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— ¿Qué pasa, por qué estás llorando? — sentí la voz preocupada de JungKook en un susurro y su mano en mi cabello acariciándolo en un intento de calmarme.

Pero era imposible, ¿cómo iba a calmarme? Mi cabeza estaba dando mil vueltas, lo que había escuchado me había desgarrado completamente el corazón. Lo que era o lo que creí ser se había vuelto nada en instantes, yo no era su hija. No era hija del hombre que me había criado, ¿cómo era posible eso? ¿Acaso tampoco era hija de mi madre? Sentí mi corazón arder y mis lágrimas corredor por mis mejillas.

— ¿JungKook, qué pasa? — era la voz de mi madre. Al parecer se había dado cuenta de que habían personas fuera de la casa.

Quise huir, correr muy rápido para que no me viera para no tener que mirarla a los ojos.

— In, mi niña — pero era demasiado tarde, ya me había visto y con los ojos llenos de lágrimas se acercó a mi para abrazarme.

Me atrapó entre sus brazos y me abrazó fuertemente mientras me agradecía por volver, sin siquiera imaginarse que yo había escuchado la verdad.

— Suéltame, por favor — susurré y la vi alejarse sin entender — ¿Cuándo pensabas decirme? ¿Por qué me lo ocultaste? Dime, quiero saber.

— ¿De qué estás hablando? — preguntó.

Vi a mi padre salir de la casa y dirigirse hacia donde estábamos nosotros. Lo miré y no podía creer que lo que había escuchado era verdad, lo miraba y sentía lo mismo. Que él era mi padre, todo había cambiado y a la vez nada.

— ¿Qué pasó? — esta vez preguntó JungKook, mirándonos a todos con el ceño levemente fruncido.

— No lo sé, eso es lo que quiero saber ¿Sabes...? No soy hija de mi padre o debo decir el Señor Jeon KyungYoo. Y tal vez tampoco sea hija de mamá, por lo tanto no seríamos hermanos — apenas podía hablar, las palabras que pronunciaba me dolían hasta el punto de sentir un gran vacío en mi pecho.

— ¿Qué, de qué hablas? — me miró con los ojos muy abiertos negado con su cabeza.

Todos se habían quedado callados, solo me miraban, todos se habían quedado mirándome con lástima, lo odio.

— In... — habló mi padre, pero se calló al instante — No hables de esa manera, claro que eres mi hija y de tu madre y hermana de JungKook. Yo te crié y te quiero como tal. Por favor entremos y hablemos con clama de este asunto, ¿bien?

— ¡No! — grité y limpié las lágrimas que tenía en mis mejillas — ¡No quiero hablar con ustedes, son unos malditos mentirosos! ¿¡Cómo pudieron engañarme toda mi vida!?

Me giré con furia y comencé a caminar para alejarme de ese lugar. Necesitaba estar sola, no quería verlos. Escuché la voz de mi hermano llamarme pero no miré hacia atrás, comencé a correr para evitar que me alcanzara y me hiciera tener que escuchar las palabras de esas personas.

¿Cómo pudieron engañarme de esa manera? ¿Cómo pudo mi padre criarme sin que yo fuera su verdadera hija? ¿Quién es mi padre? ¿Por qué me lo ocultaron?

No entendía nada de lo que estaba pasando, me sentía traicionada y desvastada mentalmente.

Seguí caminado a paso apresurado luego de salir del barrio donde estaba mi casa, llevaba mi cabeza baja sin mirar hacia donde estaba yendo.

— ¿JungIn? — escuché que alguien me llamó y ese alguien estaba delante de mi — ¿Estás bien, que ha pasado?

Alcé mi rostro y vi a TaeHyung frente a mi, me estaba mirando fijamente mientras tocaba mi hombro para hacerme reaccionar. Aparté su mano y seguí mi camino, pero él me siguió.

— Espera, no seas así. Yo solo quiero ayudarte — corrió y me cortó el paso — ¿Qué pasó? ¿Fue Jimin quién te puso así?

Negué repetidas veces con la cabeza.

— Bien, ¿pasó algo con tu mamá? Seguro que pelearon porque te fuiste de casa.

— ¿¡Te puedes callar!? No es nada de eso — le grité y lo empuje — ¡Eres un niñito insoportable! Siempre metido en todo lo que no te importa. Ya pierdete de mi vista de una vez.

Dije todo eso y comencé a llorar nuevamente, ¿por qué estaba llorando de esa manera? ¿Qué era lo que me pasaba?

— Tranquila... — dijo, y me envolvió en sus brazos con un abrazo. Quise apartarlo pero no pude, no tenía fuerzas para ello.

(...)

— ¿Estás mejor? — asentí.

— Bien, ¿me vas a contar que fue lo que te pasó?

— No, y ya me voy — me levanté del banco donde había estado más de una hora tratando de calamar mi llanto — Muchas gracias por acompañarme.

Le agradecí y me fui. No quería que Tae se hiciera ilusiones conmigo así que me fui en silencio sin volver a mirar hacia atrás.

Me paré frente a la casa de Jimin y busqué las llaves que me había dado en caso de que él no estuviera en casa y al parecer este era el caso. Abrí la puerta y entré para tirarme boca abajo en el sofá de la sala.

Suspiré.

¿Dónde estás, Jimin? Te necesito.

Hundí mi rostro en la tela del sofá y me quedé completamente dormida.

— Pequeña... — sentí a Jimin susurrar — Vamos despierta, ya estoy aquí — sentí sus manos alrededor de mi cintura, me giró boca arriba y me levantó para quedar sentada a su lado.

— Jimin... — lloriquié y lo abracé hundiendo mi rostro en su cuello.

— ¿Qué pasa pequeña? ¿Por qué lloras? — acarició mi espalda suavemente — ¿Qué te hicieron?

Me separé de él y apartó mi cabello de mi rostro y puso sus manos en mis mejillas.

— Me mintieron, ellos me mintieron toda la vida — lo vi fruncir el ceño sin entender — No soy hija de mi padre, la persona que siempre creí mi familia no lo es.

Y volví a sus brazos, esta vez porque él me había llevado hasta su pecho para calmarme.

— Tranquila pequeña, sé que es algo difícil para ti — besó mi cabello — Estoy contigo, no te preocupes.

Alcé mi rostro y lo vi sonreírme, eso me ayudó mucho y me hizo sentir mejor. Estaba feliz de tener a Jimin a mi lado. Estoy muy agradecida con él por estar conmigo y cuidarme.

Sick Boy; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora