¿Me trajiste a ver a tus padres?

— Claro que no — y eso había borrado la estúpida sonrisa que tenía antes — Es la casa de mis padres porque la compraron ellos, eso no significa que estén aquí. La compraron para mi.

— Entonces es tuya, no de ellos.

Dejó su chaqueta en el suelo y se dirigió hacia un cuarto, lo seguí y me dí cuenta de que era la cocina. Lo observé todo mientras él buscaba algo en el refri. Sacó una botella de vino y dos copas.

— Vamos — me sonrió pasando por mi lado y yo lo seguí.

Volvimos a la sala y nos sentamos juntos en el mismo sofá. Jimin sirvió el vino en las copas y me extendió una a mi.

— Salud — brindamos y le dimos un sorbo a nuestro bebida.

— ¿Para qué me has traído aquí? — pregunté.

— Solo quería estar en un lugar en donde nadie nos molestara — dijo mirándome a los ojos con una sonrisa.

— Nadie nos molesta — dije. La verdad no sé a qué molestia se refiere.

— ¿Ah no? — alzó sus cejas — Tu hermano siempre en tu casa con sus amiguitos y uno de ellos está detrás de ti como perro con hambre — se refería a Tae, eso lo sé — Y también Hoseok, odio verlo cerca de ti.

Dijo esto sin mirarme, había fijado la vista en algún punto detrás de mi. Sonreí al verlo de esa manera, parecía nervioso al decirme eso, me encantaba saber que yo era importante para él.

— En serio, ¿cómo te puede gustar tanto él? — me miró de repente y me asusté un poco.

— Me gustaba él, ya no me gusta más — le sonreí — Ahora me gusta otra persona.

Nos quedamos observando unos segundos sin hablar, ambos nos mirábamos a los ojos con una sonrisa.

Jimin se fue acercando poco a poco a mi hasta que nuestras narices quedaron juntas, alzó su mano libre y acarició mi mejilla llevando mi cabello hacia atrás. Nos miramos nuevamente y luego juntamos nuestros labios.

Este beso se sentía diferente a los demás. Ya no era solo placer, ahora también era amor, de mi parte lo era y espero que para él también.

— Esto nunca lo he hecho — habló nuevamente al separarse de mi.

Yo lo miré confundida, no sabía a qué se refería.

— Nunca he estado en este tipo de relación — dió un sorbo a su bebida — Todas las chicas con las que he estado son cosa de un momento o dos, pero tú. No sé por qué contigo quiero que sea por mucho tiempo. No quiero verte con nadie, solo quiero que seas mía y que estés conmigo.

Sus palabras me habían erizado la piel. Mi corazón había estallado de felicidad al escucharlo decir esas cosas tan lindas para mi.

— De casualidad, ¿me estás pidiendo ser tu novia?

Se removió en su lugar un poco incómodo, soltó la copa y se giró completamente hacía mi. Mis pies quedaron dentro de los de él.

— Ya te dije que nunca he tenido una relación así, por eso es qué tal vez no llegue a ser el Park Jimin que quieres — tomó mis manos y las besó — Pero por lo menos quiero intentarlo, digo, si tú me aceptas.

— Claro que sí, Jimin — lo abracé con todas mis fuerzas — Te quiero.

(...)

— ¿Vamos a volver ya? — pregunté.

— ¿Qué tal si nos quedamos hoy aquí? — propuso con una sonrisa — Tu mamá está trabajando y tu hermano ni siquiera se dará cuenta.

Lo pensé por un momento y acepté. Era verdad, nadie se iba a dar cuenta de que no estaba en casa.

— Entonces, ¿nos damos una ducha? — me extendió su mano con una media sonrisa.

Sabía muy bien que no solamente nos bañaríamos y eso me encantaba.

Los dos entramos a la ducha besándonos, Jimin quitó mi ropa rápidamente y yo la de él. Abrió el grifo y sentí el agua correr por mi cuerpo.

Las manos de Jimin estaban por todo mi cuerpo, acariciando y masajeando suavemente. Me encantaba el calor de su cuerpo. Siguió hasta que llagaron a mis nalgas y las apretaron fuerte.

— Eres tan linda — besó mi hombro siguiendo por mi cuello y llegando nuevamente hasta mi boca para jugar en ella con su lengua — Deliciosa.

Gimió en mi boca y me apretó más contra él. Gemí al sentir su legua juguetear con la mía. Me apreté mas a él y subí mis piernas cuando me cargó. Gemí nuevamente al sentir el miembro erecto de Jimin chocar con mi feminidad, él también gimió con voz aguda mientras seguía besándose sin parar.

— ¿Usas pastillas? — preguntó y yo asentí rápidamente.

Sonrió, tomó su miembro y me separó un poco de él, para luego hundirse en mi mirándome profundamente a los ojos. Volví a gemir al sentirlo completamente dentro de mi.

— Vamos pequeña, muévete — susurró en mi oído y sentí como mi piel se erizaba completamente y esa corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo.

Jimin puso sus manos alrededor de mi cintura y comencé a moverme lentamente hasta llegar a un ritmo en el cual los dos gemiamos de placer. Lograba en esa postura un poco incómoda hacer que el miembro de Jimin entrara y saliera de mi, mordí mi labio inferior y sentí mis pies temblar, estaba a punto de tener mi orgasmo.

— Jimin... — y al fin lo había logrado, pero él no. Así que siguió embistiendome mientras yo me aferraba a su cuello.

Sentí como se corría dentro de mi y me besó nuevamente.

(...)

— Hablaré con tu madre — dijo al terminar de ponerse su ropa — ¿Qué crees?

— Por mi está bien, creo que no lo tomará mal, le caes bien — sonreí y tomé mi celular.

Oh mierda, murió la batería.

— Tengo un montón de llamadas de Jin — rió al recibir los mensajes — Dice que me castrará por tomar su auto.

Los dos salimos de la casa apresurados, subimos al auto y nos dirigimos hacía mi casa. Llegamos en pocos minutos, esperé a que bajara y luego seguimos juntos.

— Esperaré a tu madre para hablar con ella — yo asentí y abrí la puerta.

— Jeon JungIn, espero que tengas una buena excusa por haber dormido fuera de casa.

Oh no.

— Mamá.

Sick Boy; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora