Sick Boy; pjm

35

Sentí voces y un sonido de llaves siendo movidas, abrí los ojos y vi a TaeHyung con los ojos abiertos como platos, su ropa y la mía en sus manos, estaba mirándome.

— Rápido, levántate. — me tomó por el brazo y  tiró de este. — Son mis padres, joder.

Al darme cuenta de lo que pasaba miré hacia la puerta que estaba siendo abierta y mi corazón comenzó a palpitar como loco. Los dos corrimos hacia las escaleras y fui guiada por él, llegamos a una puerta, la abrió y entramos. Bien, habíamos logrado llegar sin que nos vieran.

— Mierda. — bufé y tomé mi ropa para vestirme.

Si me lo preguntan. No, no me arrepiento de haberme acostado con otro, lo que pasa es que fue con TaeHyung. Nunca quise ilusionarlo y acabé acostándome con él por despecho, solo espero que esto no le haga creer que tenemos algo.

— Lo siento, no recordaba que mis padres regresaban hoy. — se disculpó, ¿por qué se disculpó? — ¿In?

— Está bien, no te preocupes. — lo tranquilicé. Su rostro aún reflejaba impresión, al parecer se había asustado.

Terminé de vestirme, me recogí el cabello y me giré hacia él. Se encontraba sentado en su cama, solo con sus bóxers, estaba mirándome de arriba a abajo.

¿Debería aclarar las cosas entre nosotros dos?

Se levantó de repente y vino hacia mi, agarró mi cintura y plantó un beso en mis labios, un dulce beso.

Puse mis manos en su pecho lo aparté y me miró.

— Tae lo que pasó entre nosotros, solo quiero que sepas que esto no significa... — Dios, ¿por qué es tan difícil?

¿Acaso es por la carita con la que me está mirando? ¿Tal vez por su beso o por como me acarició? La verdad Tae había sido muy tierno, me gustó.

— Lo entiendo. — habló — Solo lo hiciste porque estabas molesta, ¿verdad? Lo que pasó no significó nada para tí, bien. — se giró y vi como sus hombros subían y bajaban por su respiración. — Voy a ver donde están mis padres, tienes que irte.

Se puso su pantalón y salió por la puerta sin dejarme hablar, bueno, en realidad yo no tenía nada que decir. Solo me sentía culpable.

Estuve allí sola unos minutos muy extensos y eso hizo que pensara en Jimin, una lágrima corrió por mi mejilla. La limpié al instante, es un maldito, no voy a llorar por él.

¿Por qué Jimin? ¿Por qué tuviste que hacerlo? Te odio.

— JungIn. — Tae me llamó, lo miré — Vamos, ya puedes salir.

Bajamos las escaleras con cuidado y Tae me llevó hasta la puerta, antes de irme me giré.

— Tae yo.

Cerró la puerta, la cerró en mi cara. Está bien, me lo merezco. No me gusta que jueguen conmigo pero yo jugué con él.

(...)

Otra vez. Jimin está llamando otra vez.

— ¿Sabes qué? — pregunté mirando al celular, sí, estaba hablando con mi celular — Vete a la mierda, no te voy a contestar.

Lo dejé sobre el mostrador y seguí bebiendo, llevaba horas allí en aquel lugar del cual no sabía siquiera el nombre. Tomé los dos vacitos pequeños y los puse juntos, uno soy yo y el otro es Jimin.

— Eres... una basura... — ya no podía hablar bien. Tengo sueño. — Todo es tu culpa, nunca debí confiar en ti, nunca. — tiré el que era Jimin al suelo y se rompió. — Muere.