Sick Boy; pjm

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Ya no sabía verdaderamente qué hacer. Jimin se negaba a responder mi pregunta y la verdad ya me estaba cansando todo esto. Peleamos porque le dije que tal vez era porque me estaba engañando y él comenzó a hacerse el santo y a decir que estaba hablando estupideces. Que simplemente no quería decirme porque era mejor para mi, que no era algo por lo que debiera preocuparme.

¿Cómo no iba a preocuparme por ello?

Con todas las cosas que me dijo he hizo Jimin después de salir a no sé dónde a encontrarse con no sé quién. Ya no sabía si pensar en que de verdad había salido y se había follado a otra o tal vez era algo más grave. Quizás Jimin estaba pasando por algo realmente serio.

Dejé el vaso junto al plato con el que había desayunado en la cocina y me dirigí hacia el cuarto para cambiarme de ropa. Había decidido ir a mi casa para hablar con mi madre y disculparme por prácticamente huir de casa. Me cambié muy rápido, solo me puse unos pantalones negros, tomé una chaqueta para abrigarme, peiné mi cabello y salí hacia la sala para irme, no tenía ninguna intención de decirle a Jimin. Planeé salir sin que se diera cuenta, pero no me fue posible. Lo vi aparecer de repente con una tostada en la boca y el cabello todo regado.

— ¿A dónde vas? — no sé como lo entendí cuando habló con la boca llena pero lo hice.

— Voy a mi casa — tragó rápido y se acercó a mi dando grandes zancadas — No intentes detenerme porque no lo lograrás.

— No lo haré. Si en verdad desconfías tanto de mi ve y habla con tu querido hermanito del demonio — hizo un ademán. No podía creer que se estuviera haciendo la víctima.

Lo vi cruzarse de brazos y meter lo que le quedaba de tostada en su boca.

— No voy por JungKook y si lo hiciera no es porque no confíe en ti sino porque tú no me explicas nada — de nuevo sentí que íbamos a volver a comenzar a discutir, pero no podía quedarme con esto dentro — Jimin de verdad yo quiero confiar en ti. Quiero que esto funcione y ya no discutir más, pero cada vez me parece que me estás utilizando. Que no soy nada más que un estúpido juguete para ti que pronto te dejará de gustar . Y eso duele, ¿sabes? Duele pensar que no te importo lo suficiente como para confiar en mi.

Bajó la cabeza, se quedó así por unos segundos y luego llevó sus manos a su cara y la sobó repetidas veces. Lo escuché suspirar y me miró. Era como si quisiera decirme algo pero no era capaz.

— No pienses así, mi pequeña. Yo te quiero y sí confío en ti, quiero no tener más peleas contigo pero al parecer es imposible — recorrió mi cintura con su mano y me atrajo hacia él. Yo puse mis manos en sus hombros y lo miré a los ojos — Te juro que no te oculto nada, ya deja de pensar que te estoy engañando. Sabes que te quiero, si no lo hiciera ni siquiera estuvieras aquí porque lo que no me importa no me importa y punto, pero tú eres diferente, siempre lo fuiste.

Pegó su frente a la mía sin dejar mirarme a los ojos. Está bien, confiaré en Park Jimin, porque no creo que sea capaz de mirarme así cuando está mintiendo. Le sonreí y él me correspondió con una dulce sonrisa, se acercó a mis labios y me besó. Movió estos suavemente sobre los míos y volvió a pedirme perdón por lo de anoche.

Me despedí de él, prometiéndole que no tardaría una eternidad ni me dejaría intimidar por las palabras de mi madre.

Caminé hacia la parada del bus porque ni de broma volvería a caminar tanto, aún me dolían las piernas por la caminata de anoche. Prefiero que me aplasten un poco en el autobús. Al fin llegó y me subí encendiendo mi celular para conectar los auriculares y por supuesto, poner una canción de BIGBANG, la primera que salió fue BAE BAE y me puse a tararerar mientras miraba sin mucho entusiasmo por la ventana.

Me detuve frente a mi casa y miré hacia la casa del frente porque la música estaba que reventaba los cristales. Ese SeokJin, debe de tener fiesta, ¿quién hace fiesta a estas horas de la mañana? Sí, SeokJin, solamente él y tal vez -muy seguro- mi hermano también.

Caminé hasta la puerta y esta estaba entreabierta. Creí escuchar voces que me parecían demasiado conocidas y me quedé escondida para escuchar de qué estaban hablando mi madre y mi padre. Que raro que estuviera él aquí.

— Por favor JungSu, no me vengas de nuevo con eso. Ya está más que enterrado — habló y a juzgar por el tono de su voz no estaba muy feliz.

— Está bien — mi madre contestó con el tono un poco apagado. Ella nunca lo dijo, pero yo sé de sobra que ella seguía queriendo a mi padre — Entonces volvamos al tema por el que te he llamado. JungIn no quiere contestar mis llamadas, tiene el teléfono apagado y no sé donde puede estar con es chiquillo — llevó sus manos hasta su cara y ahogó un gemido de llanto.

Me sentí mal por mi madre, yo no quería hacerle daño, lo último que querría en mi vida es verla sufrir.

— JungIn ya está grandesita como para saber lo que hace — vaya, que padre más preocupado tengo — Creo que no tienes que preocuparte tanto, si se ha ido es porque sabe que estará bien...

— ¿Qué es lo que dices? — se levantó de su lugar y se paró frente a él algo cabreada — Claro que no sabe que es lo que hace. JungIn es una niña aún, ese muchacho le puede hacer daño.

— Por favor... — trató de calmarla pero no lo logró, al contrario. La hizo molestar aún más.

— A ti te importa una mierda, ¿verdad? — lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas y volví a sentir que mi corazón se oprimía — ¡Es porque no es tu hija. Por eso es que te importa una mierda si le pasa algo!

¿Qué?

¿Yo no era su hija?

¿Cómo que no era su hija?

Él es mi padre, la persona que me crió. Con quién crecí. Mis ojos picaron y sentí como mis lágrimas comenzaban a salir en descontrol. No podía creerlo, no podía ser cierto lo que había escuchado. Sentí como mi corazón se hundía cada vez más y me ahogaba. Di dos pasos y me giré, encontrándome con los ojos de mi hermano desbordándose también.

— In... — fue lo único que escuché. Me hundí en el pecho de mi hermano y lloré sin poder parar.

Ya lo comprendía, por eso mi padre nunca me trató como a JungKook, por eso siempre lo quiso más que a mi ¿Por eso siempre me trataron diferente?